Uno mira el recorrido del Tour y sí que encuentra clásicos. Ahí están nada menos que el Tourmalet y Mont Ventoux, ascensión que además gozará de un protagonismo especial, puesto que se sube por dos vertientes distintas, en uno de los mejores diseños de la historia de la carrera, al menos en lo que va de siglo. El “descaro” en cuanto a la omisión de puertos históricos no llega a los niveles del pasado Giro de Italia, pero sí da que pensar sobre sus presuntos “sustitutos”: ¿Llenan el vacío que dejan los clásicos? ¿Presentan una calidad y dureza del mismo nivel? Difícil, aunque no imposible. Por muchas vueltas que le des al recorrido, por mucho que preguntes a esos sesudos tuiteros que saben de ciclismo más que nadie en toda la historia, por mucho que estudies al detalle cada kilómetro de cada etapa, en el Tour 2021 no encontrarás…
JOUX PLANE
El extraordinario puerto alpino de Joux Plane no alcanza, ni mucho menos, la altitud de colosos cercanos y con muchísima más historia, pero algo tiene… Algo tiene para que en julio de 2000, en pleno “paseo militar” de Lance Armstrong, la carrera volara por los aires: Pantani se “inmoló” desde muy lejos (a más de 130 kilómetros y varios puertos por delante) y el destrozo lo aprovecharon fenomenalmente los rivales del norteamericano, quien sufrió uno de los días más duros en sus Tours victoriosos (hoy desiertos, sí). Con 11,5 kilómetros a más de un 8% de pendiente media, Joux Plane precede habitualmente a la llegada a Morzine…

ISERAN
Puerto más alto de los Alpes (recordemos que la carretera La Bonnette llega más arriba, a 2802 metros, pero el paso de montaña es más abajo de esa altitud), el Iseran se pasó por primera ver, en el Tour, en el año 1938 y han sido contadas las ocasiones en que la Grand Boucle lo ha incluído. La última, hasta el momento, marcó de manera definitiva la carrera deportiva de Egan Bernal y acabó con el gafe que impedía que un colombiano ganara en París. El de Ineos atacó en su ascenso y se fue en busca de la gloria, pero los desprendimientos, en plena bajada, obligaron al recorte de la etapa, con lo que los tiempos de aquella etapa se tomaron en la cima del puerto. ¿Favoreció aquello a Bernal? Circunstancias de carrera, que de esas situaciones la historia del ciclismo está llena…

GALIBIER
El segundo puerto más visitado en la historia del Tour de Francia (tras el Tourmalet), no se pasará en esta ocasión. Galibier se estrenó en 1911, nada menos, y sobre sus rampas, tanto las de una vertiente como las de otra, los más grandes de la historia del ciclismo han escrito páginas de gloria. En 1993 Miguel Indurain y Tony Rominger destrozaron la carrera tanto en su ascenso como en su descenso, en una meta que estaba colocada en Serre Chevalier; en tanto que para el centenario la organización del Tour lo utilizó en dos etapas consecutivas: en la primera, como meta, Andy Schleck asaltó los cielos tras atacar en el Izoard, y al día siguiente un Alberto Contador con ganas de revancha utilizó el Galibier a pocos kilómetros de la salida para lograr una victoria épica…

IZOARD
Louison Bobet, ganador de tres Tours de Francia de manera consecutiva (1953, 1954 y 1955) dejó para la historia, además de sus innumerables gestas ciclistas, una frase: “Los campeones pasan solos por la Casse Desserte”, tramo agreste, desértico, ya muy cerca de la cima del puerto, Bobet se sirvió del Izoard para cimentar dos de sus victorias.

ALPE D’HUEZ
“La montaña de los holandeses”, “quien viste de amarillo en su cima, llega de amarillo a París”, “el puerto de las 21 curvas”, posiblemente Alpe D’Huez sea la ascensión más famosa del mundo del ciclismo. A pesar de su estreno en 1952 (ganó un tal Fausto Coppi), la fama de Alpe D’Huez no empezó a acrecentarse hasta los años 70, cuando la organización del Tour la incluye de manera sucesiva, casi año tras año, tanto en el formato en línea, como, también, en alguna ocasión, en cronoescalada (como en 2004). Tal vez la llegada más impactante haya sido la de 2008 (en línea), cuando se culminaba una etapa de más de 200 kilómetros, 5000 metros de desnivel y en donde Carlos Sastre dio el golpe de autoridad, ganando la etapa y vistiéndose de amarillo, maillot que ya no soltaría hasta París.

CROIX DE FER
Puerto alpino utilizado muy a cuentagotas por el Tour de Francia, vivió su “apogeo” en 2015, cuando se hicieron dos pasos en dos etapas consecutivas, debido, uno de ellos, a la modificación de la etapa de Alpe D’Huez. En Croix de Fer se vivió intensamente la batalla entre los dos rivales del mismo equipo Vie Claire en 1986, Bernard Hinault y Greg Lemond. El primero atacó al segundo, quien vestía de amarillo, de forma furibunda, pero ambos llegaron juntos a la base de Alpe D’Huez. Otro de los grandes episodios en este puerto tuvo lugar en el último paso, en 2015, cuando Alejandro Valverde y Nairo Quintana hicieron una meteórica ascensión que a punto estuvo de hacer sucumbir a Chris Froome. Ayudado por Richi Porte, el keniata salvó la arriesgada apuesta de los dos líderes de Movistar.

MADELEINE
Ocho años sin incluirse un puerto eminentemente de escaladores. Por su cima han pasado en primer lugar nada menos que Lucien Van Impe, Perico Delgado, Richard Virenque, Piotr Ugrumov, Richard Virenque… En la Madeleine tuvo lugar la revancha de Jan Ullrich, quien 24 horas antes había sufrido una descomunal pájara que le había llevado a perder más de 9 minutos en meta respecto a Marco Pantani. El alemán, enfurecido, puso un ritmo endiablado en la subida y fue soltando uno a uno a todos sus rivales, excepto al líder, el italiano Marco Pantani. Ullrich ya no paró hasta la meta de Albertville…

BALLON D’ALSACE
Puerto situado en la cordillera de Los Vosgos (nos apartamos por un momento de los dos sistemas montañosos principales franceses, Alpes y Pirineos), el Ballon d’Alsace destaca por su historia, sobre todo: por ser la primera cumbre que pasó el Tour de Francia (en 1905) y porque puede decirse que fue aquí donde arrancó la tiranía de Eddy Merckx en la carrera francesa, en 1969, tiranía que se prolongó, también puede decirse, hasta Pra Loup 1975…

AUBISQUE
Puerto mítico de los Pirineos, Aubisque destaca, sobre todo en cuanto a dureza, por su vertiente de Laruns (la oeste), aunque por paisaje no podemos dejar de lado la este, la que une Soulor con Aubisque a través del Circo de Litor, uno de los rincones pirenaicos más recomendables para todo amante, no sólo de la bici, sino de las montañas en general… Utilizado en infinidad de ocasiones como puerto de paso, también se instaló la meta dos veces más, siendo la última la del duelo Rasmussen-Contador, en 2007. A destacar, sin duda, la de 1969, la etapa de Mourenx, en la que Eddy Merckx había atacado en el Tourmalet y pasa destacadísimo por la cima del Aubisque, en solitario, vestido de amarillo, rumbo a la gloria…

LARRAU
En el verano de 1996 esperábamos con ansia el Tour de Francia, el que iba a ser el sexto de Indurain, pero llegó Les Arcs (otro que no se ha vuelto a subir jamás), llegó Hautacam (aquel en el que Riis trató al resto como meros juveniles) y, finalmente, llegó la tortura de la etapa de Pamplona, con Larrau, el durísimo Larrau, como juez definitivo del que no sería jamás el sexto Tour. La locomotora de los años anteriores parecía bloqueada en las rampas de un puerto que estaba al lado de su casa. Larrau, con 15 kilómetros al 8%, kilómetros enteros a más el 10%, con asfalto derretido en aquel mes de julio, atestado de aficionados, fue la sentencia a Indurain. El Tour volvió en 2007, a muchísimos kilómetros de meta, pero jamás volvió a darle cabida en sus recorridos como juez. ¿Fue por el sufrimiento que infringió al amado gigante navarro? Un trago demasiado duro para todos los amantes al ciclismo, un trago del que se cumplen 25 años…

Escrito por Marce Montero (39×28.com)
Fotos: 1001puertos.com