Carreras

Las 10 lecturas del Giro

Tras una edición 2021 con luces y sombras, en el cómputo global podemos hablar de una carrera con ciertas alternativas a excepción de una y es el dominio de la maglia rosa, que desde un primer momento ha tenido dueño absoluto, pese a la leve emoción de los últimos días. Sin embargo, hay muchas otras lecturas que extraer de un Giro especial, como todos, pero que ha decepcionado un tanto.

1. Falta de combatividad

Pese a que las últimas llegadas en alto han mejorado el panorama visto durante las desoladoras dos primeras semanas, donde la tónica ha sido dejar hacer a las escapadas y donde los gallos del pelotón apenas han intervenido, el balance es claro: ha faltado combatividad. Los nombres no eran los mejores de la escena internacional, a excepción de algunos líderes, pero ello no resta relevancia al hecho. Los cabeza de cartel apenas han asomado, si exceptuamos la etapa de Montalcino o las mini-llegadas en alto de Sestola y Campo Felice. Un balance muy pobre para una carrera de la que siempre se espera más. 

2. El recorrido y las modificaciones, un desacierto

Había etapas muy interesantes, si bien es cierto que al concentrar toda la montaña y días clave en los últimos siete los ciclistas han corrido con el freno de mano echado hasta entonces. Los perfiles individualmente eran interesantes y han ofrecido interés en la parte de la fuga. Sin embargo, de un Giro de Italia donde los favoritos suelen dar la cara en mayor medida que en otras carreras, se hace algo escaso. Mejor una distribución más equilibrada de la dureza. Las suspensiones de la etapa reina y de algún otro paso de montaña importante han deslucido los que se suponen mejores elementos de la corsa rosa, que es precisamente su dureza en los grandes puertos. Las justificaciones, sobre todo, de la modificación de la jornada de Cortina d’Ampezzo no parecen convencer a la mayoría de aficionados e, incluso, ciclistas, al menos por lo que han expresado en público. 

3. Egan Bernal confirma su vuelta al primer nivel

El colombiano se ha comportado como el jefe de filas de su equipo, un Ineos en el que se podía estar cuestionando su liderazgo. Con este éxito, reafirma su capacidad de sufrimiento y valía para las rondas de tres semanas, siendo como es aún muy joven. Mucha madurez, visión de carrera y piernas, ya que algunas de las arrancadas que ha realizado no están al alcance de cualquiera. 

4. Covid, sensación de normalidad

Una de las grandes noticias es que no se han notificado positivos por Covid-19 en el pelotón, lo cual fue un problema en la edición anterior, celebrada en el mes de octubre, hecho que ha permitido celebrar la prueba con normalidad. El protagonista ha sido únicamente el ciclismo y es algo a valorar. En esta ocasión la organización ha respondido, al menos en este aspecto, de forma eficiente. Los equipos han conseguido mantener sus burbujas e incluso ha habido público en las subidas más importantes. 

5. Almeida y Yates, los dos más fuertes

Tanto el portugués como el británico han sido los únicos capaces de cuestionar la el dominio de Bernal en la recta final del Giro, a pesar de haber flojeado en Alpe Motta. A estos se les ha hecho la carrera corta y han echado en falta no haber estado mejor en la recta inicial, donde quizá perdieron gran parte de sus opciones. También en la etapa del Giau, en la que Bernal sentenció la carrera. Almeida, además, ha visto sus opciones palidecer por ocuparse del teórico líder del equipo, un Evenepoel que merece apartado propio. 

6. Evenepoel, ¿un ciclista de grandes vueltas?

Las dudas que no ofreció en la primera semana, donde estuvo incluso peleando por lucir la maglia rosa, no se disiparon en la segunda. Los descensos y el rendimiento en el sterrato fueron clave para que la joven estrella terminase por abandonar. Se le ha visto poderío, el cual ha ido perdiendo con el paso de los días hasta su abandono. Sigue siendo una esperanza, pero también una incógnita

7. Era el Giro de Mikel Landa

La desafortunada caída del líder de Bahrain ha supuesto haber perdido quizás al máximo candidato a oponerse al colombiano Bernal. Visto lo que mostró en la única llegada en alto que disputó, no sólo estuvo a su nivel, lo cual no era fácil, sino que fue quien arrancó las ofensivas entre los favoritos. Visto que el nivel del Giro no ha sido inaccesible y que la contrarreloj ha estado lejos de ser decisiva por encontrarse al final, sí que parece que éste podía haber sido el año de Mikel en la corsa rosa. Quién sabe si para ganar o al menos para volver al podio que pese a tener mucha presencia en carrera, no ha vuelto a pisar desde la única vez que lo logró, en el lejano 2015. 

8. Gregarios españoles

La presencia española en este mes de mayo no ha sido como mera comparsa, sino más bien de forma decisiva. Ineos, Bike Exchange, Astana y Bahrein han confiado en muy buenos escuderos que han hecho una carrera excelente al cuidado de sus jefes de filas. Varios de ellos españoles, que son los que se han ocupado personalmente de atacar o de defender las posiciones de sus escuadras en los momentos decisivos. 

9. Vlasov necesita evolución

El ruso era considerado uno de los outsiders a la victoria final. Sin embargo, pese a su buen Giro y posición final, donde se demuestra un buen paso adelante con las grandes vueltas, no ha cumplido las altas expectativas creadas. Pese a que el factor de no estar en el podio no pueda ser considerado algo determinante, sí que lo es el hecho de que a la hora de la verdad le ha faltado un punto para aguantar el ritmo de los gallos. Es ahí donde se observa que le falta ese punto de crecimiento. Aún así, sí que ha demostrado regularidad para estar en puestos altos durante toda la carrera. 

10. Ciccone es la nueva esperanza italiana

Damiano Caruso ha sido el italiano mejor clasificado, realizando un Giro inolvidable y dándonos un espectáculo digno de campeones en la penúltima jornada. En cambio, por edad y proyección, la luz para el futuro la ha dado el de Trek-Segafredo, pese a tener que abandonar algunas etapas antes de llegar a Milán. Su valentía y descaro, influenciado en parte por su compañero Vincenzo Nibali, ha sido una de las sensaciones de esta edición. Con algo más de motor hubiese brillado en su justa medida. 

Texto: Lucrecio Sánchez  (@Lucre_Sanchez)
Foto: Sirotti

Una respuesta

  1. El peor Giro de lo que llevamos de siglo, pero de largo.

    Un ganador mediocre, sí mediocre, como suena. Es curioso como todo un ganador de Tour y Giro me transmita tan poquito. Sigo pensando que Thomas llegaba más fuerte al tramo final del Tour 19 y que de no mediar los recortes en Tignes y Val Thorens, hubiese superado a Bernal. Y en un Giro bajo mínimos como éste, en recorrido, participación, equipos rivales potentes (unicamente Bahrein y mermado desde el principio), ha necesitado de todo un equipazo para imponerese a medianías,…y sufriendo.

    Unos rivales mediocres. Solo la clase de Yates, muy a cuenta gotas, le hizo temer en algún momento. Caruso,..meritazo el suyo. Vlasov, joven en progresión pero de momento no llega. Carthy, Ciccone, un crepuscular tirando a nocturno Bardet,… no dejan de ser corredores de 2º incluso de 3er escalón en el panorama mundial. Cierto es que versos libres como Landa o Soler podían haber dado otra dimensión a la 3ª semana, pero nunca se sabrá…

    Un recorrido mediocre. Mucho más mediocre si lo situamos en la historia de esta carrera. Mención aparte merece el episodio bochornoso de Cortina y la guinda del pastel de Mottarone. Solo hay que meterse en youtube y repasar en qué condiciones se han pasado los Gavia, Agnello o Stelvio en otras ediciones. Y no hace falta remontarse al Bondone de Gaul o al 88, con las de este siglo vale: Sampeyre 03, Stelvio 05, Gavia 06 y 13, Agnello 16…todos se pasaron con temperaturas de 2-3-4º, con lluvia, aguanieve o nieve directamente. Descensos interminables de más de 20kms, carreteras más estrechas, paredones de nieve escoltando las bajadas mucho mayores que en Fedaia o Pordoi,..y se pasaron. La esencia del Giro, lo que ha hecho grande a esta carrera, lo que hace que nos peguemos al televisor solo para verlos franquear semejantes monstruos en condiciones casi siempre difíciles, lo que nos hace admirar a esta gente, aunque cada vez menos…

    Y por último, y no menos importante, Organización mediocre. Mediocre por rebajarse al chantaje, mediocre por no tener el valor suficiente para no traicionar su historia. Mediocre por no tener un plan alternativo. Y doblemente mediocre por estar más pendiente del “qué dirán” que de mantener la esencia, aunque solo sea aproximada, de lo presentado en febrero. Si no se puede pasar Mottarone, estamos en el norte de Italia señores,…si el Gavia tiene 8 m. de nieve, el Mortirolo tiene 7 vertientes, 5 de ellas perfectamente transitables, pues tan fácil como subir el coloso por Monno, bajar por Grosio y volver a subir por Mazzo,…pero donde esté el Cepo…

    Porca miseria…

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