Amstel Gold Race no vio una competición por la primera plaza, que fue claramente y por aplastamiento para un Tadej Pogačar que hizo realmente lo que le dio la gana. Se marchó en un grupo a 90 de meta junto a alguno de sus rivales y pese a sufrir un pinchazo a falta de 40-50 kilómetros a la línea de llegada, cuando quedaron unos 30 lanzó un durísimo ataque que sólo pudo resistir Tom Pidcock… hasta que dejó de resistirlo.
Llegó a meta en solitario celebrando el logro que Merckx consiguió en tres ocasiones, que era ganar en las citas grandes de las piedras y más tarde también en las Ardenas. Healy fue segundo, confirmándose como una buena opción para el futuro. Pero el ‘nuevo caníbal’ le restó toda la atención. En Flecha Valona hubo todavía menos competencia, con arrancada del líder del UAE en Huy y con Skjelmose, del Trek, y Landa que acompañaron en el podio y en la distancia a Tadej, que había ganado ya así todas las carreras del tríptico.

«CORREDOR IRREPETIBLE»
No hablamos ya de que el esloveno sea un corredor magnífico, que lo es, sino que tardaremos mucho tiempo en ver un corredor igual, con ese nivel de ambición y con la preparación suficiente para ganar en las clásicas de las piedras, en las de sterrato y en las de las Ardenas. Por el momento es el único ciclista en hacer algo parecido en la misma temporada. Philippe Gilbert consiguió un hito parecido, pero en diferentes años, que el belga estuvo veinte años en esto de la bicicleta. Cancellara nunca pudo ganar en el tríptico de las Ardenas, mucho menos conseguir el triplete en ellas.
Ese hito ha correspondido únicamente al propio Gilbert en su año mágico, 2011, y al trágicamente fallecido y recordado Davide Rebellin. Ganar clásicas en febrero en una modalidad como el sterrato, con Jaén como escenario ocasional, en las piedras como ha ganado en Flandes, nada menos, y posteriormente en las Ardenas está al alcance únicamente de los elegidos. Es algo que seguramente hubiese logrado Eddy Merckx, pero entonces no existían algunas de las carreras de hoy como la Strade Bianche.
Lo espectacular del caso es que Tadej Pogačar también se ha llevado la Vuelta Andalucía y la París-Niza, ambas añadidas a la colección de victorias que ya roza las seis decenas en apenas cuatro temporadas y media, a un promedio de más de 14 por año. Todo para un corredor que no es un velocista y que además las colecciona de gran valor, como el Tour de Francia, Monumentos, vuelta de una semana HC, etc.
No son victorias en un Critérium de Eslovenia ante los cuatro locales, sino ante la pléyade de estrellas del ciclismo internacional y en los mejores escenarios. Si continúa así durante unos años, su palmarés competirá con el de Eddy Merckx en ser uno de los mejores de la historia, aunque para eso tendría que aproximarse en victorias en Grandes Vueltas, que el belga llegó a acumular nada menos que 11.
El esloveno tiene dos únicamente, con aspiración de ganar una tercera en el Tour de este año. Para 2024 se rumorea que podría intentar el doblete Giro – Tour y quién sabe si logrado el objetivo se plantearía ser el primer ciclista en tiranizar las tres grandes en una misma temporada. Pero si de algo no cabe duda es de que peleará el Tour, el Mundial posterior, las clásicas de final de temporada y todo lo que esté a su alcance. Es un ciclista al que no le vale ganar sino hacer historia. Y en ello está…

TOUR DE FLANDES
Flandes sólo tuvo un protagonista: Pogačar. Él se lo guisó, él se lo comió. En una carrera con un plan de llevar al límite a sus rivales partió y en medio de todas esas refriegas se mantuvo por delante un sobresaliente Pedersen, que fue el último escollo para anotarse el tan ansiado Monumento. Van der Poel tuvo que sucumbir finalmente a seguir su rueda, por lo que el holandés se tuvo que conformar con la segunda posición.
LIEJA BASTOGNE LIEJA
ieja fue la espina para el esloveno, teniendo que abandonar por una caída que le envió a quirófano para operar los escafoides de su mano izquierda. Evenepoel se alzó con una victoria importantísima para su moral, si bien le faltó el duelo con Tadej.
Sin el ciclista del UAE en la pelea, todo fue demasiado sencillo para él, que arrancó la moto con el maillot arco iris en el maillot y dejó a todos clavados con treinta kilómetros por delante. Una forma espectacular de ganar, aún con la pena por habernos perdido un duelo tan esperado y que esperábamos por primera vez de forma directa en un tú a tú que hubiese sido histórico. Remco ya tiene dos Liejas y coge moral de cara al Giro de Italia. Segundo un buen Pidcock y tercer el colombiano Buitrago.

«JUMBO VISMA: DEL CIELO AL SUELO»
El destino es caprichoso. En febrero, cuando la temporada de piedras arrancó, todo eran parabienes y palmaditas para un Jumbo Visma que tenía bien cubiertas las espaldas con un amplio dominio de las competiciones. El equipo comenzó arrasando con Benoot y Van Baarle en Kuurne Bruselas Kuurne y Omloop. Parecía que entre ellos dos y las capacidades de Van Aert y Laport las clásicas de este 2023 iban a decidir sus vencedores desde el coche del conjunto neerlandés.
Sin embargo, cuando llegaron las grandes citas, el equipo se diluyó como un azucarillo y pese a la gran temporada del equipo, la sensación es un tanto extraña, con un mal sabor de boca por la mala fortuna o menos rendimiento del esperado por su líder Wout Van Aert.
Sobre las espaldas del belga recayó la responsabilidad de rematar en Flandes y Roubaix, las carreras que más se le exigen y que continúa un año más sin ganar. Con un motor increíble ganó E3 al resistir las embestidas de sus rivales y conservar ese punto para el final. En Flandes falló, y en Roubaix un pinchazo en la fase decisiva le descartó. Laporte también había sufrido averías, por lo que estaba claro que no era el año de Jumbo en estas pruebas. Eso sí, tienen en el zurrón cinco victorias en las piedras, lo cual no está nada mal.
Van Baarle tampoco respondió. Ganó su primera carrera, pero después las lesiones le han jugado una mala pasada. Un Jumbo de más a menos y del cielo, que parecía estar alcanzando, al suelo en forma de caídas, pinchazos y decepciones.

LAPORTE & VAN AERT
an Laporte y Van Aert han formado uno de los duos de la primavera. Sus aventuras y desventuras han sido clave en el discurrir de la temporada del Jumbo Visma en las clásicas, con el clímax del regalo de la victoria de Wout a Christophe en la Gante Wevelgem.
Esa polémica ha podido tensar demasiado al belga, que ha recibido duras declaraciones por parte de Eddy Merckx y de Tom Boonen, trasladando su desacuerdo con aquel gesto hacia su coequipier. Laporte, por si acaso, ganó Dwars door Vlaanderen en solitario y sin Van Aert por medio para demostrar que hay mucho corredor ahí.
Antes de ello la avalancha de comentarios y posiciones a favor y en contra de dejar ganar a un compañero de la forma en la que lo hizo Van Aert puso en valor la inteligencia de Wout de cara a los objetivos reales, donde falló y se quedó de nuevo sin victoria. Fue un momento que marcó un antes y un después, ya que en realidad quien terminó por fallar en el equipo Jumbo Visma fue Van Aert. Sus coequipiers más importantes en las piedras ganaron todos al menos una prueba, por lo que se pueden dar por satisfechos. Y el equipo también. Pero Van Aert…

«VDP: EL OTRO CAMPEÓN»
Si la gente se deshace en elogicos hacia Tadej, lo mismo debería suceder con Mathieu Van der Poel. El corredor del Alpecin Deceuninck firma una primavera espectacular donde sólo el esloveno le frenó para no haber conseguir un hito histórico como hubiese sido ganar Milán San Remo, Tour de Flandes y París Roubaix. Aún así, una temporada de clásicas como esta, con el segundo puesto en Flandes, la firmaría cualquier clasicómano. El holandés se aúpa con el tercer Monumento distinto y se queda a únicamente dos de conquistar los cinco, un hecho que sólo han conseguido tres ciclistas belgas como Van Looy, De Vlaeminck y Merckx.
Si Pogačar no hubiese dedicado todos sus esfuerzos a tiranizar también las pruebas de un día en primavera, el nombre del año sería Van der Poel, no cabe ninguna duda. Porque ganar dos carrerones tan distintos y tan difíciles sólo demuestra la calidad del corredor que tenemos delante. En sus duelos con Van Aert y ahora con el tercero en discordia de ese dúo, que es Tadej Pogačar, el resto de rivales se encuentra a años luz de ni siquiera poderle disputar las victorias. Sólo el tiempo nos permitirá valorar en perspectiva la calidad de este corredor y la suerte de haber podido coincidir en vida con su trayectoria profesional.
Con todos sus objetivos en las piedras conseguidos, de cara a próximas temporadas podría enfocarse a intentar ganar los cinco Monumentos, con más presencia en las Ardenas y final de temporada con Lombardía. Ello le podría empujar tarde o temprano a disputar la Vuelta a España para acudir con ese golpe de pedal. El Mundial y los Juegos Olímpicos aparecerán también en su recorrido de 2024, donde si todo va bien se dejará caer por el Tour de nuevo, donde es una de las grandes estrellas de esa primera semana.
Alpecin tiene una gran bandera con el ciclista neerlandés, con capacidad para destacar en este tipo de carreras y después continuar su labor en invierno con el ciclocrós. Son muchos los alicientes para considerarle un gran corredor franquicia, basado además en los resultados y presencia en carrera que ofrece. Uno de los mejores ciclistas de los últimos años que a poco que conserve la continuidad que está disfrutando va a marcar una auténtica época en las carreras de un día, con un palmarés que ya va por las 42 victorias, número que amenaza con aumentar notablemente de aquí a un lapso breve de tiempo.

«VOLLERING ES LA MEJOR»
La ciclista neerlandesa está siendo la sensación de esta temporada 2023. Ante el dominio de esta nacionalidad en el reinado de la versión femenina de este deporte, no podía ser otra quien tomase el relevo de Van Vleuten y Van der Breggen. Con una retirada y la del Movistar sin terminar de mostrar la cara que mostró estos últimos años, Demi Vollering ha aprovechado para ir conquistando esos terrenos que anteriormente sus dos antecesoras en el trono habían logrado, como el Tour de Flandes, Amstel Gold Race o la Flecha Valona, en cuyo muro final se aficionó Anna a llevarse edición tras edición de la carrera belga.
Ahora le tocará vestir la piel de vueltómana, donde es también muy buena ciclista, como demuestran sus posiciones en las últimas grandes, como el Tour de Francia, donde a distancia fue la segunda tras Van Vleuten. Corriendo para el mejor equipo del momento, un SD Worx que la rescató del Parkhotel Valkenburg, al igual que a Lorena Wiebes, la mejor sprinter del momento y que ha fichado por su equipo de nuevo en este 2023, puede ser la única separació entre ser la reina de la primavera o convertirse en la auténtica ciclista del año y dominadora.
Muchos años se venía hablando de ella como el relevo a las grandes, un apelativo que en diversas entrevistas Demi no llevaba bien. Pero no le va a quedar otra que aceptarlo, porque este 2023 ha dado el paso y será la auténtica referencia de cara a las grandes citas del calendario como pueda ser el Tour de Francia, donde partirá como una de las grandes favoritas, sino la mayor de ellas. El papel de esconderse detrás de otras no tendrá ninguna validez y valdrá si sus rivales se muestran muy fuertes. Por tanto, un problema si tiene que recurrir a esta estrategia de pasar desapercibida.
Las polémicas con Kopecky por aquella escena un tanto extraña de Strade Bianche quedaron atrás, y lo han hecho de la mejor manera, a través de la victoria. Entre las dos han tiranizado la temporada de clásicas, con las dos corredoras repitiendo el 1-2 constantemente allá donde competían.
Ahora se acaba el terreno para la ciclista checa y comienza un periodo ilusionante para la holandesa, que está en todas las tertulias de ciclismo femenino y que por fin, después de muchos años a las puertas, es el punto de mira del ciclismo internacional. A ver qué tal sienta esa presión y si continúa haciéndonos disfrutar igual de aquí en adelante. De momento, el tríptico es 100% suyo.

Y MÁS…
Pidcock tuvo su día en Strade Bianche. Aprovechando la ausencia de los grandes en la ambición por esta bellísima carrera, el británico arrancó lejos de meta y se presentó en Siena en solitario, sin más rival que
el paso de los kilómetros. Una cabalgada que podría haber firmado Pogačar.
Flecha Brabançona tiene un nuevo rey y es el sorprendente francés Dorian Gordon, del AG2R. Se impuso a Ben Healy, otra de las revelaciones del año de clásicas. Por tanto, otro nombre que añadir a los buenos ciclistas que están asomando.



Escrito por Lucrecio Sánchez
Foto de portada: ASO // Resto: ASO / TDW / Getty / RCS-LaPresse / RVV