El ovetense tuvo una carrera notablemente exitosa, con bastantes y variadas victorias en los mejores escenarios. Un corredor que ha llevado Asturias a las primeras líneas del ciclismo, desde el Tour de Francia a los Juegos Olímpicos. Una estatua conmemora su hazaña en Pekín en su Oviedo natal, inmortalizando su celebración en lo más alto del pódium, y ésa es la victoria por la que vamos a comenzar:
1. Oro en la delegación española: Samuel Sánchez campeón
Llegaba Pekín tras un Tour de Francia extraño. Los españoles habían tenido un rendimiento irregular, con la esperanza de que su buena etapa en Alpe d’Huez les diera garantía de cara a la cita olímpica. Valverde era la baza, aunque el murciano, como le suele suceder en los Juegos, no tuvo su día. Ahí salió la baza de Samuel al rescate, convertida en baza principal cuando se filtró en una fuga con Rebellin, Cancellara y otros grandes favoritos. Ni el campeón del Tour, Carlos Sastre, ni Contador ni Freire. El español fue el más fuerte en el sprint y logró redondear su actuación colgándose un oro que ya fue para siempre, eterno y que quedaría en la retina de todos los aficionados españoles.
2. Luz Ardiden, se encumbra diez años después de Laiseka
Euskaltel cerró ahí el ciclo de victorias en el Tour. Comenzó y acabó en el mismo lugar, con Luz Ardiden, esa cima tan mágica para el ciclismo español, y el recuerdo evocado de ese principio del conjunto naranja en la mejor carrera. Un alegrón que encumbró a Samuel en uno de los pocos escenarios que le quedaban por coronar. Un ataque en la base del descenso del Tourmalet que dio sus frutos y que ninguno de los favoritos pudo o supo contestar debido al factor sorpresa. En la general anduvo metido hasta los Alpes en la pelea por el podio. La subida al Galibier fue la que le penalizó.
3. Estreno a lo grande en la Bien Aparecida
Pese a haber ganado la Subida a Montjuic en 2004, no sería hasta la Vuelta a España de 2005 cuando estrenaría su casillero en las grandes vueltas. El famoso episodio entre Pereiro, Ardila y una línea de meta fantasma que confundió a sus rivales por la etapa fueron el escenario que presenció la gesta. La obsesión por la victoria le llevó a precipitarse en ciertas ocasiones que perdió antes otros ciclistas que aprovecharon la coyuntura. Aquí se quitó un buen peso de encima y comenzó a construir su gran carrera desde ese punto.
4. Por fin la ‘txapela’
El ovetense, como gran líder del Euskaltel Euskadi, había luchado contra viento y marea para coronarse como campeón en casa. Desde 2006, donde la carrera la perdió por únicamente la última etapa, una contrarreloj que contrarrestó los dos grandes triunfos de Samuel en sendas etapas en línea. En 2012 fue el más fuerte y confirmó a través de la última crono, ésa que le había sido esquiva antes, que el maillot amarillo serìa completamente suyo. La foto con la txapela fue muy celebrada por su equipo, que ganaba la carrera de casa.
5. Zurich, su mejor prueba de un día
Pese a que en las Ardenas tuvo actuaciones destacadas, la prueba suiza fue su mejor triunfo en una clásica. Fue en el año 2006, llovió mucho hasta su retirada, que fue ciertamente tardía, y sin igualar un triunfo como este. Por ello, pese a que ha tenido victorias tal vez mejores, esta es destacable por ser su mejor éxito de un día.
Escrito por Lucrecio Sánchez
Foto: Fabrizio Ferrari / LaPresse / RCS Sport