Se trata de los dos ciclistas que copan más titulares en el ciclismo por etapas durante los últimos tiempos. Viven un duelo particular pese a pertenecer ambos a generaciones muy diferentes. Nueve años les separan: Tadej nació en 1998 y Primoz nada menos que nueve años antes. Sin embargo, ambos disputan mano a mano las carreras más prestigiosas del calendario, con suertes distintas y alternativas que dan espectacularidad a este encarnizado duelo deportivo, pero a la vez amistosa batalla entre compatriotas, cuyas localidades natales están separadas por apenas una hora de coche para recorrer los escasos 50 kilómetros que distan.
Los eslovenos gozan de una altísima efectividad en la participación en carreras por etapas. Si nos centramos exclusivamente en las rondas pertenecientes al World Tour de los últimos tres años podemos extraer una estadística que nos da idea del talento de estos dos fuera de serie y la dimensión del potencial que muestran y de su talento. Primoz Roglic ha vencido en nada menos que el 44% de las carreras por etapas del World Tour en la que se ha puesto un dorsal, habiendo tomado los datos desde 2017. Sus datos, si contamos desde 2019 son aún más increíbles: 60% de victorias. Teniendo en cuenta que su caída en la última etapa de la París-Niza de 2021 le impidió corroborar un maillot amarillo que tenía asegurado. Triunfos basados en la contrarreloj, una de sus grandes especialidades, en las que ha conseguido entrar en los tres primeros puestos en un 72% de las ocasiones, lo que da idea de su regularidad en el rendimiento.

El dato de podios alcanzados en las pruebas por etapas del World Tour asciende al 71%. Dato que asciende al 80% si nos centramos en las tres últimas temporadas. Conviene recordar que en Dauphiné 2020 no finalizó por una caída que le hizo llegar justo al Tour de Francia. Sólo en un 22% de las ocasiones no ha finalizado entre los cinco primeros de las carreras por etapas que ha disputado, contando grandes vueltas. De hecho, su peor registro desde 2018 es precisamente el 4º puesto cosechado en el Tour de aquella temporada.
Por su parte, Pogacar ofrece unos datos también muy llamativos. Su efectividad de victorias en carreras por etapas del World Tour durante sus tres únicas temporadas en la élite es muy similar a su rival: 40%. Más llamativo es el dato de que Tadej haya conseguido estar en el podio en un 70% de las ocasiones (80% entre los cuatro primeros). Si incluyésemos datos de vueltas de menor categoría, hablaríamos de aún mejores números, con victorias absolutas en Algarve, Valencia o buenos puestos en el Tour de Eslovenia, donde además ha tenido ocasión de encontrarse con Primoz.

Ambos son una garantía de éxito en todo lo que participan, con presencia también en las pruebas de un día, como Strade Bianche, donde Pogacar no obtuvo el resultado que esperaba, o la Lieja-Bastogne-Lieja, donde Roglic impuso su golpe de riñón por tubular y medio y el de UAE se pudo ver algo cerrado en el sprint. Con ambos en plenitud, este 2021 es la primera campaña con cierta normalidad competitiva que van a disfrutar. Pueden tener una ocasión de oro de ampliar miras y terrenos a los que extender su tiranía.
Una vez ambos se encontraron en la Vuelta a España de 2019, en concreto en la subida a los Machucos (portada del artículo), todas sus coincidencias han deparado un espectáculo notable. El máximo exponente de ello ha sido hasta la fecha el Tour de Francia en el que Jumbo-Visma parecía tener la carrera bajo control y Tadej, con un equipo algo más modesto, supo darle la vuelta a la carrera y llevarse para Eslovenia el primer maillot amarillo en su historia. Roglic y él han mantenido duelos en la distancia desde entonces, evitando coincidir en demasía. Lieja 2020 e Itzulia 2021 han sido las excepciones, con ambos siendo protagonistas y llevándose la victoria Primoz.

El duelo está servido y seguiremos viviéndolo hasta que el mes de julio ofrezca revancha y un resultado claro que determine cómo seguirá esta guerra fría que está aportando un espectáculo a las vueltas por etapas que hacía falta recuperar. El aficionado es el gran beneficiado de esta guerra fría que promete de cara también a las grandes vueltas, donde seguramente vuelvan a coincidir en 2021.
Escrito por: Lucrecio Sánchez (@Lucre_Sanchez)
Fotos: Sirotti