Como cada mes de septiembre, se ha celebrado una edición más de la Vuelta. Tras un año en el que los protagonistas han mostrado síntomas de cansancio en las últimas etapas y los muchos análisis posibles que se puedan realizar de cómo se han sucedido los acontecimientos a lo largo de la carrera, es tiempo para la organización de diseñar una ruta atractiva para la próxima temporada. Seguramente teniendo en cuenta el hecho de que las circunstancias del pelotón serán distintas de un año para otro y algunas conclusiones extraídas de la Vuelta 2021.
Por lo pronto, se espera, como es costumbre, una buena ración de finales en alto, una de las piedras angulares de la filosofía de la prueba. Si bien estas metas han rebajado el nivel de pendiente de los puertos a escalar, también se ha añadido cierta variedad de escenarios, con etapas con final en descenso o con la meta más alejada de los puntos calientes que en otras ocasiones.
De cara a 2022 se intuyen algunos detalles, si bien todavía se desconoce el diseño del trazado. Se sabe que la salida tendrá lugar en Utrecht, una cita que debió tener lugar en 2020 y que fue retrasada debido a la pandemia. Javier Guillén deslizó en una entrevista los planes de que la gran salida tuviese lugar en los Países Bajos, donde emplearán los primeros días de carrera. Parece que volverá a celebrarse un prólogo o contrarreloj de escaso kilometraje como apertura y al menos dos etapas llanas donde el viento y el sprint serán los grandes protagonistas. Aún está por anunciarse de forma oficial las fechas, pero es posible que al añadir un tercer día de descanso, el día de inicio cambie el habitual sábado por un viernes de agosto, seguramente el día 18. También es seguro el punto final del trayecto, que volverá a ser Madrid tras el periplo entre Catedrales de 2021 con motivo del Año Jacobeo. La prueba debería finalizar el 10 de septiembre con una etapa poco relevante, como viene siendo habitual. Si bien no es descartable la crono final como la vista en Santiago de Compostela. Galicia tuvo intención de celebrar el famoso fin de fiesta en su tierra este año, pero finalmente no estará presente en la ruta 2022.
El contenido intermedio entre Holanda y Madrid es el quid de la cuestión. La presencia de dos macizos montañosos está asegurada: Asturias y Andalucía. La duda entraña en la inclusión o no de los Pirineos, ausentes en 2021 y con una etapa pendiente de celebración con meta en el mítico Tourmalet, suspendida también en 2020 por motivos de las restricciones provocadas por el Covid-19. En caso de entrar la cordillera compartida con Francia, es más que posible que Andorra estuviese en el recorrido, y eso es sinónimo de gran etapa de montaña.
La vuelta a España de la Vuelta debería tener lugar por Irún, como originalmente iba a tener lugar. Ello haría que País Vasco, que parece tener muchas probabilidades de ser incluido de nuevo en la ruta, recibiese a la caravana ciclista durante una o dos jornadas. Cantabria también es destino seguro, donde es posible estrenar alguna novedosa llegada en alto, si bien existen todavía muchas líneas por definir en ese sentido. Tras la inclusión de dos jornadas de transición en las últimas dos ediciones, toca volver a la montaña y a las llegadas en alto, siendo muy posiblemente que se tratarse de la primera semana, que presumiblemente barrerá el Cantábrico de este a oeste. Asturias irá justo a continuación, aunque estamos acostumbrados a dibujos un tanto inesperados. Tampoco es descartable que de Cantabria se pase a La Rioja, donde existe al menos una solicitud de etapa. Tras más de 20 años de ausencia, La Demanda podría ser el lugar de dicha meta, para la que parece haberse solicitado una cronoescalada, algo que no parece entrar en los planes de la organización.
En Asturias parece segura la ascensión al Collado de Fancuaya, en las proximidades de Yernes. El arreglo del puerto de Marabio hace fácil pensar que acompañará al estreno de un puerto muy espectacular. El de Marabio sería la segunda vez que forma parte de la Vuelta, primera ocasión que lo haría por esta vertiente, inédita en el ciclismo profesional. Ante la posibilidad de incluir también San Lorenzo, habrá que ver a qué altura de carrera nos estamos refiriendo, si bien no sería descartable en ningún contexto. De hacerse realidad, serían unos últimos kilómetros espectaculares con el encadenado perfecto y sin un metro llano de tres duros puertos de primera categoría. Una posible segunda jornada asturiana podría buscar meta en alguno de los múltiples puertos de la zona. Riosa solicitó la inclusión del Angliru, aunque no parece la más probable. Una etapa llana procedente de Cantabria y una con salida en Asturias y destino, por ejemplo, a la durísima Camperona leonesa es otra posibilidad.
Andalucía tiene muchas papeletas para acoger las etapas decisivas de la carrera. Habiendo sido incluido en las etapas iniciales en los últimos años, parece segura la presencia de la provincia de Granada en el recorrido. De tener lugar en el tercer fin de semana, momento clásico de ubicación de las etapas más duras, se está trabajando para que el final sea en la parte más alta de Sierra Nevada-Veleta. El Observatorio del IRAM parece la opción más viable, a más de 2800 metros de altitud, si bien la más realista es la habitual de Hoya de la Mora, a 2520 metros. Se espera que sea una etapa decisiva, con ascensos a Hazas Llanas y Monachil, en combinación con una subida final que se puede encuadrar entre las más duras de Europa. Existen rumores que sitúan a Granada como parada justo anterior a Madrid, celebrándose en la provincia las etapas decisivas. En caso de no ser así, la sierra de Guadarrama podría albergar los últimos ataques.
El regreso de Almería y la sierra de Los Filabres parecen descartados, si bien Málaga podría albergar alguna etapa de montaña. Jaén y la durísima Pandera es otra de las variantes. El nexo de unión norte-sur será con casi toda seguridad Extremadura, tanto en una dirección como en la contraria. Ha sido un éxito el regreso a la Comunidad y la inclusión de la etapa del Pico Villuercas, que no parece contar para 2022.
Y hasta aquí los rumores que en estos momentos existen sobre la mesa. Como siempre, en la recta final del otoño se intensificarán las informaciones y las especulaciones acerca de qué territorios tendrán la suerte de contar con paso de la ronda española. Lo que parece evidente es que la montaña volverá a ser abundante y que la Vuelta seguirá con los rasgos que definen su personalidad. Aún habrá que esperar para saber cuál será la orientación de las etapas en el mapa, así como seguro que se suman a la puja novedades montañosas como en los últimos años.
Escrito por Lucrecio Sánchez (@Lucre_Sanchez)
Foto: ASO / Photogomezsport / Tim De Waele