Segundo y tercer puesto para Enric Más y Mikel Landa en la que fue la última carrera del español Alejandro Valverde como ciclista profesional.
Julio de 2005, en plena hegemonía de Lance Armstrong en el Tour de Francia, un joven murciano conocido como Alejandro Valverde decide plantarle cara en la cima del alpino puerto de Courchevel. El norteamericano termina cediendo y Alejandro consigue su primera gran victoria en la Grande Boucle, en las filas del mismo equipo pero que entonces se denominaba Illes Balears. Diecinueve años después, ese joven ciclista ya convertido en leyenda nos levantó ayer de nuestros sofás por última vez.
Las orillas del Lago de Como regalaron una jornada soleada que nos permitió disfrutar de la última gran batalla de esta temporada 2022. Dentro del autobús del Movistar Team se podía palpar la ilusión de un día único. Tanto Enric Más como Alejandro Valverde venían haciendo un gran final de temporada (sobre todo en las clásicas italianas), pero llegaba la hora de la verdad. En el caso de Valverde, venía sin presión, hacía años que ya había hecho todo en este deporte. Aún así todos sabíamos que se iba a dejar hasta el último aliento por lograr una victoria en un ‘monumento’ que aún no tenía. Al igual que Vincenzo Nibali, otra leyenda viva que ponía punto y final a su periplo como corredor profesional.




Respecto a Enric, el mallorquín buscaba poner el broche definitivo a una complicada pero bonita temporada. Para ello debía derrotar a grandes rivales como el vigente ganador de la prueba (el esloveno Tadej Pogačar) o el vencedor del último Tour de Francia (el danés Jonas Vingegaard), entre muchos otros.
Inmersos en este contexto, el pelotón dejaba marchar una fuga de unos diez corredores, mientras Movistar y UAE decidían ponerse a la cabeza de un pelotón que sabía que la victoria final se jugaría en los últimos 70 kilómetros. Comenzaba el col de la Madonna de Ghisallo (patrona de este deporte) y con la fuga ya neutralizada, el equipo Jumbo ponía un duro ritmo que provocaba las primeras bajas dentro del grupo principal. No obstante, UAE no tardó en recoger el testigo y encabezados por el suizo Marc Hirschi y el portugués João Almeida continuaron endureciendo el ritmo durante la primera ascensión del día a San Fermo della Battaglia.
Sin embargo, sería a falta de 20 kilómetros a meta, en plena ascensión del Civiglio, cuando terminó por estallar la carrera. El duro ritmo impuesto por Bora y seguido desde muy cerca por UAE, comenzó a cobrarse serias víctimas, hasta el punto de quedarse en cabeza únicamente tres hombres: Enric Mas, Tadej Pogačar y Mikel Landa (su mejor versión desde el pasado Giro había vuelto).




No contentos con esta situación, tanto Tadej como Enric comenzaron un festival de ataques que Landa no pudo aguantar. Aún así el alavés del equipo Bahrain-Victorious conseguiría entrar durante el descenso. Por detrás, grandes nombres como Valverde, Vingegaard o Carlos Rodríguez intentaban darles caza sin éxito. Así llegábamos a la última ascensión de la jornada y la historia se repetía, Más y Pogacar se llevaban al límite, mientras, Mikel Landa se descolgaba definitivamente. La victoria final se iba a decidir en un agónico sprint. El ciclista español arrancó primero, pero finalmente Tadej, mucho más rápido en estos escenarios, acabó rebasándolo para revalidar su trono en tierras italianas. Landa se hizo con el tercer puesto.
Poco después llegaron el colombiano Higuita y Carlos Rodríguez, que habían saltado del grupo de atrás, cuarto y quinto respectivamente. Valverde, sexto. Su etapa como ciclista profesional había llegado a su fin. Landa sería podio por primera vez en un ‘monumento’ y Tadej el primer ciclista en ganar en sus dos primeras participaciones en Lombardía.
Escrito por Sergio Quintana
Fotos: RCS / LaPresse