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Merckx y Roche: Giro, Tour y Mundial, la triple corona del ciclismo

Sólo dos corredores han conseguido ganar la triple corona: Eddy Merckx en 1974 y Stephen Roche en 1987. Fausto Coppi anduvo cerca, ganando Giro y Tour en 1949, en combinación con su tercer puesto en el Campeonato del Mundo, que tenía un trazado excesivamente llano en aquella edición. Miguel Induráin fue quien se ha quedado más cerca, siendo segundo en el Mundial de Oslo por detrás de Lance Armstrong. Hinault lo pudo hacer en 1980, pero se retiró del Tour cuando vestía el amarillo de líder debido a una lesión de rodilla.

En el caso de Eddy Merckx, la triple corona era una mera cuestión de tiempo, pero precisamente el tiempo iba pasando hasta que finalmente lo logró pese a que nadie lo hubiese precisamente predicho por la mala temporada de clásicas. Lo que estaba siendo un “mal año” para el belga acabó siendo un hito histórico, uno más.

Por primera vez, Eddy no había ganado una gran clásica, y cuando se enfrentó al Giro, fue de pronto ensombrecido por la figura del español José Manuel Fuente, que se llevó varias etapas y estaba portando la maglia rosa. Era obvio que no estábamos presenciando la mejor versión del ‘Caníbal’, pero éste no se iba a rendir. Ganaría la contrarreloj de Forte dei Marmi y dos días más tarde hizo saltar la carrera por los aires en un muy mal día de Fuente camino de San Remo. Desde entonces, su único cometido era sobrevivir a los alocados ataques del español y la presión del italiano Gimondi y del jovencísimo y también transalpino Baronchelli.

Finalmente pudo mantener una pequeña ventaja en las etapas dolomíticas de Tres Cimas de Lavaredo y Bassano del Grappa para ganar el que era su quinto Giro, empatando a Binda y a Coppi, por el margen más estrecho (12″) ante Baronchelli (33″ con Gimondi). Un interesante documental llamado “The greatest show on Earth” (el mejor show en la Tierra) recoge un homenaje al evento italiano de aquel histórico 1974.

Tras la maglia rosa, Merckx se llevó el Tour de Suiza, y tomó la salida en el Tour como único gran favorito debido a las ausencias de ciclistas como Zoetemelk y el vencedor en ejercicio, Luis Ocaña. Aparentemente lo ganó con facilidad, pero sufrió de lo lindo en las montañas ante el español Aja y el viejo Poulidor. Merckx se llevó ocho etapas, igualó el récord de victorias de Anquetil (cinco) en el Tour, pero la forma en la que lo había logrado no había sido excesivamente poderosa (a pesar de la apariencia).

Los Mundiales se disputaban en Montreal, en Canadá, y Merckx tuvo que luchar contra un muy buen equipo francés, con Thévenet intentando marcharse solo desde lejos, y con Poulidor llegando a la línea de meta con el belga. Como en el galo era habitual y leyenda, fue segundo. El tercer puesto correspondería a otro ciclista francés, Mariano Martínez.

Merckx era una leyenda. Ya lo era antes del éxito, pero la triple corona fue increíble. Extrañamente para Merckx, nunca vencería en estas pruebas de nuevo, y sólo conseguiría el podio en el Tour de 1975 (segundo, por detrás de Thévenet). Incluso no conseguiría ganar más en carreras de primer orden. En el Tour de 1977 acabó haciéndolo, pero por descalificación del ganador. Pudo ser simplemente un tema de edad o de la casualidad, quién sabe.

Su logro parecía imposible de igualar. Lo era incluso para otras leyendas como Fignon, Hinault o LeMond, pero no para un muy buen corredor (que no una leyenda), un sonriente ciclista irlandés que encontró la forma y la suerte de su vida en la misma temporada y en los momentos oportunos. El irlandés Stephen Roche había firmado por Carrera en 1986 procedente después de un muy buen año 1985 en La Redoute, y pasó gran parte de la temporada lesionado. En 1986 no participó ni en Giro ni en Tour debido a una caída tardía la temporada anterior.

Los dueños del Carrera estaban muy decepcionados y Roche buscó desesperadamente encontrar la forma física de antaño, consultando a diferentes médicos. Al final sufrió una operación, pero todo estaba listo para la temporada 1987. Percibió su buena forma en las carreras de principio de año como París Niza, Critérium Internacional o Lieja. Ganó también el Tour de Romandía por tercera vez, lo que suponía un récord. Estaba listo para el Giro de Italia, donde se supone que se iba a enfrentar al que se suponía iba a ser su jefe de filas en el equipo. Porque Roche era en teoría un gregario.

Roche ganó el Giro después de una controvertida lucha contra Visentini y su equopo, especialmente en la etapa de media montaña con meta en Sappada, cuando Roche ataca y el italiano hace crack y la maglia rosa volaría del italiano al irlandés. Sólo cinco segundos separaban de un prometedor ciclista que respondía al nombre de Tony Rominger. La última semana fue dura para Roche, que no se tenía que enfrentar únicamente los rivales, sino a los tifosi, que trataron de golpear, insultar y escupirle, en especial la etapa de Canazei.

Roche resistió gracias a la ayuda de su supergregario Scheppers, y su amigo Robert Millar, y junto a ellos ganó su primera gran vuelta. Después descansó y no compitió hasta el Tour, y cuando éste comenzó en Berlín, fue señalado como uno de los principales candidatos al rosa. El Tour de 1987 podría ser el más duro disputado nunca y el más afortunado para Stephen, ya que en la segunda mitad de la competición despareció el calor en casi todos los días clave (a excepción de Alpe d’Huez).

El Tour fue un auténtico thriller, con algunos episodios polémicos dentro del equipo Carrera y con múltiples cambios de líder. Cuando el momento clave llegó (en los Alpes) sólo dos hombres mantenían opciones: Delgado y Roche. El español arrebató el maillot amarillo a Roche en Alpe d’Huez, pero no pudo obtener el tiempo suficiente tras la etapa siguiente, con meta en La Plagne, el día en el que el irlandés sufrió aquel desvanecimiento en línea de meta y fue necesaria la mascarilla de oxígeno. Ese día Roche ganó el Tour.

Tres días más tarde reconquistó el amarillo en la última contrarreloj, celebrada en Dijon. Un doblete increíble para Stephen Roche. El ciclista no tenía en mente la triple corona. De hecho, el líder del equipo de Irlanda iba a ser Sean Kelly. Por suerte para Roche, el tiempo fue frío y lluvioso (días antes el tiempo era caluroso y seco) y el irlandés esperó su momento durante la carrera a pesar de que una fuga peligrosa con Argentin amenazó con jugarse la victoria.

En las últimas dos vueltas, todavía quedaban muchos hombres en el pelotón, así que el ganador de Giro y Tour aceleró y en la última vuelta no más de doce corredores tenían opciones reales de obtener el maillot arco iris. Roche jugó su papel de gregario, pero la vigilancia entre Kelly y Argentin favoreció que se marchase en un grupo de cinco en el que fue el más inteligente y donde su ataque no pudo ser respondido por ningún compañero de grupo.

Había ganado el Mundial, había igualado el registro de Merckx. Ahora él era una leyenda también. Incluso Kelly levantó los brazos al cruzar la línea de meta. Su compañero había conseguido un imposible: Giro, Tour y Mundial el mismo año.

Como pasó con Eddy Merckx, aunque fue un caso diferente, Roche no volvería a ganar ninguna de esas tres carreras, y nunca regresó al podio o lució maillot de líder alguno. Su carrera todavía conservaría algunos flashes, pero todo pareció acabarse tras ese maravilloso año. Tal vez la consecución de la triple corona es sólo posible si eres un gran campeón y tienes la fortuna necesaria para ello. Induráin, Coppi, Hinault, etc pueden afirmar que ellos no la tuvieron y por ello esta lista es tan corta, con únicamente dos nombres: Merckx y Roche.

Escrito por Pedro Gª Redondo

Fotos: Flickr / Sirotti / Ellis Bacon / Graham Watson

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