Pasan ya las dos etapas y media por mi tierra. A decir verdad, han sido dos etapas con mucha mezcla de emociones y sensaciones. La etapa de Laguardia, ya en casa y después de regresar de Holanda, fue una etapa muy rápida, con mucho calor que hizo mella en todo el pelotón. Metimos a un compañero del Euskaltel, el sensacional Joan Bou, en la escapada y acabó siendo el rey de la montaña ante rivales de mucha entidad y aprovechamos el día.
Por mi parte, una caída me privó de intentar mantenerme adelante en la carrera. Una curva con algo de gravilla hizo que se me fuese la bici. Por suerte, nada grave y sólo chapa y pintura.

Al día siguiente, camino de Bilbao, otro día durísimo. De salida se ha ido a mil y no se ha dejado ir a la fuga hasta el kilómetro 80. El equipo ha estado muy bien, ayudándonos entre nosotros y al final he podido ser yo el que esté en la escapada. Es verdad que me dejé muchas balas para entrar en ella en un terreno poco propicio para mí, pero así es el ciclismo. Al final lo he pagado y me queda la pena de haber llegado bastante vacío al Vivero para poder disputar la victoria de etapa.
Me quedo con la buena sensación de haberlo dado todo ante la mejor afición del mundo, que no se merecen menos. Ahora camino del Pico Jano espera otra etapa duro que seguro se corre a mil por hora. Pero saldremos a la pelea de nuevo…
Escrito por Ibai Azurmendi
Fotos cedidas por Ibai Azurmendi
