Título: La Fiamma Rossa. Storie e strade dei miei Tour
Autor: Gianni Mura
Editorial: Minimum Fax
Edición en italiano: III edición de octubre de 2021 (actualizada de la I versión de septiembre de 2008)
El periodista Gianni Mura nos dejaba demasiado pronto en marzo de 2020. Uno de los últimos románticos, esos “relatadores” de ciclismo que guardaban la memoria de un deporte cada vez más empeñado en arrancar sus raíces. Con su vieja máquina de escribir Olivetti, su cigarrillo en mano y su amor por el buen comer y el buen beber, se convirtió en fie seguidor del Tour de Francia. Un “suiveur”, como él mismo se definía, que buscaba mirar más allá de los resultados del día, narrando historias, paisajes, sensaciones de un ciclismo en constante cambio.
En el libro que hoy reseñamos se recogen algunas de sus mejores crónicas de la gran ronda gala. En una primera selección de artículos de sus inicios como reportero en el Tour, reviviremos la muerte de Tom Simpson en el inmisericorde Mont Ventoux, y empezaremos a atisbar el interés de Mura por el mundo interior de esos artistas del pedal que a veces parecen sumidos en la desgracia, como nuestro añorado Luis Ocaña.
Sin embargo, el grueso de la antología se centra en las épocas en las que el escritor transalpino fue continuo acompañante de la prueba. De Indurain a Pantani y a Armstrong, recuperaremos tres lustros llenos de claroscuros y de un ciclismo que algunos quieren borrar, pero que nos hizo vivir y sentir muchas cosas.
Gianni Mura hace literatura ciclista, con una prosa rica en metáforas e imágenes, y no se esconde en sus opiniones aunque ellas supongan remar contra corriente. Se rinde ante el dominio de Indurain, si bien añora los campeones del todo o nada. Es por eso que muestra devoción por Claudio Chiappucci, al que llama “Bull”, que le hace revivir el ciclismo de ataque que tanta nostalgia le provoca.
Así cae rendido (como tantos de nosotros) a ese escalador de raza que irrumpe a mitad de los 90 y que cambia la historia del ciclismo moderno. En palabras de Mura, un fósil que recupera los tiempos del escalador verdadero, un ciclista de blanco y negro. El gran Pantani, “Pantadáctilo”, un dinosaurio que hizo soñar a una generación y que despierta en el autor páginas de inigualable crónica deportiva.
La última parte del libro relata los años del dominio de Armstrong, por el que el autor siente admiración, de nuevo remando contra la corriente mayoritaria que empezaba a hastiarse del dominio del yanky. Leído en la perspectiva actual, puede parecer incluso naif la defensa del tejano, pero no podemos caer en el presentismo ni olvidar los buenos momentos de ciclismo que vivimos entonces.
Al igual que en la sección dedicada a Pantani se nos ofrece un epílogo con el triste final del escalador de Cesenatico, echamos en falta algún testimonio de la caída del imperio de Lance, que ayudaría a contextualizar los últimos capítulos del libro.
Una obra para rememorar unos años muy especiales para aquellos que nacimos en los 80, y para constatar que la nostalgia por lo añejo, por el ciclismo épico y de ataque, es algo que acompaña al observador desde hace ya muchas décadas.
Me pongo música de Sergio Endrigo y con una copa de champagne brindo por aquellos que nos dejaron escritas tantas leyendas a pedales: Blondin, Londres, Chany, Brera, Rufo, Mura…
Escrito por Víctor Díaz Gavito (@VictorGavito)