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Cicloturismo: Cortada de Yeba, la sorpresa al sur de Ordesa (Huesca)

Como nuestros amigos de Puertos de Huesca titulan en su reportaje sobre la Cortada de Yeba, se trata de una auténtica sorpresa ya al sur y fuera de los límites del maravilloso Parque de Ordesa, una de las joyas del Pirineo y de los lugares más bellos que se puedan visitar. Lo curioso del caso es que el acceso más ‘fácil’ (menos difícil, mejor dicho) a la pequeñísima localidad de Yeba es fácil pensar que se encontraría en las proximidades del Cañón del Añisclo. Es decir, desde el noreste, desde una remota carretera que va remontando el cañón y asciende hacia Fanlo, otra de las maravillas de la región. Pues no, el único acceso a este recodo de la montaña oscense es por el sur.

Pues bien, en este caso se llegará a Yeba atravesando el collado que lleva su nombre y a través de una pista asfaltada en muy buen estado incluso para las ruedas finas, al menos hasta la cima. En ese punto empeora y al ser descenso todo el trayecto restante, tocará tener mucha precaución por la gravilla. A esta pista se tiene acceso a través de la N-260 que es el Eje Pirenaico y distribuye tráfico por todos los Pirineos en su vertiente española. En las proximidades de Fiscal y del río Ara a su paso por las localidades de Jánovas y Lacort (a mitad de camino por dicha carretera) da comienzo esta pista que desde un primer momento está asfaltada.

Cuando se toma el desvío en la carretera se empieza a subir de forma constante. Se empieza con dos kilómetros al 6%, sigue un tramo al 8%, otro tramo al 7%, al final ya rondando el 9%. Son diez kilómetros largos que tienen muy poco descanso y ofrecen un buen escenario para disfrutar. El tráfico es escaso, las sombras también, y las vistas irán mejorando conforme vayamos ganando altura.

A partir de aquí todo lo que vemos es pinares, tranquilidad y el único sonido que nos acompaña es la brisa moviendo las ramas de los árboles. Se ascienden numerosas curvas de herradura a lo largo de la subida (un total de 14 en el ascenso, aunque disgregadas en grupos de 3 ó 4) y conforme nos vamos acercando a la cima, la piedra empieza a formar parte del paisaje. Es la zona más escénica y bonita, la que más merece la pena.

Poco más que destacar, ya que pese a la belleza y lo recomendado de esta ascensión, no se atraviesa localidades ni hay miradores preparados para disfrutar de las vistas más allá de lo que la propia carretera nos ofrece. En la cima las vistas del Pirineo y los picos más altos merece la pena, habiendo conexión a su vez con rutas de ruedas gordas, de mucha mayor dificultad. Mientras tanto, nos quedamos en la bajada a Yeba, que es en tierra (aunque en buen estado) y que es una localidad cuasi despoblada. Así que llevad provisiones.

Y no es de extrañar teniendo estos accesos tan complicados. En las proximidades, ya más en ruta de senderismo que en bicicleta se pueden visitar las ruinas del molino de Yeba en el cauce del río Yesa, en una zona abrupta y barrancosa que merece la pena visitar. En las proximidades se encuentran otras subidas de alto interés como es el Serrablo, un buen primera que nos pondrá a prueba y que arranca también en las proximidades de Boltaña, apenas a ocho kilómetros de distancia del inicio de la Cortada de Yeba.

Reportaje más amplio en Puertos de Huesca

Escrito por Lucrecio Sánchez

Fotos: Puertos de Huesca

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