En los últimos días de marzo y primeros de abril se ha estado disputando en Guatemala la Vuelta Bantrab UCI 2.2., una modesta vuelta por etapas patrocinada por un banco nacional que nos recuerda que no todos los focos del ciclismo mundial deben estar en Europa. El ciclismo en América nos ofrece de hecho algunas peculiaridades que no siempre son conocidas para la mayoría de los seguidores de este deporte. En este artículo recogemos esos detalles solo aptos para lectores curiosos con diez respuestas a la pregunta inicial: ¿Qué tiene de diferente el ciclismo de América?
1. Un ciclismo que se mueve entre lo profesional y lo amateur.
En todo el continente americano, solo hay dos pruebas que pertenecen al circuito World Tour (UWT), ambas de un día y en Canadá: Grand Prix Cycliste Québec y Montréal, en septiembre. En la siguiente categoría, ProSeries, se disputa la Vuelta a San Juan Internacional (Argentina, en enero) y la Maryland Cycling Classic (Estados Unidos, septiembre). En el calendario UCI America Tour 2023 no hay ninguna prueba de categoría 1.1./2.1., sino que todas son o pruebas 1.2./2.2. o nacionales, por lo que pueden correr en ellas clubs amateurs, sin necesidad de tener licencia UCI Continental. Eso hace que la mayoría de los equipos ciclistas en América no sean profesionales o, como mucho, sean semiprofesionales.
2. Un ciclismo que, pese a las dificultades, sigue contando con pruebas grandes.
Más allá de las pruebas de máxima categoría, las dos carreras históricas del continente americano son probablemente la Vuelta a Colombia y la Vuelta al Táchira (Venezuela). Esta última, nacida en 1966, es conocida como “la Grande de América.” La Vuelta a Colombia siempre ha sido muy respetada y desde su primera edición, en 1952, ciclistas de todo el mundo pelearon por ganarla. No reparten muchos puntos UCI, pero en estas vueltas la afición se apiña en las cunetas para animar como posiblemente no se haga en casi ningún otro lugar del mundo.

3. Un ciclismo de altura.
Hay algunas pruebas con muchos kilómetros llanos, como en San Juan (Argentina), pero no es lo habitual: el terreno hace que muchas se organicen a una altura sobre el nivel del mar mucho mayor que la habitual en Europa. Es difícil saber cuál es el puerto más alto o duro del continente americano. Algunos hablan del Páramo de las Letras, que conecta Bogotá con Caldas, porque desde la población de Mariquita acumula más de 80 kilómetros con una pendiente media del 4% y máxima del 11 %, con casi 3.200 metros de desnivel positivo; se corona a 3.677 metros sobre el nivel del mar. El ciclista Eddy Nohales Nieto (este año en el Matrix japonés), nos hablaba de otro puertaco hace tiempo: “El puerto más alto que he pasado en carrera fue en Bolivia, La Cumbre, 4.496 metros.”
4. Un ciclismo que aporta grandes campeones históricos.
América ya ha logrado títulos en Grandes Vueltas y campeonatos mundiales u olímpicos con ciclistas como Greg Lemond, Egan Bernal, Nairo Quintana, Richard Carapaz, Lucho Herrera, Ryder Hesjedal, Andrew Hampsten o Santiago Botero. Además, otros ciclistas europeos destacados tienen relación directa con el continente, como el francés Lucien Petit-Breton (con Argentina), el italiano Allegro Grandi (con Venezuela), el italiano Attilio Pavesi (Argentina), el francés Thomas Voeckler (Martinica), el español Luciano Montero (Argentina)…
5. Un ciclismo que se vive con orgullo en cada país.
Hay mucha afición a la bicicleta en América, eso está claro. Cada país vive con orgullo sus éxitos, aunque algunos son discutibles. Pongamos un ejemplo reciente. Hace unas semanas, el 4 de marzo de 2023, el ciclista venezolano Edwin Torres (26 años) batió el récord nacional de la hora con un registro de 47 km y 834 metros en el velódromo José de Jesús Mora Figueroa de San Cristóbal del Estado de Táchira. El récord anterior lo ostentaba desde 1986 el desaparecido Justo Galaviz, con 45 km y 412 metros en el mismo velódromo. Los diarios locales destacaron el éxito de Edwin y la épica de conseguirlo en un velódromo muy deteriorado, con baches, lejos de su esplendor del Mundial de 1977, que ni siquiera contaba con alumbrado, lo que provocó que Edwin lograra su récord acompañado en los últimos 25 minutos por la iluminación de varios coches y de los teléfonos móviles de los pocos asistentes a la gesta. No queremos restar mérito al esfuerzo de Torres, pero sí poner su marca en contexto. Pese a utilizar una bicicleta de última generación (una BMC de menos de 8 kg de peso propiedad de la Federación Venezolana de Ciclismo), el registro es inferior al de Ferdinand Bracke en Roma en 1967 (48,093 km) o al récord de la hora femenino de Ellen van Dijk en Grenchen en 2022 (49,254 km).
6. Un ciclismo que ofrece resultados inesperados.
El pasado 26 de marzo de 2023, se celebró el campeonato nacional de ciclismo en ruta de Argentina en Mendoza. La falta de seguridad que evitase el tráfico abierto en el circuito hizo que los organizadores cambiaran el final de la prueba, sin dejar claras esas modificaciones a los ciclistas. Los tres ciclistas escapados llegaron en sentido contrario a la nueva meta y también hubo sprint entre el grupo perseguidor, que fue el que completó realmente el recorrido. Los jueces tomaron una decisión insólita, proclamando dos campeones nacionales y entregando dos camisetas distintivas, una a Sergio Fredes y otra a Alejandro Durán. Lamentablemente, el tema del tráfico abierto o las carreteras en mal estado es demasiado habitual en pruebas de muchos países de América y, desde luego, no es motivo de orgullo.
7. Un ciclismo con mucho criterio.
O, mejor dicho, critérium. Este formato de prueba de un día en un pequeño circuito urbano tiene mucha afición en varios países del no tan nuevo continente. Como nos contaba Eddy Mansulino, en Uruguay es un formato muy habitual: “Se organizan carreras nocturnas entre semana en algunos puntos del país, sobre todo en Trinidad. Las organizan clubes o federaciones locales con el aval de la Federación Uruguaya. Pueden ser aisladas o parte de un campeonato específico como en el caso de San Ramón.” Otro ejemplo: en Estados Unidos en 2023 hay una competición, National Cycling League, en la que 10 equipos mixtos (con mujeres y hombres) compiten en series de carreras urbanas con más de un millón e dólares en premios, cuya primera prueba será en Miami el 8 de abril; entre los equipos, hay dos oficiales, los Denver Disruptors (con Sergio Henao, Ulises Castillo, Reinardt Janse Van Rensburg, Nerea Nuño. Serghei Tvetcov…) y Miami Nights (Clever Martínez, Frank Travieso, Jonathan Clarke…).
8. Un ciclismo “turismero” casi desconocido.
Y no me refiero a todo el turismo que podemos hacer en América pasando por lugares impresionantes. Me lo contaba hace un tiempo Jesús “Coronel Chuch” GiAl @JesusGiAl en Twitter: “Las “carreras turismeras” en México se hacen con bicis 28″ adaptadas para correr, con cuadros de acero y aluminio y una marcha normalmente en 48 x 16. Lamentablemente, no tienen reconocimiento de la Federación Mexicana, la mayoría están ligadas a ferias patronales en la zona central de México, pero con tal importancia local que la mitad de la categoría élite corren en equipos profesionales; la narración de las carreras es la cereza del pastel.”

9. Un ciclismo en el que los finales son una fiesta multicolor con confeti.
A los europeos se nos hace ciertamente extraño, pero en varias vueltas en América, como la Vuelta a Guatemala o la Vuelta a Ecuador, hemos podido ver cómo al final, en la línea de meta, hay un señor que se juega el tipo y pasa acrobáticamente una bandera a cuadros sobre los ciclistas que llegan mientras se disparan toneladas de papelitos de colores. No me imagino este final en una Paris Roubaix, la verdad. America is different!
10. En definitiva, un ciclismo diferente que merece más seguimiento.
Entiendo que mucha gente me mire con extrañez cuando explico lo que disfruto cada año de pruebas como la Vuelta al Táchira, la Vuelta a Guatemala, la Vuelta a Colombia o la Vuelta Ciclística a Ecuador. Creo que el ciclismo del continente americano se ha ganado mayor difusión de la que hoy por hoy tiene. El dinero hace que pongamos el foco en la península arábiga y que nos perdamos ciclismo con un poso de autenticidad difícil de igualar en otros lugares del mundo.
Escrito por: A. M. Fuente (aka Viktor Frankenaerts: @cyclinggeo)
Foto de portada: Vuelta a San Juan OK