Todos los ciclistas de la región conocen el sufrimiento de escalar este puerto. Sin tener rampas de impresión y con longitud justa para que el esfuerzo merezca la pena, es un gran atractivo para unas bicicletas que pueblan la carretera que asciende y desciende de la cima con intensidad. En fines de semana no habrá prácticamente un instante donde no se escuche el rodar o el sonido de los radios en bajada. Por supuesto, la más concurrida es la vertiente sur, la que aglutina además de más población en las proximidades, más dureza.
Una dureza contenida, eso sí. No hay ni por asomo paredes que asusten. Por contra, tampoco descanso alguno. De hecho, no lo hay. La pendiente se mantiene en torno al 7%. con algunas variaciones en secciones donde se inclinará hasta el 9, nunca mucho más allá. Todo por el lado de Miraflores, desde donde distan nueve kilómetros a coronar. Se puede prolongar desde Soto del Real o desde Guadalix, quizá la variante que guarde más dureza y continuidad en la subida. Esos primeros kilómetros serán siempre livianos con respecto al resto del puerto, pero son esfuerzos que después se llevan en las piernas.
Rascafría da inicio a la otra vertiente, la norte. Su longitud es algo mayor, aunque la dureza es más irregular. De nuevo sin grandes rampas, aquí sí hay descansos intermedios que atenúan la pendiente y dan mucho respiro. El asfalto, por cierto, ha sido remozado recientemente y es una alfombra. Ayuda a que deslice la bicicleta y hace las subidas y las bajadas mucho más sencillas. Por su lado, el viento poco tiene que afectar, ya que restando los últimos dos kilómetros de ambas caras, el ciclista está protegido por arboleda o por la ladera.
Existe una variante en tierra para alcanzar la cima de La Morcuera. Es sólo accesible en MTB, aunque de ella hablaremos más adelante. También hay conexiones por pista con Canencia, de nuevo no recomendables para las ruedas finas. Es otro de los atractivos de la zona, además de hacer del puerto un mirador privilegiado sobre el valle de Lozoya y las proximidades de la Pedriza, uno de los lugares más distinguibles de la sierra madrileña.
Las conexiones con otras subidas son un valor añadido. Cotos es la elección más sencilla, al igual que Canencia, porque permite rutas circulares sencillas. Navafría es un puerto que merece la pena degustar, aunque la vuelta en ruta circular alarga más el kilometraje. Bien es cierto que el llano hasta llegar al pie en la localidad de Lozoya le resta un tanto de encanto (aunque el puerto en sí es una maravilla y merece la pena).
Altimetría vertiente Soto del Real
Altimetría vertiente Guadalix de la Sierra
Altimetría vertiente Rascafría
Texto y fotos: Lucrecio Sánchez (@Lucre_Sanchez)