¿Quién no conoce ese ciclón mediático que es Alpe d’Huez? Un mito viviente, testigo mudo de tantas batallas y ciclistas que se han encumbrado o sucumbido en sus rampas. El Tour de Francia lo ha mitificado ascendiendo cada dos años aproximadamente hasta su cima. En alguna edición incluso se ha realizado una doble etapa con final en esta estación de esquí o, incluso, con doble paso, bajando por la subida que hoy nos ocupa: la Sarenne.
Comenzamos la ruta en Bourg d’Oisans, localidad histórica que da acceso a las primeras rampas del ascenso a las 21 curvas más famosas del ciclismo. En esta ocasión nos dirigiremos al este, al Lac du Chambon y Briançon. Lo que ascenderemos serán las primeras estribaciones del col du Lautaret, otra cima clásica del mes de julio. El tráfico será en esta parte algo mayor, con algún túnel peligroso, y la pendiente algo más moderada, pese a que contemos con algún tramo duro seguido de algún descansillo.
Llegados al lago, giro a la izquierda. La carretera se vuelve más estrecha y el tráfico desaparece en gran medida. El asfaltado, pese a estar en buen estado, ofrece rugosidad y agarra de lo lindo, por lo que las pendientes, que estarán en torno al 8-9% de forma constante y sin apenas respiro, se harán más difíciles. Un problema grave será el calor en verano, ya que la sombra de los árboles brilla por su ausencia. No parece que sea un lugar donde el viento sea un factor determinante.
Las curvas de herradura, pese a no tener la intensidad y frecuencia de la otra vertiente, sí serán una constante. En número casi alcanzan las 21 de la cara famosa y conocida de Alpe d’Huez. Subimos en todo momento a media ladera, rodeados de picos, montañas y valles que conforme ascendemos tendremos la sensación de ir venciendo. Las vistas son espectaculares.
Una vez llegados a los dos mil metros de altitud termina la subida, despidiéndonos con una gran rampa que nos hará sudar. Desde aquí tenemos la opción de volver a bajar, lo cual hace necesaria mucha prudencia, o continuar hasta la estación, por un terreno que, a excepción de un kilómetro que vuelve a ser en subida, es bastante cómodo. Desde Alpe d’Huez el problema será el tráfico, bastante abundante en todas las épocas del año. El descenso por esta vertiente será relativamente sencillo, con carretera perfectamente pavimentada y buena visibilidad de las curvas. Aún así, debido al tráfico a motor y bicicletas, se recomienda precaución.
De bajar por la Sarenne de nuevo, podremos enlazar con la subida a Deux Alpes, también mítica en el Tour, o girar a la izquierda y continuar por la carretera que nos llevaba al desvío. Lautaret, Galibier, Granon… la zona es una mina de grandes subidas.
Galería y descripción detallada
Altimetría
Escrito por: Lucrecio Sánchez (@Lucre_Sanchez)
Fotos: 1001puertos.com