El ciclista ecuatoriano Richard Carapaz gana el Mercan’Tour Classic Alpes Maritimes el penúltimo día de mayo con lo que supone su regreso a la competición desde el parón que se tomó tras la Itzulia en el País Vasco español. Y no, no es la victoria lo que lleva a hacerse la pregunta de si está en condición de aspirar a ser candidato a ganar el Tour de Francia. Lo es la forma en la que la logró, con un ataque demoledor, explosivo y que pese a ser recortada gran parte de la distancia en la recta final de la ascensión al Col de Vallberg supuso su primer triunfo en Europa con la maglia del Education First.
Un ataque que se produjo a falta de siete kilómetros, cuando ya sólo restaban los elegidos en el grupo cabecero. No estaban los grandes rivales que se encontrará por el podio en el Tour de Francia, pero sí a ciclistas que estarán peleando la general en el mes de julio como Louis Meintjes o Guillaume Martin, o corredores de la talla de Felix Gall (que apunta a sorpresa de la carrera) o Lenny Martinez, que es muy buen escalador. Su ataque les dejó totalmente sentados y sin capacidad de reacción, y eso que algunos ciclistas como el joven francés de Groupama FDJ lo intentaron con todas sus fuerzas.
Esta exhibición sucede en un momento donde el ciclista de El Carchi no está a tope de forma por venir de un parón competitivo de cara a perfilar su forma con la vista puesta en el mes de julio. Dauphiné estará por medio y se supone que en el Tour tendrá todavía mejor golpe de pedal. Pero claro, ya asusta ver a un ya de por sí aspirante al podio con este nivel y esta voracidad en una clásica tan dura como es esta, con varios puertos y recorrido de alta montaña, muy similar a la anunciada última etapa de montaña diseñada para el Tour de Francia 2024.
De haber sucedido en una etapa unipuerto con un ataque más discreto, sencillamente se podría haber comentado que ha utilizado su clase para imponerse, que apunta en buena dirección su preparación para el objetivo principal de la temporada. Pero es cierto que el ataque fue muy duro, seco y nadie pudo hacer ni siquiera ademán de cogerle rueda. Indicativo de que las sensaciones que dejó en el Giro de Italia 2022 han pasado a mejor vida. En la carrera italiana se pudo ver a un Richard más apagado, regular, pero sin la chispa necesaria para marcar diferencias. De ese modo, le ganaron la partida en los dos últimos kilómetros de La Marmolada y fue segundo en la clasificación general final.
Ahora los síntomas son totalmente diferentes. En la parte final de la subida sufrió la presión de Felix Gall, un escalador austríaco que tardará poco en pasar a los mejores equipos. El de AG2R tuvo un momento a falta de 3 kilómetros donde parecía que le daría alcance. Pero no. Carapaz se mantuvo firme aún a sabiendas de que su perseguidor venía fuerte a escasos metros. No le importó y como en una contrarreloj, mantuvo el ritmo y los dientes apretados hasta la línea de meta. Esa es la consistencia que precisamente mete miedo para el Tour, porque si no sólo la mantiene sino que la mejora, habrá que tener mucho cuidado con él.
Ya ha sido podio en París precisamente tras los dos monstruos a los que nadie cuestiona como grandes favoritos para la edición de 2023 como son Jonas Vingegaard y Tadej Pogacar. En aquella edición el latinoamericano ya fue capaz de estar en niveles parecidos a los del ciclista danés, algo más lejos del eslovaco, que aquel año dominó la carrera a su antojo. A ver qué tal en un año en el que el recorrido es extraño y tiene contrarreloj minimalista y mucha montaña y media montaña. Su baza es jugar a guerra de guerrillas y aprovechar los marcajes que entre los dos favoritos puedan suceder.
Escrito por Lucrecio Sánchez
Foto de portada: Mercan Tour Classic Alpes Maritimes