Ciclistas

Miguel Ángel López, el supermán de capa caída

Un nuevo revés para el colombiano. Una nueva derrota que al añadido de la mala fortuna y una serie de malas decisiones le han llevado a perecer en el intento de consagrarse como uno de los ciclistas del momento. El talento está, observable en cualquiera de los ramalazos de clase que desprende. La mala fortuna, también, como en las dos ediciones del Giro en las que ha terminado abandonando. Ambas en Sicilia, territorio hostil para el líder del Astana. Ambas vestido de azul cielo. Ya sabemos que del cielo al suelo hay un trecho muy corto, el mismo que existe entre el amor y el odio, entre ser o no ser. Los detalles te meten en la partida o te sacan. O te secan. Así, el gran ciclista natural de Pesca lleva varias temporadas sin subir al podio de una grande, el que debería ser su habitual sitio en el pelotón. 

Nada se puede decir de las caídas. Tampoco de sus desvaríos contra el reloj, pese a que el fallo en la cronoescalada a La Planche des Belles Filles en el Tour de Francia del año 2020 fue clamoroso. De estar en posición de podio al sexto puesto en la general. La hecatombe mayor de aquel día (Roglic perdiendo el Tour ante Pogacar) oculto al colombiano de las miradas. Al fin y al cabo, Miguel Ángel es un escalador puro, siendo su hábitat la alta montaña, preferiblemente en línea.

Al aficionado, lejos de sus errores, le gusta López. El espíritu atacante, retador y la capacidad para poner las carreras patas arriba le aportan ese halo de imprevisibilidad que enamora en el ciclismo por ausencia de una mayoría de ciclistas que representen y practiquen ese ciclismo. No se puede aplicar aquello de “en el país de los tuertos…” porque Supermán es un auténtico rey. Admirado y sólo eclipsado por el grandioso momento del ciclismo colombiano. 

Astana le rescató del Movistar, donde estaba atrapado entre complejos y órdenes contradictorias. Una experiencia nada buena para ninguna de las dos partes, si bien el corredor aportó más victorias que cualquiera de sus compañeros de escuadra. Cinco en total, con la consecución de un hito como es el coronar en primer lugar una futura montaña mítica como es el Gamoniteiro, en Asturias. Con el paso del tiempo esa foto será más legendaria. Y lucía el azul de los telefónicos, maillot que perdurará en el recuerdo de quienes lo vieron. Como también vieron (o escucharon, más bien) sus problemas con el equipo en aquella también histórica etapa de Mos que sirvió de leitmotiv y argumento central al documental de la formación española. 

Interesante será ver el despertar de Miguel Ángel, ya sea en Tour o en Vuelta. Lo normal es que sea capaz de tomar la salida en Copenhague o que también lo haga en Utrecht a mediados de agosto. Tomar la salida en las tres grandes es una posibilidas toda vez que de la primera sólo disputó apenas tres etapas. La reconstrucción de los planes será clave a su vez para el equipo, un Astana carente de referentes fuera de él. Porque De la Cruz acaba de llegar y necesita mucha más entidad y consistencia para liderar en solitario. Sobre todo en la ambición del Astana, que con Vinokourov a los mandos, no vale cualquier cosa. 

Escrito por Lucrecio Sánchez
Foto: Fabio Ferrari / LaPresse / RCS Sport

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