Ciclistas

Recuerdos de Davide Rebellin

Ningún aficionado al ciclismo será ajeno a la trágica noticia que ninguno querría escuchar jamás. Un ciclista, uno más en una lista interminable que no parece encontrar fin, fallece en la carretera. Más sonado si cabe porque la víctima fue uno de los ciclistas más afamados de esta recta final de año 2022. Y lo fue por haber anunciado su retirada, tras treinta temporadas como ciclista profesional, a los 51 años. Consiguiendo lo más difícil en este deporte polar, que es aunar todas las voces críticas con su trayectoria y su historial en aplauso. Sólo un mérito tan enorme como competir hasta tan avanzada edad y hacerlo hasta hace no tanto con puestos de honor hacía que su retirada se produjese con letras doradas y el reconocimiento generalizado de las generaciones actuales y las pasadas. Bueno, los que quedaban de ellas, que desde los años 90 no han sido pocas precisamente.

Ahora Davide nos deja de la forma más cruel, de la que nunca nos hubiésemos imaginado. La que menos hubiésemos deseado para él y su familia. El destino no podía tener un destino tan cruel. Pero ha sido así, y entre el estupor y el desconcierto al ciclismo le toca aceptar el golpe y seguir adelante. No puede ser de otra manera. Los homenajes no se han hecho esperar y desde las redes sociales a la prensa, todo lo que toca al ciclismo ha expresado sus condolencias y su pesar por una tragedia sobrecogedora. Escalofríos recorriendo la espalda de tanta gente… como cuando Michele Scarponi nos dejó en similares circunstancias. Horror.

La mejor forma de honrar la memoria del ciclista es, sin duda, acordarnos de los momentos buenos que nos dejó. No voy a hacer un resumen tan amplio como el que hizo mi compañero Frankie en el serial “Davide Rebellin, 51 luces y sombras” o tan completo como el artículo de Raúl Ansó sobre “un ciclista de otro siglo“. Pero sí voy a compartir algunos momentos ciclistas que seguro hicieron sonreír al bueno de Davide y en cierta manera le hicieron pasar a la historia del ciclismo, un firmamento del que ya forma parte por muchos motivos, mitificado todavía más por este suceso que terminó con su vida tempranamente.

Rebellin será siempre el ciclista del triplete de las Ardenas. Amstel Gold Race, Flecha Valona y Lieja Bastogne Lieja cayeron de golpe y porrazo en sus garras. Desde que en 1966, cinco años antes de nacer el italiano, debutase una clásica como la Amstel Gold Race, ningún ciclista había sido capaz de obtener éxito de esa manera en un tríptico que es historia viva del ciclismo. Sucedió en 2004, cuando en la meta de Ans batió a dos purasangre de la Doyenne como Boogerd y Vinokourov. Cuarto fue Samuel Sánchez y quinto Erik Dekker. Todos en escasos segundos. ¿Acaso podía haber tenido peores rivales?

Bettini le había arrebatado el honor de haberla ganado anteriormente, por lo que su primera y única vez levantando los brazos revestidos de azul del maillot del Gerolsteiner alemán en este escenario iba a ser para firmar lo que ni Merckx ni tantos clasicómanos tan magníficos que ha dado la historia pudieron conseguir. Philippe Gilbert imitó su registro siete años más tarde. Y aún se recuerda más al belga por ello que por haberse impuesto en un Campeonato del Mundo.

Todo un ganador de primavera el transalpino, que es de los pocos ciclistas que podía presumir de haberse hecho con las generales de la París Niza y la Tirreno Adriático. En una carrera relacionada precisamente con este mar, la Ionica Adriatica Race, Rebellin fue 11º en este mismo 2022, su última temporada como ciclista profesional. Le quedó algo lejos el décimo puesto, aunque poco hubiese cambiado del gran mérito que tuvo esa posición a su edad. Edad que ya será eterna, por desgracia.

Descansa en paz, Davide.

Escrito por Jorge Matesanz

Foto de portada: Sirotti

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