Ciclocross

Mathieu van der Poel sale victorioso en la batalla final de Hoogerheide

Y llegó el gran día, el asalto final de una temporada de ciclocross que ha escrito un nuevo capítulo de una rivalidad que ya es historia de este deporte. Con el permiso del vigente campeón Tom Pidcock, que decidió no correr la prueba, Mathieu van der Poel y Wout Van Aert llegaban al último gran duelo de la temporada. Todas las batallas disputadas anteriormente habían sido en vano. Ambos deberían colocarse sus armaduras por última vez, para por fin decidir quién debía de coronarse como el rey del ciclocross mundial.  La balanza se encontraba 5 a 6 a favor del belga, pero ya nada de lo sucedido anteriormente importaba.

Como si se tratasen de los héroes griegos Aquiles y Héctor, llegaban a la línea de salida conocedores de que la gloria solo le podía esperar a uno. A un lado la fuerza, la bravura y la osadía de Aquiles, Mathieu van der Poel. Al otro, la nobleza, templanza y lealtad de Héctor, Wout Van Aert.

Empezaba el gran duelo, van der Poel comenzaba a lanzar las primeras estocadas y solo Van Aert era capaz de seguirle. Tras una primera vuelta frenética, el resto de corredores, liderados por la inesperada aparición de Gerben Kuypers y el campeón de Europa Michael Vanthourenhout, solo eran capaces de observar la contienda desde la lejanía. Pasaban los kilómetros y tras una vuelta de pequeño tanteo, van der Poel, al igual que si se tratase de un enrabietado Aquiles, volvía a realizar duros envites. De momento Van Aert se dedicaba a aguantar los golpes bajo su armadura.

Cuarta vuelta, ahora era el propio belga quien decidía comandar la carrera e intentaba poner en apuros a un van der Poel que, sin aparente dificultad, se soldaba a su rueda. Por detrás, Vanthourenhout y un sorprendente Kuypers mantenían unos metros de distancia respecto a sus perseguidores, comandados por un Laars van der Haar y un Eli Iserbyt que todavía no habían dicho su última palabra.

Pasábamos el ecuador de la carrera y ambos líderes se seguían tanteando, lanzando breves pero duros golpes, intentando buscar la debilidad del rival. Sin embargo, ninguno de los dos iba a permitir escapar esa victoria que tanto ansiaban.

En este contexto nos adentrábamos en el último tercio de la carrera. Séptima vuelta y el neerlandés decidía volver a lanzar una acometida digna de la fuerza y rabia del mismísimo Aquiles. Como si se tratase de su espada lanzaba su bicicleta en busca de la victoria. Mientras, a Van Aert no le quedaba otra opción que defenderse bajo su escudo y esperar a contraatacar en el momento indicado.

En el mundo de los mortales, Vanthourenhout y Kuypers eran sobrepasados por van der Haar e Iserbyt.

Cada vez quedaba menos para conocer quién se acabaría proclamando campeón. Ambos líderes decidían tomar un respiro e iniciar una tensa calma que precedería a la tempestad final. Penúltima vuelta, ahora le tocaba apretar al belga, pero una vez más el corredor neerlandés aguantaba de manera firme.

Nos encontrábamos en la última vuelta y todavía todo estaba por decirse. Nada más comenzar, Van Aert tiró del gran motor y clase que atesora, y digno de la calidad del propio Héctor lanzó un fuerte ataque que parecía que ponía en pequeños apuros a van der Poel. Sin embargo, tras perder algunos metros, el neerlandés se volvía a reenganchar a la rueda del belga. Todo se resolvería al sprint.

Ambos se tanteaban, a sabiendas de que la estocada final estaba a punto de llegar, solo quedaba saber quién la acabaría recibiendo. Apenas quedaban unos metros, y como si el tiempo se parase por un instante, ambos se movían y miraban, casi de manera sincronizada. Llegaban a la última curva y van der Poel cargaba sus pulmones para lanzar su última acometida. Allá iba, sin miedo a que Van Aert le pudiera remachar en los últimos metros. El belga se intentaba defender con todas sus fuerzas, pero finalmente no tuvo nada que hacer. Mathieu van der Poel era el nuevo campeón del mundo de ciclocross. En la lucha por el bronce, Eli Iserbyt lograba ser tercero y Lars van der Haar cuarto.

Escrito por Sergio Quintana Pérez

Fotos: Cor Vos / Team Jumbo Visma

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