El conjunto Trek Segafredo, de patrocinador estadounidense en primer término e italiano en segundo, ha tenido muy buena relación con el ciclismo italiano. En la versión masculina del conjunto han tenido en sus filas a Vincenzo Nibali, ahora tienen a Giulio Ciccone, han tenido al ahora polémico Antonio Tiberi, etc. En cambio, la versión femenina del equipo tiene un buen arsenal de ciclistas transalpinas que además son algunas de las más exitosas del calendario femenino.
Al frente de esta potente escuadra se encuentran un par de ciclistas que podríamos considerar una entente letal y apodarlas ‘Las Elisas’, porque ambas responden a dicho nombre, y son Elisa Balsamo y Elisa Longo-Borghini. Una es una velocista excelente, de las mejores del momento, si cabe la mejor junto a la neerlandesa Lorena Wiebes. La otra, un auténtico portento en las clásicas y en las pruebas por etapas. Podríamos equipararla a un Tadej Pogačar un tanto más diésel. Y con todas las demás diferencias que existen, pero en esa versatilidad que sólo los elegidos y las elegidas son capaces de llevar a la práctica con éxito, y de la que Elisa es buen ejemplo.

Ganadora del Tour de Flandes, de Strade Bianche y de la París Roubaix Femmes (ésta en 2022), la corredora de Ornavasso está viviendo un buen momento en el Trek Segafredo. Su liderazgo no está en cuestión y comparte bien las responsabilidades con su compatriota Elisa Balsamo, quien queda más para la resolución de las llegadas o situaciones más específicas. A la hora de rodar, echar órdagos y pelear contra las grandes, mejor Longo-Borghini. Si la situación llega cerca del empate, ahí Balsamo es difícilmente batible. En ese sentido, el gran beneficiado de esta dupla es Trek Segafredo, que parece tener en ellas una garantía de permanecer en la élite del World Tour junto a ellas.
En la reciente París Roubaix se desenvolvieron bien como equipo, con Balsamo forzando en los tramos de adoquín, aunque la suerte no estuvo de su lado con las caídas y la necesidad de remontar. No todos los años se puede y ya eran dos años consecutivos ganando Trek Segafredo la carrera, por lo que seguro que en el futuro tienen opción de seguir haciendo ese bonito tándem que conforman.
Y no sólo a ellas, ya que el conjunto americano es mucho más. Amanda Spratt, Lucinda Brand, Brodie Chapman, Ellen Van Dijk, Lizzie Deignan y … Gaia Realini. La menuda italiana es oro puro, más dirigida a la escalada y los grandes puertos, pero desde luego que habría que unir su nombre desde ya a esa dupla magnífica que conforman ‘las Elisas’. Realini es muy joven, pero ya ha levantado los brazos en este 2023, la temporada de su debut en el equipo. A sus casi 22 años, ha sido capaz de resistir a dos históricas del Trek como la propia Longo-Borghini y a Spratt, llegando con ambas de la mano a la línea de meta.

Eso quiere decir dos cosas: que tiene nivel para estar con las mejores y que con el gran futuro que posee, es una joya que ir poco a poco puliendo y curtiendo para que en los grandes puertos marque la diferencia. No sería nada raro verla participar en el Giro Donne y destacar incluso por encima de sus jefas de fila, ya que con apenas 40 kilos de peso, es una auténtica pluma para los puertos, donde se marcarán las mayores diferencias en la carrera. Si es capaz de esto sin tener todavía una gran experiencia en las mejores carreras, qué será capaz de hacer cuando la tenga.
Junto a ellas, hay una cuarta ‘Beatle’, la también italiana Ilaria Sanguineti. También nueva en Trek desde esta temporada, la corredora nacida en San Remo supone un buen apoyo para sus compañeras. Es una ciclista rápida que ayudando a Balsamo ha podido entrar en el top ten de alguna prueba como la primera etapa de la Setmana Valenciana. Su papel por el momento parece algo secundario, que no menos importante, si bien ha estado cinco años en el Valcar, en el que coincidió con la ex campeona del mundo y ahora compañera de equipo, y ha ganado varias carreras de importancia.
Escrito por Lucrecio Sánchez
Foto de portada: Getty Images Sport