El ciclista ucraniano asombra al mundillo ciclista con dos victorias de muchos quilates en las últimas jornadas de Dauphiné, las más duras. Por si fuera poco, con sendas exhibiciones ante los mejores ciclistas del pelotón y el control de sus equipos, ineficaz ante la marcha del ciclista del Bahrain, que en una de las subidas, La Plagne, recordó en datos a aquella exhibición de Miguel Indurain en 1995. Casi nada.
Ante tales muestras de poderío unose hace muchas preguntas. Desde frotarse los ojos para comprobar que no se trata del nacimiento de un nuevo súper campeón al mejor estilo Anquetil, Merckx, Hinault o el propio Indurain, o si realmente es un hecho aislado. De ser el primero de los casos, está claro que esta Dauphiné ha servido como pistoletazo de salida a un talento que hasta la fecha no se había mostrado en el World Tour, ya que ambas conforman sus dos primeros triunfos en la máxima categoría del ciclismo.
Del ucraniano no se recuerdan actuaciones así en alta montaña. Ni siquiera parecidas. En el Giro del año 2020 fue segundo en una jornada de colinas que finalizó en Cesenatico. Firmó un quinto puesto en la cima del Santuario del Acebo en la Vuelta a España 2019, si bien fue gracias a una fuga y en ningún momento estuvo en la disputa por la etapa. Sí logró alzar los brazos en una cima mítica como Tres Cimas de Lavaredo, en la desconocida Adriatica Ionica Race, ante rivales de la talla de Quintana (Dayer), Ben Hermans o el ecuatoriano Caicedo, junto a los que alcanzó la meta.
Por lo tanto, estas exhibiciones de fuerza han cogido por sorpresa a todos los aficionados al ciclismo y a todos los opinadores del mundillo, desde los blogs a los twitteros, donde las opiniones son bien diversas, si bien todos coinciden en señalar la perplejidad ante lo visto. Padun nació en julio de 1996, por lo que estas actuaciones tienen lugar a la edad de 24 años. Es bien conocido que el navarro Miguel Indurain comenzó a destacar entrada esta edad, ganando su primer Tour de Francia con 27. Es cierto que en el ex ciclista de Banesto se podía observar una progresión clara, ascendente e imparable. Aquí no la hay, al menos en cuanto a resultados obtenidos. Por ello la sorpresa.
En el mundo del ciclismo existe mucho recelo con estas apariciones de la nada. Más que nada porque una gran mayoría de las que recordamos no han salido bien y sólo han añadido zozobra a un deporte perseguido y en duda constante. Más en la forma que en el fondo. Por ello con el tiempo observaremos si La Plagne y Joux Plaine fueron testigos mudos del nacimiento de un gran campeón o simplemente de un toque de inspiración de un genio que amenazará con volver cuando menos se le espere. Los números obtenidos en la primera de ellas, con los favoritos incapaces de hacerse con él y unos registros similares a los obtenidos por Miguel Indurain, quíntuple ganador y leyenda viva del Tour, en 1995 ante rivales nada desdeñables en la escalada como Pantani, Rominger y toda la ristra de grandes nombres que aquella tarde de julio sucumbieron ante su ritmo infernal, dan idea de la magnitud de la victoria.
Escrito por Lucrecio Sánchez (@Lucre_Sanchez)
Foto: Álvaro Campo (@ACampoPhoto)