Carreras Ciclistas HC

Primoz Roglič, el regreso del rey de los dos mares

Después de seis meses sin apenas saber de él, vino, vio y venció. Así hacían los emperadores y así ha hecho él, el portador del tridente que emergió en Tirreno y se volvió a sumergir en el Adriático, el mar que baña la pequeña costa de Eslovenia, cuya bandera lleva años paseando por los marcos más incomparables del ciclismo Primoz Roglič con orgullo. Son muchas las victorias, son muchos los podios. Es mucha la presencia que ejecuta y rentabiliza este ciclista. Le quedan ya pocas carreras World Tour por conquistar y en ello está. Partirá en la Volta Catalunya con el objetivo de añadirla a su excelso palmarés, que engorda a marchas forzadas. Rara es la competición en la que se inscribe y de la que no obtiene alguna victoria, ya sea parcial o total.

Desde febrero de 2018, donde fue sexto en la Vuelta a la Comunidad Valenciana, y si exceptuamos los dos últimos Tour de Francia, ha saldado todas sus participaciones en vueltas por etapas con al menos una victoria. Este hecho está al alcance de muy pocos y denota una gran versatilidad, ya que tanto en crono como en subida como en las llegadas es un ciclista altamente competitivo. Tres victorias de etapa consecutivas y el tridente para casa de nuevo. Un bonito recuerdo a los aficionados y a sus rivales de que el esloveno es uno de los mejores ciclistas del momento, pese a que los años comiencen a pesar en su DNI y las lesiones pongan los retos más difíciles todavía.

Sus rivales le conocen y sigue siendo imbatible para ellos. Lo han intentado en esta Tirreno Adriático los escaladores españoles, los Landa y Enric Mas. Ni el vasco ni el balear han podido ni siquiera hacerle cosquillas, y eso que sus ataques han sido realmente exigentes. Con la inestimable ayuda de su inteligencia y de los fallos tácticos de sus rivales, que se han enredado más en guerras menores que en la batalla final e importante, Roglič ha paseado su media en todos los terrenos y con ello le ha servido para dejar el marcador en cuatro victorias en lo que va de 2023. Por hacernos una idea, similar botín obtuvo su compañero de equipo Jonas Vingegaard de O Gran Camiño. Aunque ni la carrera ni los adversarios han sido ni mucho menos los mismos.

Han sido rivales que se encontraban en una mejor condición en algunos casos. Sus objetivos de la temporada estaban más próximos, tienen más competición en las piernas y aún así el esloveno les ha batido con suma facilidad. Con este fin de semana, comienza extenderse la frase de que el ciclismo es aquel deporte en el que compite un pelotón de ciclistas y siempre gana Eslovenia. O al menos lo será mientras Primoz y su compatriota Tadej estén en activo. 68 victorias lleva uno y 53 lleva el otro. La gran mayoría triunfos de una calidad inmensa, nada de filfa que no interesa a nadie y sólo sirve para inflar el palmarés. Todo presas de primer nivel, desde las grandes vueltas conquistadas a Monumentos, pasando por casi todas las vueltas HC.

A Roglič le espera ahora la Volta, en la que le espera el primer duelo directo con uno de sus grandes rivales en el Giro de Italia, con el campeón del mundo Remco Evenepoel. Ambos quieren asestar al otro un golpe moral y cargas las pilas venciendo una carrera que tiene más simbolismo del que parece. Los dos han comenzado bien el año, con sendas victorias en las únicas vueltas que han disputado. Esa portería a cero es el objetivo de ambos, que al igual que Vingegaard y Pogačar viven su duelo particular por controlar los nervios y la iniciativa en la corsa rosa. Lo que pase en Italia durante el mes de mayo poco o nada tendrá que ver con lo que veamos en marzo, pero quedarse rumiando la victoria o la derrota suponen sabores muy diferentes durante estas ocho semanas que restan.

Otro detalle muy importante a destacar de la Tirreno Adriático ha sido la decisión del equipo de subordinar a Wout Van Aert al esloveno. Nada de dobles bazas e historias similares que habitualmente ha practicado Jumbo Visma. Desde el día uno se ha dicho, además en boca de los protagonistas, que la única baza era la de Primoz, y que el belga iba a trabajar -como así ha hecho- para el a la postre campeón de la carrera de los dos mares. Toda esa maquinaria al servicio de un solo líder hace de un conjunto así algo absolutamente inalcanzable. En las dudas de quién era o dejaba de ser el líder se escapaban en muchas ocasiones muchas fuerzas y tiempo. Todos a una suele funcionar mucho mejor que una para todos.

Escrito por Lucrecio Sánchez

Fotos: RCS Sport / La Presse / D’Alberto

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