El ciclismo italiano ha sido siempre una referencia del ciclismo europeo y mundial, aunque en la actualidad pasa por horas muy bajas con respecto a lo que su historia ha dictado a lo largo de los años. Momentos en los que las grandes victorias no llegan ni los prometedores corredores terminan de explotar. Una generación que despide a Vincenzo Nibali y que no tiene preparado un relevo consistente para los próximos años. Sí que se observa un grupo de ciclistas que asoma, aún sin la entidad que Lo Squalo deja tras de sí. La actual aspiración de victorias parciales se queda muy corta con respecto a la generación anterior, donde los equipos italianos poblaban las pruebas de su país y hacían muy complicado conquistar cualquier triunfo en su casa. Ahora, con la globalización y la extensión del World Tour, no existen equipos italianos de élite y los corredores transalpinos están muy dispersos a lo largo de la categoría.
La generación saliente
Los veteranos como Damiano Caruso (35 años) o Diego Ulissi (33) no pueden ser la única referencia del país de Coppi, Bartali, Pantani, Moser, Saronni, Bettini, etc. Puede que ese pasado tan inmenso haya malacostumbrado a los aficionados a contar siempre con una generación capaz de derribar todas las barreras, y puede que esté surgiendo una que recupere esa ilusión y optimismo que la globalización parece haberles hecho perder. Una situación muy parecida a la española, pese a que en la hispana sí se observa un pequeño despertar más allá de la irrupción de dos grandes talentos como Juan Ayuso y Carlos Rodríguez.

En Italia el líder espiritual por relevancia en su materia podría ser Filippo Ganna. Su motor podría ampliarse a más territorios, como las clásicas en una especie de reconversión hacia un Fabian Cancellara con mayor capacidad para la subida. Sin embargo, parece que el de Verbania quiere centrarse exclusivamente en las cronos, en las que esta temporada 2022 tampoco ha conseguido cristalizar ningún tipo de dominio. Con el futuro asegurado en Ineos-Grenadiers hasta 2027, no se atisba esa evolución que se le presumía ya cerca de su madurez deportiva.
Giulio Ciccone (28) es otro ciclista que podría ser el relevo. Está muy centrado en las generales, aunque estas no le terminan de salir, ya sea por caídas o por sufrir desfallecimientos en el día clave. Un cazador de etapas que ya acumula tres en el Giro, además de su ya lejano maillot amarillo. Aunque se esperaba más de él. También de Matteo Trentin, que a sus 33 años lleva ya tres temporadas sin una victoria de gran prestigio. Termina 2022 con dos victorias, de hecho. Por no hablar de Domenico Pozzovivo, que roza la cuarentena y que aporta presencia. Un casi coetáneo de la generación que abandona el barco, como Nibali o Valverde. Poco se le puede exigir que no haya dado ya.
Alberto Bettiol (28) es supuestamente el líder en las clásicas y pruebas de un día. Desde que ganase el Tour de Flandes en 2019 no ha vuelto a repetir semejante éxito ni estar cerca de conseguirlo en ese tipo de carrera. Sí se llevó una victoria de etapa en el Giro de Italia en 2021, que es su única gran victoria desde entonces. A un triunfo por año, no parece que a sus 28 años vaya a ser el referente que pensábamos que podría ser. Giacomo Nizzolo (33) ha dejado sus mejores días atrás, aunque sigue dando presencia y pelea por los puestos altos de los sprints. Andrea Pasqualon (34) está viviendo una especie de segunda juventud, aunque es probable que sus mejores días hayan quedado atrás.

Davide Formolo (29) no ha tenido su año. Aún sin contrato para 2023, es un buen ciclista para grandes vueltas. Se filtra muy bien en las escapadas y también tiene opción de ser un gran gregario. Andrea Vendrame (28) es otro ciclista que va consiguiendo etapas importantes en el Giro o ganar Tro Bro Leon. Sonny Colbrelli (32) aún sigue convaleciente de su lesión cardiaca que fue uno de los grandes sustos de la temporada en la primera etapa de la Volta Catalunya. Una baja sensible para el pelotón italiano.
Los menos nombrados, pero eficientes
Un ciclista que siempre está ahí dando presencia desde el DSM es Alberto Dainese (24). Su naturaleza de sprinter no le llega para batirse el cobre con los dominadores de la velocidad, por lo que su coto de caza mejor son las escapadas. Cierra 2022 con una victoria en el Giro y ha estado peleando estos dos últimos años de tú a tú con los cazadores de las tres grandes. Lorenzo Rota es algo mayor (27), pero está en una situación similar. Está rondando los triunfos constantemente. Puede ser el mejor corredor italiano de 2022 a tenor de los puntos conseguidos. Vincenzo Albanese (26) es otro ciclista que ha ido recopilando buenas posiciones.
Fausto Masnada (28) ha tenido un año algo decepcionante. Tras un 2021 muy prometedor con el segundo puesto en Lombardía por detrás de Tadej Pogačar, en esta temporada que termina se le ha visto menos consistente. En la Vuelta no fue de gran ayuda para Evenepoel cuando debería haber sido su último hombre vistas sus prestaciones, por ejemplo, en el Giro. Stefano Oldani (24) es un buen ciclista, como está demostrando en el Alpecin-Deceuninck. Ganador de etapa en el Giro, con la que ha estrenado su palmarés, el milanés está rondando los triunfos. Con su juventud, es posible que aumente su palmarés bien pronto si sigue en esta línea. Simone Consonni (28) también va encontrando hueco para pelear por victorias de etapa importantes. Simone Velasco (28) es otro ciclista que ha comenzado a mostrarse en el World Tour en su primer año en el Astana. Un año de plataforma para Davide Ballerini (28), que parecía se iba a convertir en un ciclista más ganador. Edoardo Affini (26) es otro de los pertenecientes a esta generación intermedia. Buen contrarrelojista, en 2022 se ha estrenado en la Vuelta luciendo el rojo de líder. Filippo Fiorelli (27) es también un buen activo de fondo de armario.

La nueva generación
Hay ciclistas como Dainese y Oldani que bien podrían ser encuadrados aquí, si bien ya han empezado a cosechar sus propios resultados. También perteneciente a 1998, Luca Mozzato (24) acaba 2022 con el segundo puesto en Tro Bro Leon como mejor resultado. Un tipo de ciclista que está introduciéndose poco a poco. En el Tour, luciendo el maillot del modesto B&B Hotels, ha sabido moverse entre los velocistas. Le falta un punto para llegar al nivel de los mejores, pero su juventud es su mejor valor.
El mágico 1998 nos ha dado también a Samuele Battistella (24). El ex campeón del mundo sub-23 ha dado un paso adelante, siendo una de las sensaciones de la Vuelta a España. Aún no tiene contrato cerrado para 2023 y se va a convertir en uno de los caramelos del mercado. Mucho futuro. Lo mismo que otro coetáneo como Alessandro Covi (24), que se ha doctorado coronando La Marmolada y llevándose una de las etapas reina del Giro de Italia. Además de la Vuelta a Murcia y una etapa en la Vuelta Andalucía, uno de los valores más sólidos del ciclismo italiano.
Lorenzo Fortunato (26) es algo mayor, aunque su progresión podría aún dar una explosión en 2023. Su año no ha sido muy bueno, sin estar ni mucho menos al nivel de 2021, donde ganó aquella famosa etapa del Zoncolan en el Giro. Aún hay puestas muchas esperanzas en una de las joyas del ciclismo transalpino. Como también lo es Matteo Sobrero (25), un contrarrelojista que se ha destapado por fin en 2022 con una etapa en el Giro y muy buenas actuaciones a lo largo del año. En Bike Exchange están fundando una pequeña colonia italiana con la llegada también de Filippo Zana (23). El campeón italiano es cada vez más una realidad, veremos dónde pone sus límites.

Un corredor que promete es Andrea Bagioli (23). Su capacidad para resolver en grupos pequeños y sus buenas maneras ante los top le convierten en uno de los estiletes de esta nueva generación. Ganar en el World Tour, como en Barcelona en la Volta Catalunya, o ser tercero en Montreal habla muy a las claras de lo que es capaz. Más joven es el ciclista nacido en Magenta, Andrea Piccolo (21). Su buena temporada ha hecho que dé el salto al World Tour de la mano de EF. Un año bastante estresante que comenzó con el italiano en el Rusvelo ruso y que tras el veto marchó al Drone Hopper, en el que apenas ha durado unos meses. Sólo Ayuso pudo con él en Getxo, fue tercero detrás de Valverde en la Copa Agostoni, y ha sido quinto en Maryland, entre corredores de primer nivel. Nicola Conci (25) se encuentra a medio camino, si bien es ahora cuando se le está viendo más en carrera. Tercero en la Artic Race de Noruega, fue otra de las víctimas del Rusvelo.
Esperanzador ha sido el final de temporada de Jonathan Milan (22), ganador de dos etapas y líder del Tour de Croacia que perdió su posición ante nada menos que el ganador del Tour de Francia, el danés Jonas Vingegaard. Compañero en Bahrain-Victorious es Edoardo Zambanini (21), que ha debutado en una grande en la Vuelta y ha demostrado muy buen desempeño. También Antonio Tiberi (21) parece irse situando en la máxima categoría, ya ganador de etapa en el Tour de Hungría y debutante por fin en una grande en 2022.

El ciclismo femenino, una edad de oro
En el ciclismo femenino es bien distinta la situación. Las italianas están en la cima del ciclismo internacional, con una gran corredora como Elisa Longo-Borghini como gran exponente. Clásicas, grandes vueltas… una campeona digna sucesora de Fabiana Luperini, si bien ha tenido que enfrentarse a las holandesas, que han dado en pocas ocasiones su brazo a torcer. Elisa Balsamo, ex campeona del mundo, es otra de las lideresas de este ciclismo. La colonia transalpina del Trek-Segafredo ha dado muy buenos resultados.
Hay relevo con la paisana de Bronzini, Silvia Zanardi, que a sus 22 años ya está ganando. O con la exultante Marta Cavalli, que ha sido una de las pocas rivales reales de Van Vleuten en 2022. Chiara Consonni, Marta Bastianelli, Elena Checcini, Silvia Persico… muchas son las integrantes de este pelotón de las estrellas transalpino femenino.
Escrito por Lucrecio Sánchez
Foto de portada: RCS / LaPresse