Es una de las subidas más bonitas y escénicas de todo el Pirineo oscense. El ascenso a la Presa de Llauset, muy próxima a territorio catalán y al famoso túnel de Vielha, es una de las más desconocidas. Su carretera de acceso no se encuentra en buen estado, si bien permite subir con todo tipo de bicicleta, pues no hay grandes socavones ni piedras sueltas. Sí está bien en la primera parte, siendo estrecha la calzada.
Ganando altura las vistas mejoran sobre el valle, mostrando un verdor inmenso en todas las épocas del año y poniendo ya un punto de dureza muy interesante. Es una subida larga, de las que hay que explorar con calma, con más de 17 kilómetros de ascensión. Salvo por un descanso que marca la diferencia entre la primera y la segunda parte del puerto, el resto de kilómetros rondan entre el 6-7% hasta el respiro, y entre el 7-8% después en la final.
Hay un túnel en curva de herradura que enlaza con otro camino que desaparece por la ladera (habrá que explorarlo más adelante). Espectacular construcción que protege de aludes y rocas, y supone un descanso en verano del sol de justicia que puede ahogar a los valientes que osen a retarle. Una auténtica joya.
Alcanzados los dos mil metros de altitud, se atraviesa un túnel que se prolongará más allá de un kilómetro. Iluminado, no conviene relajarse, pese a que el tráfico, más allá de meses de verano donde hay más vehículos, es escaso. Ojo con la dureza de este paso. También en el descenso. Pasado este oasis, llega la cima, a casi 2200 metros de altitud junto a la presa, donde empiezan algunas rutas de montaña, aunque más aptas para los pies que para las ruedas. Una auténtica joya.
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Escrito por: Lucrecio Sánchez (@Lucre_Sanchez)
Fotos y altimetría: Puertos de Huesca (@PuertosHuesca)