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Reflexión: Antonio Tiberi, el ciclismo y la ética

Para empezar, por si hubiese algún rezagado, pongamos en situación la cuestión: Antonio Tiberi, una de las más firmes promesas del ciclismo italiano, ha hecho estallar la polémica debido a que se ha conocido que el joven de 21 años había asesinado a un gato de un disparo para probar un rifle que acababa de adquirir. Como consecuencia de dicha actuación, un tribunal de San Marino le ha sancionado con una multa de 4000 euros. Algún medio italiano ha llegado a asegurar que dicho gato pertenecía al Ministro de Turismo del país, algo que es más anecdótico que importante.

Según declaraciones en el juicio que al parecer tuvo lugar en noviembre, el ciclista afirmó que disparó en primer lugar a una señal de tráfico y posteriormente al gato. En declaraciones del ciclista, “no pensaba que el arma fuese letal”. Después de una intensa polémica en redes sociales, donde los usuarios se dividían entre los partidarios de que el conjunto americano despidiese al ciclista y los que quitaban hierro al asunto separándolo de la vida profesional, el equipo ha tomado posición de forma clara y contundente:

En realidad, la decisión de Trek Segafredo queda a medio camino entre lo solicitado por un bando y el otro, sin dejar claro que el caso termine ahí y reservándose el derecho a tomar más determinaciones en el futuro. El ciclista, visiblemente arrepentido a tenor de sus palabras en Twitter, queda suspendido de empleo y sueldo y desaparecerá de las competiciones durante 20 días como mínimo. Una lástima cuando su rendimiento deportivo había sido hasta la fecha muy positivo, finalizando séptimo en el UAE Tour y octavo en el Tour Down Under.

El corredor de Frosinone tiene contrato hasta 2024, pero las afectaciones a su futuro habrá que observarlas con el paso del tiempo. Hay manchas que no se van, que quedarán. Cómo el público le reciba tanto desde las cunetas como desde los palcos de opinión es algo que dependerá de lo difuminado que quede este asunto entre las intensos ríos de la actualidad.

El comunicado de su equipo es muy duro. El reconocimiento sutil de que Antonio debe convertirse en una mejor persona no deben ser palabras agradables para el implicado. El código de conducta de una organización está precisamente para prevenir del daño a la marca a la que los adscritos y firmantes de dicho código representan. Por ello, es entendible que Trek haya salido al paso de forma tan directa y firme, posicionándose claramente en contra de su conducta.

© Trek

Conducta que es ciertamente reprobable. Difícil de entender que un ciclista de 21 años se dedique a probar un rifle con una señal y un animal. Difícil de comprender, yendo incluso más allá, que un deportista de élite tenga un rifle en sus manos. Y que lo utilice en una zona presuntamente habitada aún menos. Maneras de complicarse la existencia de forma absurda con algo tan gratuito. Sí, todos cometemos errores, más aún en nuestros periodos de juventud. Y hoy día que no se permite un titubeo, una mínima fatiga, la exigencia con esos asuntos es máxima. Porque la exposición lo es. Nunca he estado de acuerdo con esa máxima de que es mejor que hablen de ti, aunque sea mal. Es preferible que no hablen. A larga, lo es.

Las marcas al final lo que buscan y desean es una imagen blanca, ajena a escándalos, que ya es de por sí complicado tratándose de ciclismo, con el historial que este deporte tiene a sus espaldas. Si estamos hablando de que dos ciclistas como Nairo Quintana y Miguel Ángel López han sido expulsados, asuntos intestinos aparte, por una cuestión estética, a ver qué equipo va a firmar a un corredor cuyo historial va a quedar manchado para siempre. El ciclista debe no sólo corregir este hecho absolutamente deleznable, sino revertir la opinión pública sobre su persona. Ahí está lo complicado. Pero no debe dejar pasar el tiempo porque de secarse el cemento, poco habrá que hacer después.

Si cuando su contrato finalice, Trek decide no renovar a una perla del ciclismo italiano, se sabrá cuál es el motivo. A nadie le van a despedir por tomarse un número excesivo de cervezas un viernes por la tarde en un bar. Si esa imagen es contraria a la que la empresa u organización quiere ofrecer, tal vez no haya argumentos para un despido, pero sí para una no renovación de un contrato. Y ahí está el peligro para el ciclista, que puede quedar tachado de por vida por un asunto así. Más en un mundo que últimamente cuida mucho de luchar contra todo tipo de escándalos éticos. Pese a sus contradicciones.

© Trek

El ciclismo y el deporte en general son entidades donde los valores son importantes. Siempre lo han sido. El ciclismo tampoco puede ser hipócrita con todos los muertos que hay en el armario (en sentido figurado), pero sí es cierto que el practicante de ciclismo por lo general respeta una serie de valores constitucionales del propio deporte. Su práctica es al aire libre casi siempre, por lo que el respeto del entorno se convierte en esencial. De hecho, la bicicleta tiene ahí su gran baza de legitimidad con respecto a otros medios de transporte: el cuidado del entorno y la colaboración con un mundo más libre de humos.

Los valores que suelen rodear al ciclista amateur por lo general rondan el compañerismo, aún no conociendo a la persona a la que estás ayudando, véase un pinchazo, una caída o un relevo. Sí, tiene sus contrapartidas, al igual que hay personas que no poseen esos valores, que no son inherentes al deporte, sino a la persona. Sí es cierto que de forma generalizada, esos valores imperan.

Por ello, hay valores que están fuera de lugar y no son compatibles con un deportista de élite. Incluso dentro del pelotón, este suceso va a acarrearle a Tiberi si no la retirada de saludos, sí la mirada de reojo con desdén. El comentario. Todos tenemos derecho a cometer errores, pero no es menos cierto que aquello que nuestros padres nos decían de tener que afrontar las consecuencias de los mismos se hace más que nunca cierto e inevitable con todo este asunto que seguramente no haya llegado a su fin.

Escrito por Jorge Matesanz

Foto de portada: Getty Images

Una respuesta

  1. Este año voy a comprar una nueva bici de carretera para sustituir a la que tengo. La marca Trek estaba entre mis favoritas. Una vez que he conocido el escándalo del asesinato de un gato cometido por de su ciclista-empleado Tiberi y lo tibia de la sanción (solo 20 días de suspensión de empleo y sueldo) mi decisión a día de hoy a sido descartar la compra de la marca Trek como mi futura bicicleta. El motivo, no deseo apoyar de ninguna manera una marca que ante un asunto tan grave, sanciona a su empleado de una manera tan leve y de cara a la galería, según mi criterio. Como cliente y usuario de la marca Trek, solicito el despido inmediato de Tiberi. De no ser así, quedaré muy defraudado con los valores de la marca Trek y nunca más compraré, ni utilizare sus productos.

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