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Los 5 objetivos de Enric Mas para 2023

Tras un 2022 con sus luces y sus sombras, el 2023 de Enric Mas se presupone tan ambicioso como se planteó la temporada anterior. Sus problemas con los descensos a lo largo de la temporada, en los que perdió a lo largo de la primera parte del año lo que ganó en las subidas, uno de sus principales escollos, ya que de piernas se pudo ver al balear bastante bien a lo largo de toda la temporada, inclusive carreras que en teoría no le iban nada bien como las clásicas italianas de final de año, donde la explosividad suele ser un punto muy a favor.

Hasta en ese terreno más indeterminado para un escalador puro como Enric ofreció un buen rendimiento. Una temporada de donde rescatar muchas cosas positivas. Su actuación en Tirreno Adriático, donde de no mediar la caída en el descenso del Monte Carpegna hubiese subido al podio, fue un gran espaldarazo moral para el corredor de Artá. El problema fue que el calvario de las bajadas empezó a latir y ya no hubo forma de remontarlo, con una confirmación de ese inconveniente en las bajadas como fue un nuevo accidente, esta vez en la Itzulia, donde bajando el Alto de Ixua besó el suelo y perdió sus opciones de colarse en el podio.

Fue un gran revés, ya que había atacado en la subida y estaba planteando una situación de carrera muy interesante. Estaba siendo valiente, el gran debe de Enric Mas y argumento que muchos medios y aficionados han utilizado como base para la crítica al corredor de Movistar. Pero la fortuna le estaba siendo esquiva y el miedo a los descensos estaba floreciendo hasta el punto de llegar a afectar muy seriamente al ciclista español.

En ese punto se llegó al Tour de Francia, en el que partía como uno de los favoritos a ocupar una plaza en el podio de París. Allí las tensiones acumuladas del año, la presión y todo ese aspecto de los descensos terminaron por bloquearle y hacerle perder mucho tiempo en la etapa que finalizaba en el Col du Granon. Pese a las mejorías en la etapa de Alpe d’Huez, donde llegó con los mejores, o la primera etapa pirenaica, el Tour estaba ya perdido y aprovechando que el Covid pasaba por su casa, abandonó para poner cosas en su sitio.

Enric Mas ataca en el Piornal, en la fase decisiva de la Vuelta 2022 © Sprint Cycling Agency / Movistar

De esa forma supo recomponerse, el equipo fue sincero y no ocultó nada, lo cual liberó de mucha tensión y ‘humanizó’ al personaje, con lo cual poco a poco el líder del Movistar fue superando su miedo al descenso, en el que trabajaron y trabajaron muy bien, y poco a poco encarar la Vuelta a España, el segundo gran objetivo del año. Segundo clasificado, buenas sensaciones, la crítica que se le podía hacer era la de siempre, el no perder el miedo al viento en la cara, a apostar definitivamente por intentar ganar.

Una crítica que fue más hacia su equipo, que estaba además en una preocupante situación para mantener la categoría World Tour. Ese conservadurismo es uno de los debes del equipo y del ciclista mallorquín, aunque el final de temporada, donde ganó el Giro dell’Emilia ante Tadej Pogačar debería darle moral de cara a 2023, donde se plantea cinco objetivos fundamentales.

Líder único de Movistar

Tras la retirada de Alejandro Valverde, Enric Mas se sitúa al frente de la plantilla del Movistar en solitario. El papel del murciano, si bien su rendimiento deportivo había caído mucho con respecto a años anteriores, era muy importante dentro del vestuario porque restaba mucha atención mediática y a su vez daba la tranquilidad de que su clase aún estuviese disponible de vez en cuando para dar presencia al equipo.

Enric toma las riendas por completo, sin ningún tipo de duda. No hay otro líder para las generales, ni absolutamente nadie que sea capaz de hacerle sombra en cuanto a calidad ciclista. Sí hay corredores para otros terrenos, pero no comenzará las grandes vueltas con algún otro corredor que le robe protagonismo o atención por parte del equipo.

Ese liderazgo le permitirá tener las ideas claras, que no siempre lo han estado a tenor de declaraciones de los protagonistas, pero parece que en 2023 ya se parte con un objetivo claro de “todos para Enric”. También deberá acostumbrarse a ese foco exclusivo y que añadirá cierta presión sobre un ciclista que ha demostrado debilidad ante ella. Aún así, ya son 28 años los que disfrutará durante la temporada y es hora de asumir el momento de la verdad, que ya ha llegado.

Enric Mas precede a Alejandro Valverde en el pelotón de la Vuelta © Sprint Cycling Agency / Movistar

Podio en el Tour de Francia

El objetivo de ganarlo es complicado. La superioridad que mostraron Vingegaard y Pogačar sobre el resto de competidores, además de la de sus equipos, fue tan aplastante que ya ningún otro corredor se plantea el hecho de intentar ganar. Un error, porque un indeseado accidente, una enfermedad o un mal rendimiento de uno de los dos abriría el duelo a un tercero, que por piernas podría ser perfectamente Enric Mas.

El podio, si el español consigue estar donde tiene que estar y no sufre de algún problema que le atenace, debería estar al alcance, al menos en su tercera plaza. En 2022 fue Geraint Thomas quien lo logró, y no parece que sea un ciclista que en montaña esté a la altura del mejor Enric Mas. La mayor ventaja es que además, uno de sus talones de Aquiles, como es la crono, estará ausente de la edición 2023 del Tour de Francia.

Es el momento de apostar el todo por el todo por la carrera francesa y ya que el recorrido inicia en España y tiene un trazado absolutamente montañoso, se presenta ante sus ojos la oportunidad de su vida de conseguir algo en la considerada como mejor carrera del mundo.

Vuelta a España: sólo vale ir a ganar

Es una cantinela que es la primera vez que suena. Su equipo, el Movistar, afrontó aquel famoso problema de los puntos y tras la baja de Enric Mas en el Tour, donde no sumó, la Vuelta era la oportunidad para salvar al equipo del descenso. El balear hizo lo que tenía que hacer, que era asegurar el podio. El problema fue que dio la sensación de que ni siquiera intentó aprovechar las excelentes piernas que demostró para intentar ganar.

Sea como fuere, en 2023 no cabe otra opción que salir a ganar. Ya ha sido tres veces segundo en una carrera que se le da manifiestamente bien. Ha perdido ante rivales excepcionales, pero la segunda plaza se le queda ya pequeña. Aún está por ver el recorrido, que será eminentemente montañoso y le favorecerá. También los rivales. Pero una cosa está clara, y es que el de Movistar puede mirar a cualquiera de ellos a los ojos y pelear de tú a tú por el maillot rojo definitivo.

Si después pierde en esa lucha, nadie podrá reprocharle absolutamente nada. Es un ciclista de una calidad sobrada al que la mayor parte de la crítica lo que le pide es que lo intente, que utilice sus grandes capacidades, que son evidentes, para luchar por ganar.

Enric Mas sabe que debe tomar la iniciativa en este 2023 © Sprint Cycling Agency / Movistar

Desterrar las etiquetas de conservador

Si se pregunta a cualquier aficionado al ciclismo, ninguno pondría en duda la calidad de este corredor. Sin embargo, si preguntamos por actitud, tal vez empiecen a aparecer las críticas. Y son evidentes, Enric es consciente y para 2023 será una de las grandes batallas, y es luchar contra esa imagen de conservador. Muchos de esos aficionados también añadirán que la responsabilidad y origen al mismo tiempo tal vez no tengan que ver con el balear, sino con su equipo.

Un Movistar al que no es la primera vez que se le acusa de frenar a sus líderes en sus ambiciones para asegurar resultados. Con excepciones, como cuando son dirigidos, por ejemplo, por Max Sciandri, donde la mentalidad parece cambiar por completo y los resultados, además, llegan. Mas necesita liberarse de ese sambenito para ganarse el apoyo total e incondicional de la afición.

Con 28 años ya le empieza a urgir llenar su palmarés de victorias, que solamente acumula ocho en sus seis o siete temporadas como ciclista profesional. Es cierto que si obviamos la extraña temporada del año 2020, no ha dejado ningún año en blanco, pero hablamos de un ciclista que debe tirar del carro del ciclismo español y que tiene calidad para torear en las mejores plazas.

Superar del todo el miedo a los descensos

Es otra de las grandes asignaturas completadas en 2022. De cara a 2023 no hay mucho más que hacer que mantener esa actitud hacia las bajadas de los puertos, ya que serán muy importantes en varios de sus objetivos del año. En el Tour de Francia existen numerosas bajadas con peso en la carrera y que verán mucha actividad de los líderes, por lo que no puede permitirse perder ni un milímetro debido al miedo. Después la carrera y sus piernas decidirán cuál es su sitio, pero sin duda no puede repetirse el fracaso del año anterior en el Tour de Francia.

Las oportunidades van pasando, los rivales renovándose y el balear ya no puede permitirse fallos, por lo que ese escenario del Tour 2022 no puede repetirse. En principio parece algo que ya forma parte del pasado, como demostró en la Vuelta y en las clásicas italianas de final de temporada, pero es bueno asegurar que los fantasmas no volverán y que seguirá contando con la misma confianza que terminó el año.

Y si llega el caso que prefiere ciertas condiciones para bajar más seguro, deberá forzar mucho más en las subidas. De ese modo, tendrá la opción de aflojar un tanto en el descenso. Una táctica que seguía mucho el mítico Federico Martín Bahamontes.

Escrito por Lucrecio Sánchez

Foto de portada: Sprint Cycling Agency / Movistar

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