No se puede subir más alto dando pedales en la provincia oscense. Así de claro se manifiesta Punta Liena, este gigante belsetán con números poco habituales en nuestro Pirineo. Para llegar a él tendréis que ir hasta el Valle de Bielsa, en el norte de la comarca del Sobrarbe. Poco más arriba de Bielsa está la pequeña localidad de Parzán donde en su salida a mano izquierda comienza esta terrible ascensión por la carretera que primero lleva a Chisagüés.
Se trata de uno de los grandes puertos del Pirineo aragonés, el más alto, uno de los que acumula mayor desnivel y el que tiene uno de los tramos más exigentes de cuantos os podáis enfrentar. Se puede dividir en dos mitades bastante bien diferenciadas. La primera de ellas presenta en su inicio 3,5 kms algo duros que están perfectamente asfaltados gracias a la carretera que conduce hasta un poco más allá del pequeño y bien arreglado pueblo de Chisagüés. Después da comienzo la pista, casi siempre en buen estado y que poco a poco va remontando el Valle del Río Real. Lo hace sin rampas duras, ganando altura de forma constante a la vez que ofrece algún respiro y poco a poco se van abriendo las vistas por el valle. Así hasta pasado el octavo kilómetro, punto en el cual nos daremos de cara contra la dura realidad del puerto, su segunda y muy exigente mitad.
Esta segunda mitad nos recibe de la manera más brusca posible, con un largo tramo cercano al kilómetro y que en todo momento se mueve en torno al 18% de pendiente. Coincide además que por momentos el piso es algo irregular en ese tramo, por lo que echar pie a tierra en esa durísima rampa no es tan difícil. Tras pasar ese muro la pendiente se normaliza llegando a Pietramula, una pequeña zona de acampada al paso del GR-11. Como dato importante, en el entorno de Pietramula es la única zona por la que bajan varios arroyos en los que poder coger agua. También marca el punto en el que va cogiendo tintes de gran puerto. Alguna zona de roca con aspecto épico y amplias praderas alpinas nos acompañarán hasta el final. También un refugio y el cautivador paso por las antiguas Minas de Parzán y las Casas de Ruego. El trazado es duro, por momentos muy duro, alternando pequeños descansos con rampas endemoniadas y una pista en general en un estado decente pero que en puntos concretos empeora ligeramente para complicar el avance. A lo lejos se adivina un final que parece que nunca va a llegar. La altitud también entra en juego, no es que cueste respirar pero hace que todo sea más duro. Tras varios zig-zags se acaba la pista a casi 2.600 metros, también el sufrimiento. Poco más arriba está la cima de Punta Liena a 2.608 metros. Un merecido regalo para la vista con la norte de Monte Perdido (3.355 m) al fondo y al cual se puede llegar con la bicicleta tras haber vencido a este monstruo pirenaico.

Como nota final hay que decir que hace años se planteo la construcción de una estación de esquí en esta montaña, la llamada montaña de Ruego. Finalmente y por distintos motivos el proyecto no se ejecutó y en la actualidad no hay noticias del mismo.
En lo que a puertos se refiere para la bicicleta de montaña, el Valle de Bielsa es más de calidad que de cantidad. Oferta auténticos puertazos de alta montaña pero en menor cantidad que su vecina Val de Chistau. Para empezar, justo enfrente y prácticamente compartiendo inicio está la ascensión al Ibón de Urdiceto. Con inicio ambos en la salida norte de Parzán forman el que yo llamo #RetoParzán o lo que es lo mismo, subir ambos colosos de forma seguida. Otra pista de interés la encontramos en el espectacular valle de Pineta con la ascensión por la Sierra de Espierba. También el pequeño valle de Barrosa tiene su pista que nos acerca al circo montañoso del mismo nombre.
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Texto y fotos: Puertos de Huesca (@PuertosHuesca)