Un puerto como Larrau se basta para destrozar un pelotón. Es considerado el rey de los Pirineos, pese a gozar de mucha menor tradición y fama en comparación con otros. Ubicado con mala intención a mitad de la etapa y precedido de una de las vertientes de Pierre de Saint Martin, el coloso será el punto clave de una etapa que puede ser todo o nada. Si se rompe la carrera, llegarán de uno en uno. Si se deja pasar la oportunidad, Belagua no será terreno para romper el grupo. Un día para que los escaladores jueguen a ciclistas y que los favoritos nos brinden un gran espectáculo.
