Opinión Ciclistas

Llegó tu hora, Richard Carapaz

Ecuador en pie. Su bandera ciclista encarnada por Richard vuela portando de vuelta un maillot rosa que le corona como el rey de Italia por un año. Las multitudes se agolpaban ya en el aeropuerto para transmitir su gratitud al entonces corredor del Movistar español. Toda clase de homenajes se sucedieron, con el calor de un pueblo que vivía la magia de lo nuevo, la ilusión que les había traído en las maletas desde Europa. Antaño las batallas se ganaban con sangre y se volvía en loor de multitudes con la espalda manchada y magullada, la armadura intacta. Hoy se triunfa en guerras de pedales, sudor, balones o raquetas. Aquel mayo de 2019 será difícilmente olvidado por el recuerdo de una afición que desde entonces espera el máximo de su héroe. 

El nuevo objetivo es el Tour de Francia. Triunfar en París no es tarea sencilla. El calor, las carreteras, los puertos, las bajadas, las montoneras, los rivales y su equipo son los escollos a salvar. Sí, su equipo, el todopoderoso Ineos que alinea junto a él a varios ciclistas que llegado el momento podrían asumir la jefatura de filas del conjunto británico. Es ese un paso clave para asaltar en julio el maillot amarillo. Ya sabe cómo afrontar este tipo de situaciones, ya que su triunfo en Milán se produjo tras tomar la salida tres semanas antes sin ser ni siquiera uno de los favoritos más claros al podio. En su equipo, el Movistar, la apuesta era Mikel Landa. Fue la carretera, en cambio, la que mostró al más fuerte y, sobre todo, al más listo. Nibali y Roglic poco pudieron hacer ante el poderío del ecuatoriano, que aprovechó a tomar gran distancia con sendos ataques en Courmayeur y Ponte di Legno. La vigilancia extrema entre los dos grandes enemigos y el marcaje que ejerció su compañero fue clave para verle levantar la dorada espiral al cielo el último día. 

Sólo hay una referencia suya en la noble carrera gala, si bien coincide con el año de la pandemia. Un calendario extraño que enjugó dos grandes en apenas dos meses y medio. Tour y Vuelta revivieron al gran Carapaz, ése que ahora sí cuenta en los pronósticos. Roglic sufrió de lo lindo para hacerse con su segunda Vuelta. Sólo la contrarreloj desequilibró la balanza de un duelo que fue magnífico y que en la Covatilla infartó de nuevo a todo Ecuador con la posibilidad de revertir esa clasificación en la que escasos 24 segundos le separaron de aumentar su leyenda. En el Tour se fajó para conseguir un maillot de la montaña que fue a parar a manos del ‘caníbal’ Pogacar, regalando una etapa a su compañero Michal Kwiatkwoski tras alcanzar la línea de meta ambos en solitario. Una oportunidad perdida, si bien vendrán muchas en el futuro y mucho más importantes. 

Por lo pronto, Carapaz tiene un Tour en las piernas. Los ciclistas suelen tener entre tres y cuatro años de gran esplendor para después decaer en su rendimiento. El momento de Richard es ahora. El recorrido le favorece, incluso las contrarrelojes no son ninguna de una gran longitud, y entre media y alta montaña consigue un buen menú para compensar pérdidas. Siendo Ineos el equipo a batir y sin Bernal en liza, debería tomar la salida en Brest con la moral por las nubes y compartiendo gallinero y responsabilidades con Thomas. El galés ya sabe lo que es lucir el número uno en su bicicleta, por cierto. En él tendría un buen guía si las cosas se dan mejor para el de Ecuador que para el de Gales. Todo si sabe cuidar la forma en la que auto asume el mando de las operaciones. Si repite la operación Giro en Movistar, tiene mucho avanzado para ser uno de los candidatos. Eso sí, para ganar tiene que verse las caras con los monstruos actuales, que no son precisamente ni fáciles ni previsibles. Es tu año, Richard. 

Escrito por: Jorge Matesanz (@jorge_matesanz)
Foto: @ACampoPhoto

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