Cuenca, un territorio que entre sus dentadas montañas y ruidosos ríos ha visto crecer diferentes civilizaciones, desde la romana hasta la cristiana y que actualmente es uno de los lugares más despoblados del país. Sin embargo, esto no ha impedido que nacieran dos hermanos que pasearían el nombre de Mota del Cuervo por las mejores carreras del pelotón internacional.
Esos son Jesús y José Herrada, dos ciclistas con no mucho renombre que suelen pasar de los grandes focos, pero que desde la sombra llevan años haciendo un brillante trabajo que les ha permitido desarrollar una sólida carrera profesional. Influenciados por su otro hermano mayor y su padre, se engancharon desde muy pequeños al mundo de la bicicleta, hasta el punto de convertirla en su profesión. El mayor de ellos, José, llegó al profesionalismo en 2006 y tan solo un año más tarde sería elegido por la Federación Española de Ciclismo para ser uno de los representantes de nuestro país en el Tour de L’Avenir, carrera en la que se enfrentan las grandes promesas del ciclismo mundial. Finalmente ratificaría esta decisión adjudicándose un brillante triunfo de etapa.

Con el comienzo de una nueva década fichó por el Caja-Rural, con el que consiguió una victoria en la Vuelta a Portugal como mayor logro, esto sumado a otra serie de buenos resultados le acabaría llevando hasta una de las formaciones con más historia de nuestro ciclismo, el Movistar Team. Poco más tarde, allí acabaría uniendo su camino al de su querido hermano pequeño, Jesús, quién consiguió dar un paso más adelante y tras dos temporadas que le sirvieron de aprendizaje se consagró en el profesionalismo al hacerse con el título de Campeón de España en 2013; prueba que acabaría revalidando en 2017.
No obstante, si a la hora de hablar de Jesús se nos viene un momento la cabeza ese es cuando al finalizar la etapa 12 de la Vuelta España 2018 (ya vistiendo los colores del conjunto Cofidis), el conquense logró colocarse como líder de la clasificación general tras meterse en una fuga que el equipo del que a posteriori se acabaría haciendo con la edición de ese año (Simon Yates) dejó marchar. Caracterizado por filtrarse en fugas de etapas con mucho desgaste, su idilio con la ronda española continuó al año siguiente, tras conseguir su primera etapa en una gran vuelta.
Pero es que Jesús, a pesar de no tener un palmarés con un gran número de triunfos siempre ha estado ahí. Mientras una gran generación de ciclistas se retiraba (Contador, Purito…) y otra llegaba (Enric, Ayuso, Carlos Rodríguez…) él ha continuado peleando, hasta acabar definitivamente con los fantasmas que venían anunciando la peor racha española sin victoria en grandes vueltas desde 1955, aquella que nos empezó a hacer olvidar Marc Soler con su victoria en la etapa con final en Bilbao.

En definitiva, la historia de los hermanos Herrada es la de dos amantes de la bicicleta a los que quizás no se les ha valorado como se debía, en parte ya que han vivido tapados por una de las mejores generaciones del ciclismo español. Jesús finalmente pudo anteponerse a esta circunstancia y brillar. José ya no lo tendrá tan fácil.
Escrito por Sergio Quintana Pérez
Foto de portada: Photogomezsport