Ciclistas

¿Que podemos esperar de Mattias Skjelmose?

Ganar la Vuelta a Suiza estos días no significa lo mismo que antaño. No hace tanto tiempo, quien se elevaba en una carrera de esta categoría debía poseer unas condiciones tales para ser capaz de imponerse a los ciclistas que procedían del Giro y a los que se aproximaban al Tour, en una encrucijada de caminos en la que ambos grupos tenían las de vencer. En estos días que nos han tocado vivir, Suiza ha dejado de ser un objetivo para los grandes para convertirse en un recurso de última hora (Evenepoel) como una oportunidad para jóvenes (Skjelmose, Ayuso, Gall) que tienen aspiraciones en julio (o no).

Se debe hacer justicia con casos como este, midiendo la resonancia del ciclista en perspectiva. Skjelmose apenas debería haber comenzado a brillar en la élite durante esta primavera. Habrá que darle tiempo para que defina qué estatura quiere o puede dar a su talento, en qué museos quiere exhibirlo y cuál es la corriente que su arte va a derramar por sus poros. A día de hoy aporta efectividad, condiciones y buen olfato a su expediente después de llevarse el maillot amarillo y una etapa y de presentarse en sociedad en aquel sprint fallido ante el mejor Tadej Pogačar que hayamos visto nunca.

Antes de que se lancen las campanas al vuelo, primero se debe esperar la evolución y, sobre todo, la continuidad en los resultados de un ciclista de 22 años que serán 23 cuando llegue el mes de septiembre. Bien en la crono, bien en la montaña. Que el foco y la actualidad de esta carrera no hayan estado exclusivamente en el surgir de esta nueva promesa que el ciclismo danés pone en liza beneficia el hecho de no acumular demasiados elogios ni expectativas a su alrededor.

Ser el mejor en el compendio de todas las luchas durante ocho días contra montañas y relojes no es nada sencillo si tus rivales se llaman Remco, se presente en el estado de forma que se presente, o Ayuso. Dos de los ciclistas llamados a marcar una época. Y les ha derrotado. A uno por irregular y a ambos porque la inactividad se acaba pagando. Si bien es cierto que en días de competición, el que más lejano los poseía era precisamente el danés, pues desde que Evenepoel le dio cero opciones en Lieja de convertirse al menos en una alternativa, el ciclista de Trek no se había puesto un dorsal.

Esta primavera muestra, desde luego, dos peligrosas fotografías en las que se observa compartiendo podio con Pogačar y otra con Evenepoel escoltando su victoria en lo alto del podio al lado derecho de su victoria sobre el maillot arco iris. Dos franceses sucumbieron ante Mattias en verano de 2022, tanto en el Tour de Luxemburgo como en el Tour de l’Ain. Kevin Vauquelin, otra de las futuribles estrellas del ciclismo galo, así como Guillaume Martin fueron testigos de los éxitos en las generales previos a la Vuelta a Suiza. Las pistas que seguiría cualquier detective para observar su curva de evolución. El danés viene con impulso.

Los ciclistas de Dinamarca han desembarcado en el resto del continente europeo para desarrollar una expansión que viene a significar el mejor momento vivido por su ciclismo. Al campeón del Tour hay que sumar un grupo de ciclistas que con Skjelmose a la cabeza procuran buenas tardes de ciclismo en los mejores teatros. La fiebre de la bicicleta que se vive en el país no es casualidad, y el gran momento de su vertiente profesional es el principio de que la cantidad redunda en la calidad. Por estadística.

Escrito por Jorge Matesanz

Fotos: TdS – Buchli / ASO – Delobel / Ceusters

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