Título: Pedaleando en el purgatorio
Autor: Jorge Quintana Ortí
Editorial: Libros de Ruta
Primera edición en castellano: marzo de 2021
“Pedaleando en el purgatorio” es la continuación de la novela “Pedaleando en el infierno” del escritor valenciano Jorge Quintana Ortí.
Lucas Castro, el ciclista protagonista de las dos novelas, prosigue su camino por el mundo del ciclismo profesional. En su caso es un camino lleno de cambios, con sorprendente final incluido.
Quintana nos narra, con todos los detalles que pudo llegar a conocer en su faceta como director del semanario “Meta 2 Mil”, la fragilidad de los patrocinios ciclistas en aquellos convulsos años. Cómo un contrato de patrocinio se podía llegar a romper por algún escándalo de dopaje, cómo esos posibles escándalos retraían a sponsors interesados en el ciclismo. E incluso, también, a patrocinadores que entraban al mundo del ciclismo sin conocer exactamente qué personas iban a gestionar su dinero, y qué consecuencias podría traer eso.
Quintana nos sitúa temporalmente en los últimos años de la primera década de este siglo. Sigue siendo un período de transición. Permanecen en el mundillo ciclistas y personajes que o no entienden o no aceptan que el pasaporte biológico ha venido a cambiarlo todo. Y se da una guerra soterrada entre quienes quieren cambiar ese antiguo ciclismo, generalmente ciclistas jóvenes (aunque no todos), y quienes todavía se rigen con las antiguas prácticas, poniéndose vendas en los ojos ante los avances tecnológicos de los laboratorios e instituciones que pretender limpiar el ciclismo.
La UCI ya no se nos muestra como esa institución que suma escándalos al ciclismo. Sus formas de funcionar y de combatir las trampas son mucho más sibilinas, sin que surjan esos escándalos que alimentaban a la prensa que sólo buscaba carnaza. Además, ahora busca la alianza con los propios ciclistas a quienes ella considera “limpios” para así tratar de acorralar a los tramposos.
Paralelamente a la trama deportiva, Quintana nos describe, también, con pelos y señales, la crisis económica que afectó a España en aquellos años. En concreto lo referido a la crisis del “ladrillo”. El sector de la construcción fue uno de los más gravemente afectados, y la familia Pellicer se ve afectada de lleno por ella.
El escritor nos describe, en innumerables escenas ubicadas en despachos, cómo es la trama judicial que acecha a los Pellicer. Y en una magnífica escena, Quintana nos relata cómo en aquellos lodazales estaban implicados tanto políticos electos, como banqueros, como constructores, como incluso clientes de aquellos apartamentos, que sólo buscaban las condiciones más ventajosas, pues bien podían sospechar que todas aquellas condiciones tan beneficiosas para ellos estarían bordeando o bien adentradas en el campo de la ilegalidad.
En definitiva, “Pedaleando en el purgatorio” es una magnífica novela que nos narra con todo lujo de detalles cómo fue aquel ciclismo. Tanto en la carretera, cuando nos relata la introducción del potenciómetro como instrumento de entrenamiento. Como fuera de ella. Todos los procesos de negociación para encontrar mecenazgo, largos y convertidos casi en una montaña rusa.
Analizada la novela, a quien escribe, su lectura le suscita una reflexión muy personal que desea compartir con los lectores, y sobre todo con el autor Jorge Quintana, si es que me llega a leer.
La cuestión es la doble moral practicada por la sociedad en que vivimos en general. Sin que esta reflexión suponga “blanqueamiento” o “legitimación” del dopaje ni mucho menos. Aunque seguro que habrá alguien que lo aproveche para descalificarme por ello.
La cuestión es por qué a los ciclistas les exigimos un comportamiento ejemplar en cuanto a limpieza. ¿Por qué los ciclistas deben ser un ejemplo de algo y no simplemente unas personas deportistas que se dedican profesionalmente a dar pedales? ¿Por qué les exigimos esa limpieza y esa conducta modélica, cuando la sociedad en su gran mayoría admite y tiene asumido, y los resultados electorales así lo demuestran, que vive gobernada, y sus dineros están gestionados, y algunas de las empresas que tanto empleo generan están dirigidas, por personas que en absoluto son modelo de nada?
Escrito por: Raúl Ansó Arrobarren (@ranbarren)