El ciclista francés afronta la que es su tercera Vuelta a España, con los objetivos de ser uno de los fieles escuderos de Remco Evenepoel y de sumar un triunfo de etapa como el ya conseguido hace 4 años en una edición en la que también se hizo con el premio al más combativo de las tres semanas.
Tras la finalización de esa Vuelta parecía que podíamos estar ante la aparición de uno de los grandes rodadores que dominarían el pelotón internacional en los próximos años, sin embargo, las cosas no han terminado de salirle del todo bien.
Nacido en un país que se ha caracterizado por otorgar escaladores excepcionales, Rémi irrumpió en el profesionalismo en el año 2016, concretamente con el equipo Klein Constantia (de categoría continental) y no tardó en demostrar que a pesar de haber crecido en un país sin mucha tradición de rodadores, estaba hecho para la categoría. Durante su primera temporada consiguió hasta 5 victorias de etapa: en Alentejo, París-Arras, Circuito de Ardenas, Solidarnosc y Tour de Berlín, además de la propia general y el Campeonato de Francia de Contrarreloj sub’23. Resultados que fueron más que suficientes para que Patrick Lefevere, manager general del segundo mejor equipo World Tour en aquel año (Quick-Step Floors) llamase a su puerta.
No sería hasta 2019 cuando comenzó a cosechar grandes resultados como la ya mencionada victoria en La Vuelta y un triunfo de etapa en el Tour de California. En 2020 y 2021 se coronó como campeón nacional de contrarreloj y ruta respectivamente, lo que le consagraría como uno de los principales rivales a batir a la hora de pelear por triunfos parciales. Sin embargo, su camino hacia convertirse en una de las figuras del Quick-Step durante la próxima época se ha visto frenado, en parte por culpa de las caídas.

Una de ellas le privó de conseguir su primera victoria de etapa en un Giro de Italia (edición de 2021), el galo iba como un avión, camino de subirse a lo más alto en la contrarreloj final de aquel año, cuando en la última curva se pasó de frenada y se fue recto contra las vallas. Días antes también rozó la victoria tras lanzarse a 30 kilómetros de meta en una cabalgada marca de la casa, pero finalmente todo un ganador del Tour de Flandes (Alberto Bettiol) conseguiría remacharle en los kilómetros finales.
Durante la segunda mitad de la temporada se haría con los nacionales en ruta y una etapa en La Vuelta a Polonia, quizás rindiendo un poco por debajo de lo que algunos esperaban. Los sucesos fueron a peor y meses después, mientras preparaba una ilusionante nueva temporada sería atropellado junto a su compañero Mauri Vansevenant, sufriendo así la rotura de una vértebra.
Totalmente recuperado, el corredor galo inició el pasado viernes una nueva gran vuelta en la que deberá jugar un papel fundamental tanto a la hora de defender a su jefe de filas (Remco Evenepoel), como a la de pelear triunfos parciales. La primera prueba de fuego la afrontó durante la primera etapa, una contrarreloj por equipos en la que fue uno de los corredores que llevó la batuta de un Quick-Step que presentaba por primera vez en muchos años un equipo sin sprinter y que acabó siendo superado por el Ineos y el todopoderoso Jumbo. El conjunto belga demostró un gran nivel, pero no pudo con unas de las escuadras con mayor presupuesto del pelotón internacional.

Otra jornada en la que podrá demostrar sus grandes dotes de rodador será en la contrarreloj individual con llegada en Alicante (etapa 10), puramente llana y que se asemeja perfectamente a sus características.
Tampoco habrá que perderle la pista en otras etapas con terreno algo más quebrado, pero en las que también se defiende muy bien, como las que tienen final en Laguardia (etapa que se disputa en el día de hoy), la Montilla (etapa 13) o Tomares (etapa 16).
En definitiva, la carretera será quién nos haga ver si es capaz de recuperar el gran nivel que ha demostrado en años anteriores, los deberes ya los tiene hechos, ahora le toca disfrutar.
Escrito por: Sergio Quintana
Foto: ©PHOTOGOMEZSPORT2020