Nairo Quintana está en guerra con la UCI, que a su vez, a tenor de las declaraciones de David Lappartient, presidente de la Unión Ciclista Internacional, está en guerra con Nairo Quintana. Pongamos en contexto. Temporada 2022. El líder del equipo Arkea-Samsic realiza un notable Tour de Francia en el que regresa al segundo plano de los favoritos e incluso se atreve a lanzar algún duro ataque como el que llevó a cabo en el Col du Granon, cima en la que fue segundo tras el entonces nuevo maillot amarillo, Jonas Vingegaard. Tras varios años un tanto grises en esta prueba, los fans de colombiano celebraron su regreso. Sexto puesto final en París para el ciclista boyacense.
17 de agosto de 2022. La UCI notifica el positivo de Nairo Quintana durante el Tour de Francia a dos días del inicio de la Vuelta a España. Las reacciones dividen a los aficionados entre los que crucifican al ciclista y entre los que le exculpan. La sustancia por la que ha dado positivo es tramadol, que fue prohibida por la UCI debido a sus efectos secundarios. Un analgésico que alivia el dolor. ¿Mejora el rendimiento deportivo? El eterno debate. Nairo, recordemos, sufrió alguna caída de cierta importancia durante la primera mitad del Tour.
El comunicado de la UCI afirmaba que al no ser reincidente en el uso de esta sustancia prohibida, se le permitía continuar compitiendo, como era el caso de la Vuelta a España, pero se anulaban sus resultados en la prueba correspondiente, es decir, el Tour 2022.

Nairo, descentrado por completo de la salida en Utrecht de la Vuelta a España de la que iba a formar parte, decide abandonar la prueba aún antes de empezar para preparar junto a su equipo jurídico la defensa y presentación de recurso ante el TAS, que se espera dé fallo en un futuro indeterminado. Quintana regresó a la competición en los Campeonatos del Mundo de Wollongong en representación de su país en la prueba en línea. Precisamente en una carrera organizada directamente por la UCI.
Lappartient realizó unas sorprendentes declaraciones sobre Nairo Quintana, presuntamente y según varios medios, en las que le acusa de haber tomado tramadol en más ocasiones, afirmando que se ha encontrado dicha sustancia en dos etapas. Siendo, según el presidente de la UCI, algo que desaparece muy rápido de la sangre y afirmando que lo ha podido tomar más veces. La UCI ha luchado durante un tiempo para que la AMA lo incluya dentro de las sustancias prohibidas y sea constitutiva de sanción. Lo será a partir de 2024.
Ahora bien, analicemos.
Si lo que Lappartient dice es cierto, algo que tendría sentido para aventurarse de esa manera de forma pública, el colombiano habría reincidido en el uso de tramadol. En ese sentido deben ser más claros, ya que si tras la tarjeta amarilla que supuso la anulación de sus resultados en el Tour, y según el comunicado que la propia UCI proporcionó al ciclista, ¿qué sucede en caso de reincidir? ¿Es una acusación de que habitualmente Nairo incumple las normas médicas exigidas por la UCI? ¿Tiene pruebas para afirmar tal cosa? En caso de tener pruebas para afirmarlo, ¿no deberían ser presentadas para la posible sanción del ciclista? En caso de tener únicamente indicios o ser suposiciones, ¿no es inoportuno acusar al ciclista? La guerra no ha hecho más que comenzar.
Este tipo de acusaciones siembran un precedente muy peligroso. El caso está recurrido ante el TAS por el deportista, que afirma ser inocente y está organizando su defensa, por lo que realizar cualquier tipo de valoración por parte de un organismo implicado es, además de torpe e inoportuno, peligroso. El argumentario de la defensa puede esgrimir más adelante en caso de que el veredicto que aporte el Tribunal de Arbitraje Deportivo no les satisfaga, es que se trata de una persecución a su representado. De momento tienen al máximo órgano regulador de su deporte afirmando en boca de su presidente y sin aportar pruebas que Nairo Quintana ha podido tomar en más ocasiones esta sustancia no permitida.

En este caso, tanto si el ciclista ha reincidido como si no lo ha hecho, no deberían pasar de puntillas estas declaraciones. Porque en caso de que tengan pruebas de ello, se podría suponer que la UCI está actuando arbitrariamente ante según qué casos. En caso de no tenerlas, es una falta de honor en un supuesto sistema de libertades que recoge el derecho a la presunción de inocencia. Me refiero a la reincidencia, ya que el uso parece que ha quedado acreditado y es por el que están en disputa. Siempre referido a esos dos controles positivos en el Tour.
Conclusión: este ‘affaire Quintana’, de no ser tratado por la UCI de forma correcta se puede volver en su contra, no ya a nivel práctico, que también, sino a nivel estético, sembrando muy mal precedente. Nunca antes se había escuchado a un presidente de un organismo de tanta importancia en el ciclismo arremeter contra un ciclista de esa forma y en público. Aquello de que las formas hicieron perder la razón. Veremos qué afectación tienen estos hechos en las consiguientes reclamaciones del entorno de Nairo Quintana.
Si nos ponemos estupendos, podríamos revisar todos los casos y el tratamiento que le ha dado la UCI, que no ha sido precisamente ecuánime a la hora de responder ante de ellos de forma pública e incluso se podría cuestionar la exoneración de algunos positivos. ¿Por qué se percibe tanta inquina en este caso? Nunca lo sabremos.
Escrito por Jorge Matesanz
Fotos: ASO / Broadway / Boukla