Para los futurólogos ciclistas, adivinar quiénes son los nuevos talentos es complejo. No sólo porque adivinar la trayectoria deportiva de una persona va acompañada de la humana y esa no siempre hace casar las ambiciones de una parte con la otra. O el correcto desarrollo, o al menos paralelo, de ambas. Cuando un corredor vence todo un Campeonato del Mundo en categoría sub-23 lo fácil es pensar que va a triunfar por todo lo alto en unos años. En muchos casos ese arco iris se diluye y nunca más se sabe de esa gran promesa que venía pegando fuerte. A veces no encuentran acomodo en las escuadras que mejor provecho les podrían sacar. O tardan en llegar a ellas.
Es el caso de Samuele Battistella, un ex campeón del mundo en categoría sub-23 que ha tenido un proceso hasta comenzar a despedir destellos de su clase. El italiano nacido en el Véneto en 1998 está siendo uno de los ciclistas más destacados en las escapadas durante la Vuelta a España, salvando un tanto el honor a un Astana que está brillando menos de lo esperado.
Del transalpino ciertamente se esperaba un buen rendimiento. Ya lo adelantaba Sergio Fernández Yustos en el análisis del ‘ocho’ del Astana en el Especial Vuelta a España 2022. Los “pasos agigantados” a los que se refiere es haber firmado una temporada ciertamente sensacional, aunque sin victorias. Battistella ya comenzó en febrero haciendo puestos entre los diez primeros en el Tour de la Provence, cada vez más concurrido por grandes nombres.

En Algarve, donde normalmente se da una concurrela nada despreciable, fue segundo en la primera llegada en alto, únicamente superado por David Gaudu. Batió en la llegada a gente muy importante como Ethan Hayter, de moda durante todo el año, McNulty, Evenepoel, Daniel Felipe Martínez… No quedó ahí su evolución y prosiguió con el podio en el Tour de Hungría. Un tercer puesto que repetiría en el Nacional italiano.
Se terminó de ganar el puesto en la Vuelta debido al enorme verano que ha desarrollado. 5º en la Clásica de Ordizia, con victoria para Simon Yates, la lanzadera definitiva ha supuesto el Tour de Polonia. Séptimo clasificado final, obtuvo dicha plaza por su notable cronoescalada de la sexta etapa. Y, por fin, fue parte del equipo azul para la tercera grande del calendario, pese a dejar fuera a ciclistas de mayor trayectoria incluso en la ronda española. Visto su rendimiento en la primera semana, está claro que fue un acierto haberle incluido.
La Vuelta de 2022, por cierto, no es su primera grande. Ya tomó la salida en el Giro de 2021 y finalizó entre los ochenta primeros. Fue sexto en una etapa y luchó por colarse en las fugas. Un buen comienzo, se puede considerar. Un buen paso siguiente es ser segundo en sendas etapas en las que ha estado implicado en la lucha por la victoria. Lo fue en Cistierna ante un magnífico e imparable Jesús Herrada en una jornada que pese a incluir un duro puerto de montaña a medio camino se podría considerar llana, al menos en la resolución de la fuga. El otro escenario en el que fue segundo fue Les Praeres, llegada en alto de gran dureza que habla a las claras del gran potencial del italiano. Subió al podio como el más combativo del día, dicho sea ya de paso.

Sólo superado por Louis Meintjes, fue el último en resistir la rueda del sudafricano, mucho más ducho en este tipo de carreras. Gastó muchas fuerzas en el previo a la subida final, escapándose con Janssens, del Alpecin y sirviendo de avanzadilla de la escapada. No lo hizo mal, puesto que llegó por delante de todos los demás. La lástima para él fue que por delante iba un ciclista de un nivel superior, en plenitud y que ha sido uno de los protagonistas, por ejemplo, del último Tour de Francia.
Precisamente en la carrera francesa es donde le queda debutar. Ya conoce las clásicas de las Ardenas, aunque en las de las piedras no fue capaz de finalizar el Tour de Flandes. Con las condiciones que muestra en cuanto a resolución de fugas y las piernas que parece tener, no hay duda de que las pruebas de un día, dada también la versatilidad de terrenos en la que se mueve bien, se pueden adaptar perfectamente a sus características.
Un diamante todavía en bruto. Ante la generación de jóvenes talentos que emerge en Italia, con Zanna, Conca o Zambanini entre ellos, Samuele ha tomado la delantera de cara al otoño, así que lo normal es que el hype alrededor de su figura aumente de cara a la próxima temporada. También los roles que le sean asignados y la calidad del calendario. En buena lógica en el Astana, donde estarán encantados con su rendimiento.
Escrito por Lucrecio Sánchez
Fotos: Unipublic / Sprint Cycling Agency / Astana