La empresa organizadora del Giro de Italia toma el control absoluto sobre toda su ‘marca’ al habérsele asignado la tarea de organización después de que la Federación Italiana sacase a concurso las pruebas y fuese la empresa que ya monopoliza el calendario italiano quien se hiciese con los derechos del Baby Giro, esa carrera para sub-23 que enfrenta a las futuras estrellas del ciclismo, y el Giro Rosa, la grande por excelencia del calendario femenino hasta la irrupción del Tour Femmes.
Como esta última es creación reciente de ASO, ahora la balanza en esta interminable contienda entre ambas empresas por la carrera organizativa europea, donde son las dos entidades punteras. También se naturaliza de esta manera la gestión de las diversas sucursales del Giro de Italia, que es la marca histórica a la que evocan el ‘Girino’ y el Giro Rosa, ambas pruebas reinas de sus categorías respectivas. Siendo la segunda vuelta por etapas en cuestiones de tradición, era también lógico terminar uniendo todos los eslabones de un ciclismo como el italiano.

Desde que ASO adquiriese los derechos de la Vuelta a España, los franceses han parecido llevar siempre la voz cantante en el panorama internacional, haciéndose cada vez con la organización de más carreras y en más países distintos. RCS no se quedó atrás y fue adquiriendo alguna prueba italiana para incorporarla a su catálogo, pero aún así constantemente a pie cambiado ante la ambición ‘imperialista’ de ASO y sus filiales asociadas. Hay carreras que están en su satélite y tal vez en un futuro sean ya posesión directa de la entidad parisina.
Con este movimiento, RCS parece empatar la jugada y es de imaginar que impondrá un orden más natural a las fechas de ambas pruebas y las ligará irremediablemente al mes de mayo y la maglia rosa de una u otra manera. Prendas que, por cierto, ya forman parte de sus idiosincrasias respectivas. Pero el ADN de RCS irá también arrimándoles a todas sus virtudes, como son la implicación del entorno en las etapas, la importancia de la estética de las llegadas, etc. No son aspectos que estuvieran faltos de trabajo en estas dos organizaciones anteriores, pero sí que los maestros de ceremonias del Giro llevan año maravillando con algunas cuestiones relacionadas.

La experiencia de gestionar con autoridades públicas también será un plus. Por el momento, el Giro Rosa suena para terminar en Sicilia, que es un destino habitual de la prueba absoluta masculina en los últimos meses de mayo. Por tanto, un buen revulsivo a pruebas que ya de por sí estaban asentadas como importantes y recibiendo a lo más granado del pelotón, cada uno en su categoría o género. Ahí es donde flaquea un tanto el Giro masculino, aunque con Remco Evenepoel, Geraint Thomas y Primoz Roglic se palía un tanto de cara a 2023. Siempre se deja caer algún as del panorama internacional, pero también es cierto e innegable que muchas otras escuadras acuden con el equipo ‘b’.
La ubicación de las fechas ahí es clave, así que esperemos que hayan aprendido de la importancia de este factor y lo apliquen a dos carreras que pese a no llevar tanto tiempo en el ciclismo como la original (que arrancó en 1909), sí han conseguido posiciones hegemónicas. Por ello, si se revisa el calendario de éstas, puede que las consecuencias no fuesen para bien. Esperemos que el sentido común impere y que todas las modificaciones que introducirá RCS sean para mejorar lo presente y no para cambiar la médula de carreras que ya de por sí están funcionando de forma eficiente.
Escrito por Lucrecio Sánchez
Foto de portada: Sport Cycling Agency