La jovencísima ciclista Sara Martín emprendió un viaje en 2018 que partía de Burgos. La llegada a Bilbao no era definitiva, pero sus tres años en el Sopela Team le bastaron para dar un paso que le llevaría más lejos. De Bilbao a Madrid, de Madrid a Almería para tener su primera concentración con el Movistar y de Almería a Mijas, en la provincia de Málaga, porque allí, entre muy buenas rivales, logró la burgalesa de Aranda de Duero su primera victoria como profesional.
Llegó como las campeonas, en solitario, imperial. Se podía ver la emoción incluso debajo de unas gafas y casco que escondían toda su expresión facial. Los viajes en la vida a veces sólo tienen billetes de ida y seguro que Sara, que no lo ha pasado bien durante este tiempo porque las expectativas que se generaron a su alrededor no se terminaban de cumplir, ha respirado al tiempo que levantaba los brazos en la Vuelta Andalucía Women. El premio a tanto trabajo en apariencia inerte, sin fruto. Por fin se estrena el palmarés de una corredora con un futuro brillante y un presente la mar de ilusionante también.

El papel dominante de Annemiek Van Vleuten en el conjunto Movistar, siendo la gran estrella y caníbal no sólo en lo deportivo, sino también en lo mediático, ha restado mucho espacio a ciclistas como Sara Martín, quien ha quedado únicamente en una mera compañera de equipo de la mejor ciclista del momento y según algunas voces de la historia. Van Vleuten ha bajado un poco el pie en 2023, su último a nivel profesional y ha permitido que otras corredoras afronten la lucha por el relevo. Martín ha propuesto candidatura propia.
Liberada de lideresas incontestables, la burgalesa de la eterna sonrisa se ha estrenado, que es la mejor manera de escapar de la presión. Harta de platas y bronces, era el momento, su día. El mes de junio de 2023 será un antes y un después en su carrera, y además en unas semanas donde encontrará revancha ante Mavi García por tanto dominio. Sin corsé, puede haber perdido el miedo que le atenazaba. Una buena escaladora sin lastre, la oportunidad idónea para despegar y continuar el viaje en billete de ida constante.

Movistar apostó fuerte por ella en un momento en el que aún estaba en la transición entre un proyecto de lanzadera para ciclistas de bandera española y uno de los equipos de referencia del pelotón internacional. En la indefinición surge la oportunidad de forjar una identidad, y ante el inicio menos arrollador de Van Vleuten van a ir surgiendo otras corredoras que estaban trabajando en silencio, esperando a que la puerta del escenario se abriese entre cortinas de humo y brillantina cayendo desde los cielos.
Mijas es la primera parada de una aventura que no tiene retorno. La joven que dejó Burgos para recorrer las carreteras de Europa y el mundo a lomos de una bicicleta tiene hoy más motivos que nunca para creer. Nacida en 1999, al borde del nuevo siglo, la moral y convicción con la que a partir de ahora puede funcionar la ciclista pueden ser mucho mayores. Sus prestaciones han tomado mucha fuerza, como se vio en la última etapa, firmando un cuarto puesto en la meta definitiva de Castellar de la Frontera. Batiendo en el sprint a la portadora del maillot amarillo, entre otras buenas ciclistas. Sara se ha crecido y quién sabe lo que es de ella a partir de ahora en el ciclismo. O del ciclismo a partir de ella.
Escrito por Lucrecio Sánchez
Fotos: Photo Gomez Sport / Movistar