Por segundo año consecutivo, el Tour de Francia de 2023 organizará su famoso Grand Depart desde un país extranjero. En esta ocasión será España, y en concreto el País Vasco el lugar elegido para comenzar la edición número 110 tras haber salido en 2022 desde la lejana Copenhague, en Dinamarca. Será la duodécima ocasión en el siglo XXI que la Grande Boucle dé el banderazo de salida desde fuera de las fronteras galas. Una dinámica que parece ha venido para quedarse, al igual que la ausencia de prólogo en ediciones alternas. Bilbao marcará el inicio, pero las otras dos capitales vascas estarán muy presentes con la salida y llegada de la segunda etapa, entre Vitoria y San Sebastián y más de 200 kilómetros. En ambas jornadas el terreno será duro, con una combinación muy interesante entre puertos y repechos a ascender y finales inciertos, tras puerto de montaña en las dos.
Es la segunda ocasión en la que se sitúa la salida en el País Vasco español, tras la edición de 1992 y el inicio en San Sebastián que vio triunfar de amarillo a Miguel Indurain, a la postre ganador de su segundo Tour. En 1949, de hecho, la capital donostiarra acogió la primera llegada del Tour en España. Desde el citado 1992 no se pone pie en suelo vasco, ya que en 1996 las etapas que tuvieron incursión en España lo hicieron por suelo navarro. Vitoria acogió una etapa en 1977 y Bilbao se estrena en estas lides. También lo hace como ciudad-Tour Amorebieta, que despedirá a la caravana el 3 de julio camino hacia un punto de Francia aún por determinar.


Una vez en el país galo, se espera que los Pirineos sean el primer bloque en afrontar con respecto a los grandes macizos. Parece que se huirá del esquema del Tour de 1992, donde los Pirineos consistieron en una única etapa con final en Pau al tercer día de carrera. Desde aquí el secretismo ha sido la máxima, con el único fin de guardar las sorpresas para el día de la presentación, el jueves 26 de octubre en París. En la capital, como es habitual, terminará el periplo de tres semanas por las carreteras francesas.
Se van conociendo detalles que se dan por más o menos seguros, si bien aún deben quedar algunos flecos en el aire que se irán decidiendo en estas últimas semanas previas a la puesta de largo del recorrido. Es esperado que se mantenga la dosis de contrarreloj que tan bien funcionó en 2022, con una contrarreloj larga por determinar aún. Al no existir prólogo, es fácil que Prudhomme y los suyos incluyan dos en la ruta del Tour 2023, probablemente en torno a los 40 kilómetros de longitud. Una cifra a todas luces insuficiente para lo que ha sido tradición en las grandes vueltas en general y en la ronda gala en particular. Una batalla perdida.

Quizá para compensar el “alto” kilometraje contra el crono que está planeando el Giro incluir para hacer el trazado atractivo a ciertas estrellas, el Tour estire los suyos. Suena Pau como salida y meta de una de ellas, hacia la etapa cinco o seis. Bien podría ser de corto kilometraje y compensarse con una segunda crono. Sigue siendo una incógnita.
Tras entrar a Francia por Hendaya y quizá finalizar en una localidad próxima, el Tour tomará dirección norte para hacer etapas antes de afrontar los Pirineos en una o dos etapas. Suena una etapa con el Tourmalet como protagonista, aunque se desconoce si con o sin final en alto. No sería descartable que se finalizase en la cima propiamente dicha. Otra cima que suena con fuerza es Plateau de Beille. Lleva unos años fuera del Tour y ya que faltarán muchos de los mitos de la corsa gala, gana muchos enteros. Serán, en todo caso, unos Pirineos contenidos y que llegarán en esa primera semana.

Donde hay más certezas es en los Alpes. Parece claro que volverá Morzine a la ruta del Tour tras ser salida en la edición de 2022. En esta ocasión será meta de una etapa en el penúltimo fin de semana de carrera, por lo que se espera una gran etapa de montaña con final en descenso en la localidad alpina. Avoriaz también cuenta con opciones. Las opciones aquí son infinitas, más aún si se parte, como parece que será, desde la localidad de Annemase. Parece que se incluirán los Vosgos, aunque el ya clásico final en Planche des Belles Filles debería descansar en esta edición. En su lugar, puede que en etapas decisivas para la general, la media montaña será la protagonista. Puertos y ciudades interesantes hay alrededor para diseñar auténticas golosinas para los amantes de los recorridos. Hay muy poca información confirmada en ese aspecto, pero bien los Vosgos podrían albergar las etapas decisivas con etapas de media montaña, del estilo de las que decidieron el Tour Femmes en 2022.
Parece con muchas opciones la zona del Jura y Le Grand Colombier, un coloso que se estrenó en 2012 y se encumbró en 2020 con un final de etapa en el que Tadej Pogačar ganaría su segunda etapa en el Tour, en el que pocos días después añadiría su nombre como vencedor absoluto. Chambery y el Mont du Chat son candidatos también a protagonizar una etapa durísima pre-Alpes.

Ya en la cordillera definitiva, con la ausencia esperada de Alpe d’Huez, los Alpes serán el eslabón decisivo de este Tour de Francia 2023. El enlace por carretera de los dominios esquiables de Meribel y Courchevel podrían componer un conglomerado de subidas que protagonice una decisiva etapa de alta montaña. El Col de la Loze y el novedoso y recién asfaltado Tougnete (ver reportaje y altimetría) podrían ser protagonistas de una novedosa jornada que debería terminar en alguna de las estaciones mencionadas, con la delantera tomada por el clásico final en Courchevel, que no regresaba al Tour desde el año 2005. Un doble paso por Loze también se contempla, con final en al cima como en 2020.
Es probable que pueda haber alguna etapa alpina más, aunque aún no han trascendido más detalles. Sea como fuere, todo aún podría cambiar o surgir rumores que varíen la composición que se piensa que el Tour 2023 tendrá. El esquema, eso sí, parece claro a falta de ubicar el Macizo Central (donde se habla de un regreso al Puy de Dôme, aunque no es la primera vez que suena), que parece que irá detrás de los Pirineos, y los Vosgos, que parece irán al final. Lo que sí está claro es la filosofía: etapas cortas, nerviosas, imitando el modelo que tan buen resultado dio en 2022 y que permitió un precioso duelo entre UAE y Jumbo-Visma.
Escrito por Lucrecio Sánchez
Fotos: ASO