En una de las mejores participaciones que se recuerdan de una Vuelta a España, hay un equipo que ha conseguido, al menos por un par de días, ganarle el protagonismo a los Evenepoel, Vingegaard y compañía. El maillot rojo ha caído sobre los hombros de un joven debutante que, con tan solo veinte años y en su primera gran vuelta, ha conseguido una hazaña que otros corredores nunca logran en toda su carrera deportiva. Él es Lenny Martínez. Apoyado bajo la dirección de Groupama-FDJ, el conjunto francés decidió presentarse en Barcelona con un equipo con una edad media de 23,5 años.
La apuesta era clara, a falta de grandes veteranos como Thibaut Pinot o de la marcha de su hombre rápido, Arnaud Démare, la escuadra francesa lo tenía claro. Querían poner a prueba al talento joven, que en principio, debe ser el futuro del equipo durante los próximos años. Hasta el momento, la jugada les está saliendo perfecta. Dos días de líderes de la clasificación general y un maillot blanco que todavía mantienen.

Lenny, ayudado por un gran Michael Storer, que recordaba al de La Vuelta 2021, edición en la que logró dos etapas, supo sufrir para vestirse con ese preciado maillot rojo. Ante la exhibición de un Sepp Kuss astronómico, al francés le respondieron las piernas y supo sufrir para lograr la distancia necesaria respecto al grupo de favoritos. La recompensa: dos días que jamás olvidará para un joven corredor que acaba de debutar en el World Tour.
Pero, precisamente, por este hecho, se trata de un ciclista que tiene que continuar progresando poco a poco. Porque a pesar de que además de este maillot rojo, también haya conquistado la Mont Ventoux Challenge, todavía debe seguir creciendo. Pero pronto comenzarán a sonar sobre él (si es que no lo están haciendo ya) cantos de sirena de una afición francesa que sueña con volver a ver a un compatriota luchar con las grandes estrellas en la carrera de casa, el Tour de Francia.
Un francés vistiendo los colores de un equipo francés, la presión será doble. Por ello, desde Groupama tendrán que comenzar a gestionar esta situación desde ya. Obviamente, es muy pronto para sacar conclusiones acertadas, pero la realidad es que esta Vuelta a España ha puesto a Martínez en los ojos de una afición francesa que ansía con poseer un corredor que tome el testigo de Bernard Hinault. Sin duda, palabras y suposiciones que se encuentran todavía a años luz del joven ciclista galo.

Lo cierto es que, a pesar de su juventud, tanto a él como a compañeros suyos como Romain Gregoire, no han tenido miedo de llevarlos a una carrera de la magnitud de la ronda española. Porque el otro joven galo, al igual que Lenny, del 2003, también es un gran corredor que aunque hasta el momento en La Vuelta no se le ha visto como a su compatriota, habrá que seguirlo con lupa. Si antes comentaba que Lenny posee una victoria en su primer año como profesional, Gregoire, ya atesora la general de los Cuatro Días de Dunkerque, la del Tour de Limousin y tres victorias parciales en ambas pruebas.
Dos corredores y un equipo que ilusiona a la afición francesa. Ya convirtió a Thibaut Pinot en un ciclista con una gran tirón mediático detrás que se podría comparar con el ‘landismo’. Ahora, en un futuro no muy lejano, quién sabe si podrían tener la opción de volver a intentarlo con cualquiera de estas jóvenes promesas. Hasta el momento, ya han hecho historia con Lenny (el más joven en lucir el liderato en la Vuelta), ahora les tocará seguir trabajando para desarrollar a un ciclista que ha necesitado muy poco para ilusionar a la afición gala.
Escrito por Sergio Quintana
Fotos: Unipublic / Sprintcyclingagency