El vitoriano Oier Lazkano llega al adoquinado de San Lorenzo del Escorial visiblemente acalambrado. Apenas medio minuto de ventaja sobre un grupo perseguidor donde sus compañeros protegen sus opciones creando el desconcierto incluso en los aficionados, atacando, buscando el caos y los parones que dieran el título al vitoriano, quien había sido el más listo en un ataque que aprovechaba la numerioridad supérica del Team Movistar en los momentos decisivos de estos Campeonatos de España. El nombre que más ilusiona en el equipo español había arrancado a 25 kilómetros de la meta.
La Sierra Oeste madrileña era un caldero hirviente. No por la emoción de la carrera, que también. Sino por el golpeo cruel del astro rey que garantizaba temperaturas superiores a los 30º desde bien pronto en la mañana. Con buen criterio, la prueba se adelantó para acabar pronto y aprovechar las horas más frescas del día. Y aún así… A ver si también con buen criterio les llevan a disputar un Campeonato de España en estas fechas a localizaciones algo más cómodas en lo climatológico.

Sea como fuere, ha sido una prueba marcada por Movistar y por la inteligente estrategia llevada a cabo. En lugar de arremolinarse en torno a un solo corredor, táctica que en el pasado no siempre les funcionó, buscaron la carrera con varios. Del caos siempre saldría un Movistar. O dos, o tres, o hasta cuatro. Lazkano aprovechó ese momento de marcaje para lanzar el latigazo ganador. Nunca fue más allá del minuto, con un Juan Ayuso que de haber disputado en un circuito de rampa más dura hubiese sido el ganador de calle. El ciclista del UAE fue quien más empeño puso en lanzarse a por el vitoriano, siempre neutralizado por sus compañeros.
Oier Lazkano de pronto empezaba a sufrir. La diferencia a bajar y en el último arreón hubo cierta emoción. Sólo siete segundos separaron al incombustible Ayuso del ganador, un ciclista que no para de sumar éxitos y exhibiciones. El maillot rojigualda recaerá sobre sus espaldas, si bien el historial del equipo es de diseñar maillots donde el distintivo nacional destaca por su escasa presencia. Esperemos que ese distintivo se vea bien en el pelotón para que nadie le pierda de vista, para que todos sepamos dónde está una de las mayores revelaciones y esperanzas del ciclismo español.

Tercero en meta fue Alex Aranburu, quien ni siquiera pudo batir a Ayuso, plata y rozando esta vez la victoria del mismo modo que se le escapó la crono ante Castroviejo por apenas un puñado de segundos. Entonces fue la mala fortuna y una avería quienes le dejaron sin la victoria. En la prueba en línea fue la falta de un circuito selectivo que hubiese premiado algo más que el abuso en un cuatro contra uno. Nada que reprochar a Movistar, que hizo uso de una ventaja que las circunstancias le otorgaban y que todos conocían/conocíamos. Lo que falló fue la elección de un recorrido que siendo bonito podía haberlo sido igualmente siendo más justo.
Lazkano podría haber ganado igualmente, estuvo tan fuerte como el finalmente subcampeón. Si se solventa en parte el problema de la inferioridad con un recorrido que permita más defensa de sus opciones en solitario quizá ahora y en un futuro se viesen carreras todavía más emocionantes, con más ciclistas que sientan que tienen opciones a llevarse el maillot de España. Si la carrera consiste únicamente en ver qué ciclista “elige” Movistar para reinar en el Campeonato por un año es que algo falla. Si estuviésemos en Salamanca o en provincias llanas, pero en El Escorial…
Escrito por Jorge Matesanz
Fotos: RFEC y Getty Images