Clásicas Historia

Moreno Argentin, la historia del mejor clasicómano italiano

Cuando a un ciclista como Moreno Argentin se le conoce como ‘Mr. Ardenas’, algún motivo habrá. Si a Valverde se le dio bien la cordillera en los veinte años de profesión que disputó aquellas clásicas, el transalpino no se queda atrás. Cuatro victorias en Lieja y tres en Flecha Valona se queda a un par de triunfos en el Muro de Huy del murciano, pero lo compensa con un desempeño en el resto de clásicas que ya hubiese querido para sí el corredor del Movistar español. El italiano conquistó también el Tour de Flandes y el el Giro de Lombardía, así como un título de campeón del mundo y dos de Italia, que en su época estaban bien caros.

El mérito de este corredor fue desarrollar además su carrera en los años 80, donde la generación de competidores por estas mismas carreras que ha cosechado le llevaron a cruentas batallas por todas ellas. Sin ir más lejos, al segundo año como profesional, allá por el año 1981, subió al podio de Lombardía, quedando segundo por detrás del holandés Kuiper. En Milán San Remo se le fue el caballo en 1982, únicamente por una escapada que no pudieron alcanzar. Argentin hizo el trabajo en meta y batió a Francesco Moser. Fue su confirmación como un gran ciclista de pruebas de un día.

Moreno Argentin ganando el Giro del Trentino ante Evgeni Berzin en 1994

La classiccisima se le escaparía. Si logró un tercer puesto en el debut, en su despedida pudo alcanzar el segundo. Llegó junto a Sean Kelly, pero el irlandés, tan rápido como él, no le iba a perdonar. En el podio se hizo una fotografía magnífica con Kelly y Museeuw a su lado izquierdo. El penúltimo gran recuerdo de una trayectoria cuya guinda llegó en una de sus carreras favoritas como Flecha Valona, si bien aún ganaría una etapa en el Giro de Italia de aquel 1994 que le vio colgar la bicicleta. Y antes de la gran cita italiana, el Giro del Trentino, en el que batió a un semidesconocido Evgeni Berzin, compañero de equipo en el Gewiss Ballan.

En el Giro fue tercero. Eran los años de Moser y Saronni y aquella edición de 1984 vivió el duelo del primero de ellos ante Laurent Fignon. Por unos segundos se llevó ese tercer lugar ante un escalador de postín como Marino Lejarreta. Por apenas trece segundos se impuso al vasco. Mucho tuvo que ver la contrarreloj final en Verona. Después nunca volvió a ser el mismo, aunque en 1993 fue 6º. 13 etapas consiguió en la ronda transalpina.

Moreno Argentin en el Giro de los Apeninos en 1990

En Colorado ganó su medalla de oro en el Campeonato del Mundo. Corría el año 1986 y lo hizo ante dos fueras de serie como Charly Mottet y Giuseppe Saronni, el que se suponía era su líder de la caótica escuadra italiana. Un año antes perdió ante Zoetemelk y LeMond y un año después contra el enrachado Stephen Roche. Nombres todos de leyenda. Como el suyo, que daba caché a todas las pruebas en las que se ubicaba un dorsal a la espalda. No obstante, sigue siendo considerado uno de los mejores clasicómanos de todos los tiempos, pero sin duda uno de los mejores italianos en pruebas de un día, si no el mejor.

Se le ha relacionado a su primer equipo, el Sammontana de Prim o Baroncheli, también a los posteriores como el Ariostea de Lelli, Sorensen o Richard. Pero también al Gewiss de Berzin, Ugrumov y compañía, con una victoria en el Giro sobre Miguel Induráin de la que él participó. También en el asalto del letón al Giro de 1993 ante el español. Siempre en conjuntos italianos, que en aquellos días eran punteros y permitían competir por toda Europa, con extranjeros de primer nivel, pero, sobre todo, una generación de italianos que daban al país transalpino muchísima presencia en las mejores carreras del mundo.

Escrito por Lucrecio Sánchez

Fotos: Sirotti

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