No hay tregua. Tras la contrarreloj llega un día muy peligroso. Por un lado, la llegada en alto favorecerá que se paguen los esfuerzos de la contrarreloj. Por otro, vamos a ver qué papel juega el viento. Si sale una etapa clásica, la etapa se reducirá a la victoria de etapa y a los últimos cuatro kilómetros, donde los favoritos se arañarán unos segundos.

