Tom Dumoulin es uno de los corredores que en los últimos tiempos ha puesto de actualidad la psicología deportiva. Un corredor de éxito, que capitanea junto a Primoz Roglic uno de los mejores equipos del planeta y que goza de fama y un buen contrato tras haber cosechado triunfos como un Giro de Italia, haber sido podio también en el Tour de Francia, ser medallista olímpico o proclamarse campeón del mundo en contrarreloj. Un palmarés que ya quisiera el 95% del pelotón para sí.
Opinar sobre alguien que no conoces, sin saber qué piensa realmente y de primera mano y hacer interpretaciones únicamente sobre lo que se publica es difícil y puede conducir a error. Pero en primer lugar pienso que es una situación con muchas contradicciones. Yendo a aspectos más psicológicos, la motivación tiene varias divisiones, como la básica y la cotidiana.
La primera de ellas, la básica, consiste en lo que te guste un deporte. Cotidiana, la segunda, es el trabajo que se realiza día tras día. Te puede gustar mucho el ciclismo, por ejemplo, pero no para entrenar y prepararte al cien por cien. Y al contrario, que te encante entrenar, pero luego no te llame lo que rodea a ese deporte, la competición, etc. Y creo que esto puede estar muy relacionado con lo que pueda estar pasándole a Tom. Le gusta montar en bicicleta, pero parece que no tanto el mundillo en sí, lo que hay dentro de él, que parece que es lo que menos le motiva.
De todos modos, parece que emocionalmente tiene altibajos y de ahí la aparición de dudas; ahora me como el mundo y un mes después no quiero saber nada de él. Por otro lado, el no tener la necesidad de ser un modelo para nadie es algo complicado, ya que aunque uno realmente no quiera serlo, te encuentras en el foco mediático que de una u otra manera influye en la gente, sobre todo con todo este tema de la retirada por problemas mentales. E igualmente es muy complejo no dejarse influenciar por lo que dicen los demás, ya que los humanos somos animales sociales y es tremendamente difícil abstraerse por completo de cosas así. Todo eso afirmado desde la prudencia, pues como reconocía al comienzo, podría estar equivocado sin tener las referencias de primera mano.
Otra reflexión sobre este caso es que cuando las consecuencias de lo que haces son positivas, se tiende a repetirla por refuerzo positivo, o al menos aumenta la probabilidad de aparición de esa conducta en más ocasiones. Por otro lado, si algo causa malestar o displacer, como por ejemplo, no encontrar placer a competir, etc, se evita esa conducta por reforzamiento negativo. Por tanto, es más probable que se repita esa situación de evitación ante estímulos similares que provoquen malestar. Quizá todo muy psicológico, pero muy descriptivo de cómo aprendemos e interiorizamos ciertas conductas los seres humanos, al final lo que son y somos los que montamos en bici.
Escrito por Samuel Arroyo Cabello
Psicólogo Deportivo
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Foto: Sirotti