Ciclistas

Los Seis Días de Iljo Keisse

La temporada que viene se echará en falta a muchas de las grandes estrellas de las últimas décadas. En un invierno de retiradas sonadas hay hueco también para otros ciclistas que, desde un plano menos mediático, han dado que hablar e incluso han levantado pasiones. Es el caso de uno de esos ciclistas que supieron empaparse de la filosofía Lefevere, convirtiéndose en gregario indiscutible en un equipo como QuickStep, donde la fuerza del bloque es innegociable. Trece temporadas en el equipo belga demuestran su valor para la manada de lobos. Un ciclista que consiguió enormes éxitos en el velódromo, especialmente en el madison y en ese fantástico espectáculo que son los Seis Días. Un coleccionista de victorias en esta especialidad, que se ganóel homenaje de una afición entregada en su casa, en el velódromo de Gante, su ciudad natal, donde hace escasos días completó su últimas vueltas. Unos Seis Días de Gante que venció en siete ocasiones.

La carrera deportiva de Iljo Keisse nos ha dejado momentos impactantes, tanto en el lado brillante como en el oscuro. Os proponemos un recorrido por algunos de esos momentos destacando seis fechas para dar vueltas a un velódromo en el que a veces aparecían desagradables baches.

Dalmine (Italia) – 5 de julio de 2005 – LA MADISON

Su primer gran campeonato en el madison llegó en el velódromo lombardo de Dalmine, donde se alzó con el título europeo haciendo pareja con Matthew Gilmore. Sería el primero de tres títulos europeos, pues repetiría éxito en 2005 y 2008, esta vez con Kenny de Ketele. Iljo Keisse despuntó en su juventud como ciclista en esta especialidad, aunque nunca llegó a alzarse con el título mundial o la medalla olímpica. Quizás en ese 2005 fue cuando más cerca lo tuvo, pues se llevó el bronce en el Mundial de Los Ángeles, además de anotarse la Copa del Mundo de Moscú. Tras la retirada de Gilmore por lesión, sus grandes parejas fueron el alemán Robert Bartko para los meetings de Seis Días, y el ya citado De Ketele en la selección nacional. En los últimos años ha ido alternando parejas en la madison, muchas veces con miembros de su equipo como Terpstra, Cavendish, Viviani o Morkov. En sus últimas carreras hace pareja con su compatriota Jasper De Buyst.

Iljo Keisse y Robert Barko en los Seis Días de Zurich. Foto: tetedelacourse, CC BY-SA 2.0, via Wikimedia Commons
Gante (Bélgica) – 23 de noviembre de 2008 – EL DOPAJE

Iljo Keisse terminaba de nuevo en primera posición en los Seis Días de Gante junto a Robert Bartko para completar un gran año. Con De Ketele se habría proclamado de nuevo campeón de Europa y campeón de Bélgica. En solitario había logrado el título nacional en puntuación, y con Bartko se había llevado también los Seis Días de Bremen, Stuttgart y Múnich.

Sin embargo, la racha triunfal se truncaría al anunciarse poco después del resultado de un control antidopaje realizado en la prueba de Gante. El belga había dado positivo en catina e hidroclorotiazida (HCT). Keisse defendió su inocencia, pero no evitó que fuera expulsado con efecto inmediato de su equipo, el Topsport Vlaanderen. Pese a anunciarse una sanción por dos años, en noviembre de 2009 la Federación Belga lo absolvería, aceptando irregularidades en el control. Aquí aparecería Patrick Lefevere ofreciéndole un contrato con QuickStep. De todas formas, en verano de 2010 un recurso de la AMA volvería a ratificar la sanción, por lo que estaría sin correr hasta la temporada 2011, siempre con un QuickStep donde sí se creyeron la inocencia de su corredor.

Izmir (Turquía) – 28 de abril de 2012 – LA VICTORIA MÁS ÉPICA

Iljo Keisse ha ganado poco en el ciclismo de ruta a nivel individual, siendo siempre más que un fiel escudero en los éxitos de sus compañeros. Pero su primera victoria en la élite será recordada para siempre. Un triunfo memorable en la Vuelta a Turquía, enfrentándose a un pelotón de velocistas en el complicado final en Izmir. Cuando el tira y afloja parecía casi imposible de adivinar, el trotón belga se iba al suelo en una complicadísima curva nada más pasar el banderín del último kilómetro. A partir de ahí, la épica, que musicada con los comentarios de un desatado Brian Smith (“Come on Keisse for goodness sake!“), suponen uno de los momentos más locos y apasionantes del ciclismo reciente:

Milán (Italia) – 31 de mayo de 2015 – ROMPIENDO ESQUEMAS

La última etapa de las grandes vueltas. Ese día en el que un circuito sirve como homenaje a los bravos luchadores que han sobrevivido a las tres semanas de esfuerzo, pero que también tiende a vestirse de gran milonga en la que la competición brilla por su ausencia. Territorio reservado para los pocos velocistas que no se hayan quedado por las montañas previas. Solo algunas veces, muy pocas, algún inconsciente intenta romper la armonía y dejar a los sprinters con un palmo de narices. Conseguir una victoria así ya da pase directo a los libros de estadísticas. Sabes que tu nombre resonará cada vez que esa carrera llegue a su tedioso remate final. Y eso consiguió Iljo Keisse en 2015. Consiguió adelantarse y ganar el pulso al pelotón junto a otro buen caballo de tiro como el aussie Luke Durbridge para poner la guinda a un Giro que coronó a Contador en el año en el que el landismo se hizo eterno.

San Juan (Argentina) – 25 de enero de 2019 – LA VERGÜENZA

La manada de lobos realizaba un entrenamiento por la ciudad de San Juan antes del inicio de la Vuelta del mismo nombre, que inauguraba la temporada. Alaphilippe sería el jefe de filas con claro objetivo a la victoria final en la general. Una joven camarera, de 18 años, pedía a los corredores una foto para el recuerdo. Los ciclistas posaban relajados, sonrientes, seguramente haciendo algunas bromas en algún idioma que la joven argentina quizás no entendiera. Entonces a Iljo Keisse se le ocurre subir el tono, haciendo un gesto sexual obsceno y deplorable. Pocas luces. La joven ve la foto y decide realizar una denuncia contra el ciclista belga por abuso sexual. Estalla la noticia y Keisse es expulsado de la carrera por la organización.

Rueda de prensa, arrepentimiento, “fue sin querer”, “una estupidez”, “no lo pensé”, “no fue para tanto”… Un comportamiento indigno de cualquier persona, y quizás más de un profesional con 36 años. Una barrabasada que quizás en otro equipo podría haber supuesto el final de su carrera o problemas graves con los patrocinadores. Tuvo la suerte de correr en el equipo de Lefevere, especialistas en eso del borrón y cuenta nueva. A seguir.

© ASO/B.Bade
Binche (Bélgica) – 4 de octubre de 2022 – EL GESTO DEL CAMPEÓN

Una de las últimas carreras de la tempora en Bélgica. Como de costumbre, Iljo Keisse realizó su trabajo en la primera parte de la prueba, para descolgarse después y disfrutar de sus últimos kilómetros como profesional. No fue un gran día para su equipo, que no pudo luchar por el triunfo en una de esas pruebas que tanto gustan a los lobos. Sin embargo, un gesto de un auténtico campeón era una de las noticias destacada de ese día.

Remco Evenepoel, luciendo su reciente y flamante maillot arco iris, decidió esperar a su compañero para cruzar la meta con él. Iljo Keisse recibía así un precioso homenaje por tantos años de servicio al equipo. El joven Remco, en el cierre de un año memorable, rendía pleitesía a uno de sus fieles gregarios. Terminar tus días como ciclista abrazado por un campeón del mundo y aclamado por tu afición significa que, pese a todo, algo has hecho bien en tu carrera.

Escrito por Víctor Díaz Gavito (@VictorGavito)

Foto de portada: Daniel Dal Zennaro / RCS Sport

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