Opinión Profesional

Las dos velocidades del ciclismo profesional, por Ibai Azurmendi

Me siento afortunado por poder cumplir mi sueño y poder correr codo con codo con lo mejor del mundo. Considero mi profesión como un regalo y eso me ayuda en mi día a día a sacrificarme duro. También es un lujo compartir ese día a día con gente que ha sido un referente para ti. Pero una vez que se da la salida, se acaba, hay que correr sin miedo y, con respeto, olvidarse de quiénes son porque sino estás vencido. Se nota la diferencia entre los equipos World Tour y los que no lo somos. 

Las carreras, para empezar, son mucho más controladas con ellos. Suele haber más ritmo y el nivel medio es mucho más elevado, como es lógico. Las carreras se seleccionan más por desgaste, meten dos marchas más al final y cuando llega ya estás vacío, no te queda nada, es como hacer un potaje a fuego lento. También se nota cuando competimos junto a esos equipos de categoría inferior. Correr con los World Tour se nota y da ese puntito extra en cuanto a lo físico. Se lo escucho mucho a Luis Ángel Maté, que dice siempre que cuando terminas una gran vuelta se sube un escalón. 

Y es cierto. En ese paso de los días es cuando más se nota la diferencia entre las categorías. Una vez el cuerpo se va haciendo a esos esfuerzos, se van notando mejoras. Y en eso estamos. El equipo está dando pasos reales, poco a poco. Es verdad que es de agradecer la oportunidad de coger corredores de primer año como es mi caso. Estos ciclistas  han ido evolucionando con nosotros al mismo tiempo. Es de agradecer y habla mucho del equipo y de la filosofía que tiene. Comenzamos en Profesionales, pasamos a Profesional-Continental, manteniendo gran parte de la estructura y vamos dando pasos pequeños, vamos avanzando todos los corredores junto al equipo. 

Todos los miembros de la Fundación Euskadi tenemos en mente conseguir llegar a lo que era Euskaltel en su día. Se está trabajando muy bien, creo, también con la base y esa posibilidad de volver a lo que es- te equipo era está evolucionando paso a paso y está cada vez más cerca. En el día a día hay que ir haciendo lo que toca. Ya llegará. Mi día a día es bastante simple. Se trata de entrenar cada día, disfrutando del entrenamiento. 

En eso he cambiado un poco el chip, porque antes sentía que tenía que sufrir en cada salida para sentir que había entrado. Con los años he ido dándome cuenta de lo afortunados que somos y de lo bonito que es dedicarte a lo que te apasiona, así que el sufrimiento se ve de una forma diferente, la verdad. De esta forma no te creas ansiedades, llegas más fresco mentalmente a las competiciones, llegas con ganas y creo que es la mejor forma de afrontar esta profesión. Insisto en la idea que comentaba al principio de considerar el ciclismo como un regalo. 

Lo más difícil, quizás, es alejarse de esa forma de vida clásica que llevan tus amigos en cuanto a planes. Lo que conlleva el ciclismo no es compatible. Eso se echa en falta a veces, pero merece la pena.

Escrito por Ibai Azurmendi
Foto: @ACampoPhoto

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