El terreno entre la Comunidad de Madrid y la provincia de Guadalajara es una auténtica tortura. Lo que se conoce como la zona de los pueblos de arquitectura negra por tender mucho a la pizarra es una auténtica maravilla para el cicloturismo, ya que encontraremos carreteras no muy transitadas y recorridos de auténtico ensueño que harán temblar tus piernas, pero a la vez sobrecogerán por su belleza.
Es el caso de la ‘Muralla China’. No, no nos trasladamos al lejano oriente para subir un puerto, sino que nos acercamos a la sierra norte de Guadalajara, muy cerca del límite provincial con Madrid, para ascender una carretera que por sus quitamiedos van a dar sensación de ser la Gran Muralla. Al menos es la sensación que transmite cuando alcanzas un altillo y ves todo lo recorrido en perspectiva.
Hablamos de subidas cortas, empinadas, pero que tampoco nos llevarán todas las energías. Esto es como todo, las balas hacen daño con la velocidad. Aquí, además, tenemos la obligación de ir parando para disfrutar del paisaje, de los cañones que excavan los ríos Jarama y Jaramillo, los paisajes tan característicos de esta zona. En todo caso, cuenta con agua y comida por si el calor o las pájaras hacen acto de presencia.
Después, si hay energía y tiempo, es planteable hacerse una ruta por la zona. Se puede conectar esta zona con El Cardoso, ya en Madrid, o Riaza, ya en Segovia. Una auténtica mina de pequeñas y durísimas subidas que disfrutar estando en forma o penar no estándolo. Sin duda, una zona muy recomendable.
Escrito por: Lucrecio Sánchez (@Lucre_Sanchez)
Foto: Pedro Márquez Labrada