Opinión

Los Tours de Juan Pelota

Hace unos días, Joseba Beloki, en una entrevista, explicaba que, si los organizadores del Tour de Francia habían declarado en blanco la primera posición del Tour de Francia de 2002, él tendría que ser automáticamente declarado vencedor de esa edición. Retomaba así un tema polémico y recurrente al que es difícil dar respuesta.

Hace casi diez años, el 22 de octubre de 2012, la Unión Ciclista Internacional (UCI), a partir de un informe de la Agencia Antidopaje Estadounidense (USADA), hacía efectiva la sanción a Lance Armstrong de por vida y la anulación de su palmarés desde agosto de 1998. Eso suponía perder sus siete victorias consecutivas en el Tour de Francia, entre 1999 y 2005. El Comité de Administración de la UCI decidió “no conceder las victorias a otros corredores ni modificar las clasificaciones de todas las competiciones afectadas” por la sanción a Armstrong, una decisión con la que estaba de acuerdo el director del Tour de Francia, Christian Prudhomme.

Si se hubiesen otorgado las victorias en los Tour de Armstrong al segundo clasificado, figurarían en el palmarés los ciclistas Alex Zülle (1999), Jan Ullrich (2000, 2001, 2003), Joseba Beloki (2002), Andreas Klöden (2004) e Ivan Basso (2005). Excepto para Ullrich, que venció en el Tour de Francia de 1997 y pasaría a tener cuatro Tours como Chris Froome, para el resto sí significaría entrar en la exclusiva lista de ganadores de la ronda gala. La decisión de no asignar a estos ciclistas estos triunfos tiene que ver con toda probabilidad con que también hay muchas dudas sobre ellos, puesto que de una manera o de otra los cinco estuvieron implicados en casos de dopaje en una época muy compleja para el ciclismo.

Teniendo en cuenta que otros campeones del Tour de Francia como Bjarne Riis (1996) o el propio Jan Ullrich (1997) han reconocido que se doparon en los Tour que ganaron y, aun así, siguen figurando en el palmarés de la Grande Boucle, es lógico que haya personas que defiendan que Lance Armstrong podría perfectamente seguir figurando en el primer escalón entre 1999 y 2005, indicando de alguna manera que en esos Tours se ha demostrado que el ganador se dopó. Todos los aficionados ciclistas nos sentimos engañados por las trampas en el deporte y en ningún caso quiero que se entienda que estoy justificando el dopaje, pero mantener a Armstrong en el palmarés quizá no sea más polémico que otras situaciones que se han dado en otras épocas. Nadie parece llevarse las manos a la cabeza porque el mismísimo Eddy Merckx pudiera correr y ganar el Tour de Francia 1969 pese a que pocas semanas antes había dado positivo por anfetaminas en el Giro de Italia.

Durante años, Lance Armstrong representó también valores positivos dentro del ciclismo. La superación de su enfermedad nos hizo aplaudir sus logros y estos fueron acompañados por la creación de la fundación Livestrong, que recaudó 500 milones de dólares a favor de las personas enfermas de cáncer. Muchos conservamos la pulserita amarilla de Livestrong, por una buena causa, aunque ahora cueste llevarla. También Lance ha sido un ejemplo por seguir compitiendo en atletismo y triatlón tras retirarse, manteniendo una forma excelente pese a que los años pasaran.

Sin embargo, no podemos obviar que incluso durante sus años en activo Lance Armstrong ya mostró en algunas ocasiones otra cara menos amable. Para muchos, el momento más bochornoso ocurrió durante el Tour de 2004. Lance salió en primera persona para impedir la fuga intrascendente de un ciclista modesto, el italiano Filippo Simeoni, para castigarle por haber denunciado al doctor Michele Ferrari, uno de los principales cabecillas de la trama de dopaje de esos años. Los gestos de Lance en el pelotón, burlándose y dejando claro que hubiese sido mejor que Simeoni hubiese cerrado la boca, ilustraron a la perfección los malos modos propios de un auténtico matón. Palabras también de matón ha dirigido en muchas ocasiones al ciclista Floyd Landis, cuando compara sus vidas: “Mi vida podría ser peor: podría ser Floyd Landis y levantarme cada mañana siendo un pedazo de mierda.

Tras el nombre de Lance Armstrong tenemos por tanto la ambivalencia moral de un campeón que difundió algunos valores positivos, como la práctica del deporte, la superación personal y la lucha contra el cáncer, y al mismo tiempo la de un tramposo prepotente que no duda en usar amenazas y machacar a otros cada vez que tiene ocasión. Por ello, quizá el nombre de Lance Armstrong en un palmarés nos despierte emociones encontradas. ¿Eliminamos entonces a Lance del palmarás? A mí se me ocurren algunas ideas extrañas que podríamos utilizar para mantener lo positivo de Lance sin esos condicionantes.

En primer lugar, podría aparecer en el palmarés como Edvard Gunderson. El nombre completo con el que nació el ciclista de Texas es Lance Edward Gunderson. El padre biológico de Lance fue Eddie Gunderson, el típico y tópico guaperas con un Pontiac deportivo que ligó con la jefa de animadoras del instituto y que, de adulto, no pasó de ser un modesto repartidor de periódicos de The Dallas Morning News, es descrito en muchas ocasiones como un inmaduro marido maltratador incapaz de asumir sus responsabilidades y que consumía alcohol y drogas. Del escaso palmarés que aún conserva Lance tras su sanción, lo más destacado es el mundial en línea que ganó en Oslo en 1993, con Miguel Indurain 2º. Un día que era especial para Armstrong en muchos sentidos: el abuelo paterno de su padre biológico, Martin Gunderson, nació en 1858 en Noruega. Tras la victoria en Oslo, Lance y su madre Linda fueron recibidos por el rey Harald V, una foto en la que un inocente chaval de 21 años, ya con el arcoíris, contemplaba con mirada inocente un futuro muy prometedor por delante. Ya que Lance sintió en cierto sentido el proceso de la USADA contra él como una traición de su propio país, en un ejercicio de “ciclismo ficción”, podemos imaginar a un joven ciclista que solicita al propio rey Harald un pasaporte noruego para competir como Edvard Gunderson representando al país nativo de su tatarabuelo. No ocurrió y parece una opción poco probable, ya que, a pesar de que Willine, abuela paterna, fue quien acogió a la joven Linda cuando se quedó embarazada, Lance siempre ha renegado de su padre biológico y se ha negado a hablar con él y con toda la familia paterna. Como curiosidad, Micki Gunderson, la hermana de su padre biológico, es la esposa del ex-alcalde de Dallas, Mike Rawlings. Eddie Gunderson murió en junio de 2012, pocos meses antes de la sanción a Lance.

Otra opción es que en el palmarés figure como Lance Mooneyham. Como indicábamos, Lance tomó el apellido de su padre adoptivo, Terry Keith Armstrong, un responsable de ventas que se casó con la madre de Lance cuando este era aún tenía dos años. Sin embargo, Terry y Linda se divorciaron cuando Lance tenía 16 y era aún un adolescente prometedor en natación y triatlón. Lance no considera a los Armstrong su familia y solo mantiene contacto con los Mooneyham, la familia de su madre. Sin una figura paterna aceptada por él, Linda siempre ha estado ahí, en la vida de Lance, incluso, como hemos dicho, en su éxito en Oslo y también en el podio de los Tour. Linda ha sido una madre cercana, una madre joven que dio a luz a Lance con apenas 17 años. Para muchos, una madre permisiva frente a la figura más estricta de Terry Armstrong o el papel ausente de Eddie Gunderson. Linda se ha dedicado durante años a dar charlas motivacionales contando su vida, como modelo de madre coraje que pelea por el futuro de su único hijo. Lance Mooneyham sería sin duda un nombre menos mediático y más popular en el palmarés del Tour. Recuperar el apellido de soltera de su madre es una opción de cara al palmarés del Tour, aunque también puede ser complicado que se entienda como un homenaje a las “madres corajes.” Linda se ha casado, por lo que encontramos, hasta cuatro veces, y ha tenido otros tantos apellidos por sus sucesivos maridos. Firmó su libro de 2005, “No Mountain High Enough: Raising Lance, Raising Me“, como Linda Armstrong Kelly, no como Linda Mooneyham; en el libro explica, entre otras cosas, que sus padres, los abuelos de Lance, tampoco la apoyaron demasiado. Así que, si ni siquiera Mooneyham es un apellido con el que Linda se siente cómoda, tal vez no sea el más oportuno para Lance.

Como tercera opción para el palmarés, podríamos proponer Mellow Johnny. Mellow Johnny es un juego de palabras en inglés que sería una forma incorrecta de pronunciar “maillot jeune“, aludiendo por tanto al jersey amarillo de líder del Tour de Francia. Mellow Johnny’s es el nombre de la tienda de bicicletas que tiene Lance Armstrong en Austin, Texas. Resultaría simpático que en el palmarés del Tour de Francia apareciese en siete ediciones un nombre que simplemente recuerda quien, objetivamente, es el ciclista que más veces ha lucido el maillot amarillo en el podio final de los Campos Elíseos en París.

Se nos ocurre una última opción y es la que da título a este artículo: Juan Pelota. Este apodo tiene un origen bastante curioso: Lance ha vivido durante años en Girona, en España, y también en Texas ha coincidido con muchos hablantes de castellano. El propio Lance explicaba ya hace tiempo que Juan suena parecido a “One” (uno en inglés) con acento mexicano, mientras que “Pelota” es una forma de referirse a los testículos en castellano. Tras una intervención quirúrgica en 1996, Lance Armstrong perdió un testículo, algo con lo que algunos bromean cuando le conocen y que siempre se ha tomado con buen humor, ya que ni siquiera ha impedido ser padre cinco veces. Lance ha utilizado Juan Pelota o JP en ocasiones en redes sociales, incluso para abrirse un perfil alternativo en Twitter hace unos años. Igualmente se ha registrado en hoteles con ese alias. La cafetería dentro de su tienda Mellow Johnny’s de Austin en Texas se llama precisamente Juan Pelota Café, un nombre muy asociado al ciclismo y que nos recuerda al mito colombiano Juan Valdez. De todos los nombres propuestos como alternativa para figurar en el palmarés en este artículo, es el que me parece quizá más simpático y, a la vez, claramente relacionado con la superación del cáncer, una lucha que no queremos olvidar ni perder por la sombra de otro tema con el que poco tiene que ver, como es el dopaje. Por todo ello, aun sabiendo que en ellos Lance hizo trampas, más que atribuírselos a Ullrich, Beloki, Zülle, Kloden o Basso, por quienes tampoco podemos poner la mano en el fuego, me gustaría recordar los Tour de Francia de entre 1999 y 2005 como los Tours de Juan Pelota.

Edición del Tour de FranciaGanador2º puesto3er puesto
1999Juan PelotaLe myope de WilFernando el de Biescas
2000Juan PelotaDer Kaiser UlleJoseba Gasteiztarra
2001Juan PelotaDer Kaiser UlleJoseba Gasteiztarra
2002Juan PelotaJoseba GasteiztarraRaimondas iš Šilutės
2003Juan PelotaDer Kaiser UlleVino
2004Juan PelotaKlödiIvan il Terribile
2005Juan PelotaIvan il TerribileDer Kaiser Ulle
Kiko Gambas

Cierro el artículo con una tabla con cómo quedaría ese palmarés del Tour de Francia revisado, incluyendo también otros motes o apodos de los ciclistas que aparecerían en él. Si esta tabla la hubiese escrito el Doctor Fuentes en el reverso de una tarjeta de la Marisquería Rafa, posiblemente tendríamos que haber puesto otros nombres que nos traen peores recuerdos, como Hijo de Rudicio, Birillo, BLK o Goku. Desde luego que hablar de los Tours de Juan Pelota y compañía nos resulta bastante más simpático y es una propuesta que no dejaría ese triste hueco durante siete años en el palmarés de la prueba ciclista más importante del mundo.

Escrito por: A. M. Fuente (aka Viktor Frankenaerts: @cyclinggeo)
Fotos: Scott Beale, 2009, CC BY-NC-ND 2.0, via Flickr

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