Recorriendo las veintiuna etapas en menor tiempo que todos sus compañeros de pelotón, es de una lógica aplastante. Partimos de la base de que Remco es consciente de ello. El problema viene en cómo lograrlo si en frente se tiene una dupla que ya dejó por el camino a Tadej Pogačar en el Tour de Francia de 2022. Aquel ciclista al que consiguieron derrotar contra todo pronóstico venía de ser el dominador del ciclismo casi en solitario. El corredor del UAE lideraba la clasificación con cierta autoridad, mostrando su potencial en el adoquín y confirmando en sendas llegadas en cuesta su poderío. Vingegaard anduvo rebelde en Planche des Belles Filles, terreno de grato recuerdo para Tadej.
Pero aquella mañana del 13 de julio nadie esperaba un desenlace así. Jumbo tampoco, ni en la mejor versión de sus sueños. Entonces los dos capitanos del conjunto holandés consiguieron aislar a su rival para abusar de la superioridad numérica, lo que marcó la diferencia ese día y que a la postre puso la pelota de la iniciativa en el tejado de un Pogačar que ya fue a remolque de su obligación por intentar dar la vuelta a la carrera durante diez días. Adiós factor sorpresa, adiós hacerse el muerto como tantos otros. Por eso a veces es mejor parecer débil para que los rivales piensen que tienen la victoria cerca. Y el exceso de confianza haga el resto.

Eso aquí no aplica, puesto que nos referimos a dos ciclistas, como son Primoz Roglič y Jonas Vingegaard, que tienen bien claros los objetivos y difícilmente fallarán una oportunidad. Jumbo Visma está muy crecido, tienen la moral por las nubes y la operación de vencerles en una gran vuelta se complica a unos niveles elevados. Puede fallar uno, puesto que la temporada ha sido cargada e intensa para ambos y nadie está libre de tener un día cruzado. Pero que los dos desfallezcan parece una quimera que seguro que Remco Evenepoel ni siquiera se plantea. Y sino estará Sepp Kuss, al que tienen que bajar de ahí de alguna forma.
La longitud de la contrarreloj da la sensación de menguar por momentos. El estadounidense podría salir líder de allí con toda la alta montaña por disputarse. Y con dos monstruos a la espalda que ya han provocado las ocurrencias de ver a los tres Jumbo en el podio final de Madrid. Por lo menos, pasa por la imaginación. Con todo este panorama hace falta un plan, un camino hacia la gloria que permita al belga sumar su segundo título en la Vuelta a España. No será nada fácil, Roglič lleva cuatro de cuatro en 2023 y amenaza con un strike que convertiría en complicada la búsqueda de una temporada igual o mejor. No imposible.
Comparación con el duelo de 2022
A partir de la contrarreloj, donde se supone a Evenepoel las mejores opciones de obtener renta de tiempo sobre todos los demás, el plan requerirá en un 100% algo de fortuna, no dependiendo de sí mismo en caso de no salir de Valladolid con ‘La Roja’ sobre sus hombros. Si Kuss o Roglič salen por delante de allí en la clasificación general sería una ruptura de esquemas difícilmente reparable. Remco tiene que hacer aparecer su mejor versión sobre los 25 kilómetros de etapa y apurar cada recta para infligir castigo a sus rivales. Escurrir la crono para obtener toda la renta posible.
En 2022 la montaña y los rivales eran bien diferentes. Enric Mas no es tan completo como Roglič, a quien asestó un buen golpe moral y de tiempo en la contrarreloj de Alicante. Al esloveno se le ve más fino que nunca en la Vuelta 2023 y no es casual. Sabe que la carrera se va a jugar en rampas como las de Larrau o el Angliru, y que en esas pequeñas montañas como las de Bejes puede haber unos segundos clave que pueden venir de la mano de esos pequeños detalles.

Ello puede generarle un pequeño lastre en la contrarreloj, todo en términos relativos, por supuesto. 25 kilómetros de crono que contrastan con los 25 kilómetros a más del 8% en la etapa del Tourmalet, por ejemplo, los 20 del día siguiente camino de Larra-Belagua, o los 22 del día de Cruz de Linares. La balanza parece expresar con realidad hacia dónde se decantará la Vuelta. El peso de la alta montaña tendrá poco que ver con 2022, donde resistió a distancia a escaladores como Miguel Ángel López o Enric Mas gracias a la distancia que tomó sobre ellos en la crono.
Sobre Roglič la diferencia fue de 48 segundos, si bien en los primeros finales en alto Evenepoel demostró un par de marchas más que el líder del Jumbo. Ese colchón le permitió maniobrar con cabeza. Pero también, aunque el Astana y el UAE lo intentaron, los ataques lejanos aprovechando la superioridad numérica no surtieron efecto por la escasa dureza del terreno. Eso no sucede en 2023, donde las montañas son bastante más crueles.
Alta montaña, la zona roja para Remco
En etapas donde la táctica no debería contar demasiado como puedan ser Laguna Negra o Bejes por tratarse de etapas con un solo puerto, la lucha será de poder a poder. Ahí Remco no tiene mucho que perder, porque las pérdidas, como le sucedió en Javalambre, serán siempre leves en caso de que el desfallecimiento o la falta del cálculo en las fuerzas así lo sea. Serán luchas de cinco kilómetros que se verán reducidas prácticamente al último empujón, al último kilómetro. Ahí Roglič es el mejor, pero Evenepoel no es precisamente manco. Se puede decir que, como bien demostró en las rampas de Xorret de Catí, se puede manejar perfectamente en ese tipo de duelo.
El problema vendrá en las tres jornadas más duras, donde los puertos anteriores serán tanto o más importantes que el final. El día que se escalan Aubisque, Spandelles y Tourmalet, los dos primeros ofrecen subidas muy duras y descensos muy técnicos. Si Remco tiene confianza en su forma de descender, debe apretar a sus rivales en este terreno. Primoz es bueno bajando, Jonas no tanto. Si la climatología es adversa es otro factor que puede afectarle menos a él que a sus rivales. Vingegaard anda mejor con calor que con frío, como demuestran sus duelos directos con Pogačar.

Las dos etapas de Pirineos son las dos peores para Evenepoel, ya que Jumbo Visma puede ejercer su superioridad. Son puertos durísimos todos ellos, pero en ningún caso tienen grandes pendientes, donde el belga podría controlar mucho mejor la situación. Un hombre fuerte en contrarreloj como él es capaz de mantener la distancia con un fugado que tenga en el campo de visión, y en rampas de elevado porcentaje la distancia con el fugado es menor en metros. La forma más inteligente de correr en este caso sería intentar llevar la carrera al último puerto en todo caso. Que Jumbo acuda a una táctica previsible de control y remache en las últimas subidas.
Con la experiencia satisfactoria del Tour 2022, eso no se debería producir en la etapa del Tourmalet, tampoco en la de Belagua, donde los puertos intermedios se prestan y se bastan para poner en dificultades tácticas al líder del Soudal Quick Step. Si empiezan a lanzar acometidas alternas, Remco puede tener un problema, ya que no podrá afrontarlas todas y deberá dejar marchar a alguna de las tres ruedas que en este momento debe seguir. En esa partida de ajedrez tiene poco que ganar. Otra opción es que consiguiese alianzas y dividiesen el trabajo. Pero no parece que sea la opción más probable.
Con mucha inteligencia y sangre fría, la táctica en estas dos etapas debería ser resistir a ritmo a los cambios de sus rivales. Si entra a los cambios, está acabado en esta Vuelta, porque Vingegaard encontrará el terreno idóneo para sus dotes de escalador de larga distancia, de puertos más largos y menos explosivos. Son unas alturas de carrera en las que Roglič todavía debería estar al 100% y eso Jumbo no lo va a dejar pasar. Si consigue forzarles en los descensos y provocarles un mínimo desconcierto que les quiera hacer buscar el desempate por penaltis, Evenepoel tendrá mucho ganado.
Descensos, cortes, escapadas, amagos de movimiento, tomar la iniciativa. Un intento de abanico al principio de la etapa, un ataque en el descenso para que sus rivales no se alimenten, colar hombres en la fuga e irles descolgando a bombo y platillo para que sean los Jumbo quienes estén a la expectativa. En definitiva, ir ganando tiempo, cambiarles el paso e ir comiendo kilómetros a las etapas. De ese modo, el daño que puedan provocar será siempre menor. Cuanto más cerca de meta se produzca el dos (o tres) contra uno, mucho mejor. Porque en los últimos puertos siempre cabe la posibilidad de olvidarse de ruedas y a lo Induráin.

Angliru, la clave
Es el único lugar en el que Evenepoel puede tener algún tipo de ventaja. Aquí no valdrá la táctica y será todo un sálvese quien pueda. En la zona dura, consiste en que ese momento se reduzca lo más posible en distancia. Si se lanza la carrera a tres de meta, mejor que a cuatro. Una vez suceda, o bien cuando entre en una distancia en la que Remco sepa que calculando el esfuerzo puede mantener un ritmo hasta la cima, acelerón y hasta arriba sin mirar atrás. Ahí no valen ruedas y cada uno subirá con sus fuerzas. En ese contexto tiene que aprovechar para aprovisionarse de segundos de cara a conseguir ganar la general.
No hay que olvidar que Roglič perdió el liderato y sufrió la vez anterior que el coloso de Riosa fue incluido en la Vuelta. Vingegaard anduvo por allí en el papel de gregario. El danés tiene ahí su oportunidad de ganar la Vuelta si el esloveno desfallece mínimamente. Cuestión diferente será la etapa siguiente, la reina de Asturias. Las dos últimas subidas, que son prácticamente consecutivas con un peligroso descenso intermedio, ofrecen terreno para la táctica. En ese descenso debería meter tensión y provocar que sus rivales cometan errores en la alimentación o que asuman menos riesgos. El tiempo puede ser clave.
Última etapa, día para convertirse en ‘la bala Roja’
Descontando el paseo de Madrid, la última etapa competitiva puede tener mucho que decir. Pongamos que Remco es capaz de llegar a esa vigésima etapa como líder. Que se olvide el belga de dormir tranquilo la noche anterior. Es de nuevo un día donde la táctica va a imperar sobre la fuerza, que también será un factor importante, cómo no. Más de 200 kilómetros, nueve puertos puntuables de escasa rampa (a excepción del último) y oportunidad de filtrar a tres hombres en las escapadas. Un día increíble para ser espectador. Quien llegue como líder puede preparar a sus compañeros para una batalla total.
En ese caso de no ir primero, quizá Remco deba dejarse ir en alguna de las etapas para ser tercero en la clasificación general. ¿Por qué? Para que tenga la opción de generar una arrancada de las suyas que acabe en una cabalgada a modo contrarreloj que aproveche un mínimo espacio de duda y de mirada entre los dos equipos que estén por delante en la general. Un ejemplo. Si Enric Mas es segundo con Jonas Vingegaard en primera posición, Movistar se vería tan obligado a tirar como el Jumbo para mantener sus opciones y sus posiciones. De no hacerlo, obligaría a Jumbo a hacerlo. Lo más fácil es que ambos colaborasen, pero, ¿y si no?

Jugar con los nervios del Jumbo
No hay que olvidarse de un factor, y es que nadie sabe quién es el líder del equipo Jumbo Visma en esta Vuelta 2023. Ni siquiera los propios actores. Por ello, jugar con esa baza en la que puedan aparecer los egos y los objetivos encontrados puede ser una muy buena idea. Como dice el refrán, a río revuelto… En ese aspecto mental puede estar gran parte de la victoria. Ya que el belga no será precisamente recordado por su prudencia a la hora de expresarse verbalmente, puede utilizar esa característica para meter presión a sus rivales o echar balones fuera.
También las etapas llanas pueden ser importantes, con amenaza de viento y ocasión de basarse en el único terreno donde el equipo de Evenepoel es mejor que el de Vingegaard y Roglič, que es el llano. Ahí los hombres del Soudal Quick Step pueden abonar el terreno para que su líder pueda incluso saltar en solitario si la situación es caótica. No sería la primera vez que el dorsal número uno ponga en jaque a todos sus favoritos en este terreno.
Conclusiones
Remco Evenepoel tiene opciones de ganar la Vuelta a España 2023, cómo no. Pero salvo que sea netamente superior a sus contrincantes, hecho que parece no tener lugar en estos momentos, tendrá que ser a base de táctica, a base de día a día y momento a momento, de concentración y de inteligencia como deba hacerlo. Llevar a los tres Jumbo al terreno del belga y que estos se muevan en las distancias adecuadas para sus capacidades. El problema de competir con un equipo como el Soudal en estos momentos significa estar en inferioridad en ese aspecto. Y para equilibrar ese hándicap es necesaria una batalla mental que Remco parece dispuesto a pelear.
Escrito por Jorge Matesanz
Fotos: Unipublic / Sprintcyclingagency