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¿Se valora lo suficiente a Jesús Herrada?

Nacer en Mota del Cuervo significa nacer a medio camino entre Murcia y Madrid, y es precisamente lo que puede haber sucedido con Jesús Herrada, el menor de los hermanos. Cofidis apostó fuerte por él y ya van seis años de confianza inexpugnable, donde ha habido ciclistas con mayor fama, con mayor brillo, pero el excampeón de España siempre ha estado ahí, reservándose esos pequeños espacios para recordarnos lo buen y completo ciclista que es. Ello no es óbice para que la encrucijada contextual de cada momento le haya arrebatado el foco, el aplauso y el reconocimiento del valor de sus victorias, que no son pocas ni son fáciles de conseguir.

Recientemente se ha alzado con el triunfo en el Tour de Doubs, en la Francia interior y fronteriza con Suiza, ante nada menos que Thibaut Pinot. Tras esa victoria, el conquense se ha elevado a la categoría de pichichi español en este 2023. Un mérito que adquiere únicamente por haber repetido éxito en lo que va de temporada, lo que para un ciclista de sus características, que conserva un nivel medio admirable, y que no es el mejor escalador ni un velocista ni un contrarrelojista, no está nada, pero que nada mal.

Ahora que Enric Mas está en fase de crecer hacia el Tour y la Vuelta, donde será observado con lupa, y que Alejandro Valverde no está, es el momento quizá de reconocer a Jesús Herrada. Su fuerza es el equilibrio en todos los terrenos. Puede ganar en casi cualquier escenario y eso no es fácil. Tan pronto se le puede observar peleando la llegada de una leve llegada en alto como en un sprint de un grupo reducido.

No le hace ascos a las bajadas, ni a las contrarrelojes, donde se defiende bien. Un ciclista que es capaz de ganar en el Mont Ventoux y al mismo tiempo llevarse el Tour de Luxemburgo ante ciclistas con mayor fama que él. Éxitos que han ido cayendo al saco del olvido uno tras otro por la amplificación de otros triunfos. Siempre en un segundo plano, siempre a medio camino. Y ya basta, porque este corredor merece su trocito de gloria, de atención.

Cuando se llevó la etapa de Cistierna en la pasada Vuelta a España, su triunfo no era el que desbloqueaba las victorias (no victorias, más bien) del ciclismo español en las grandes vueltas, sino que Marc Soler se le había adelantado por únicamente un par de días. Sí, como es lógico, una victoria de etapa en una vuelta de tres semanas es siempre reconocido.

Pero, ¿al nivel que se debería? Dentro de una de las sequías más preocupantes de talento dentro del ciclismo español, hay que hablar de ese nivel medio que escasea, sí, pero no porque no exista. Herrada no tendrá el carisma de Alberto Contador o contará las victorias a puñados como Alejandro Valverde, pero son ya 20 victorias como profesional, lo que nos habla ya de un ciclista a tener muy en cuenta.

Es más, en 2023 lleva una ristra de buenos resultados que no se ciñen únicamente a las veces en que ha levantado los brazos. En el Tour de Omán se hizo con una etapa y vistió de líder durante una jornada. Pero es que terminó séptimo de la general final, resultado más que respetable ante la concurrela que se dio cita en esos primeros puestos. Y qué decir de O Gran Camiño, donde ocupó la segunda plaza de la general por detrás del campeón del Tour de Francia. Únicamente por detrás de Jonas Vingegaard, aunque a mucha distancia, claro.

De ese modo, Herrada se clasificó como el primero de los humanos, de los que no se corresponden con esa categoría de súper corredores que asolan las carreras en las que participan. Con montaña y crono, si ser segundo no significa ser un ciclista completo y bueno en las vueltas cortas, es que entonces nada lo hace. Seguirá un año más buscando triunfos en la Vuelta, aunque da un poco de lástima que en principio no vaya a ser de la partida en el Tour, donde el destino le debe una victoria de etapa.

Escrito por Lucrecio Sánchez

Foto portada: Sprint Cycling Agency / Unipublic Fotos interiores: Unipublic / López // O Gran Camiño

Una respuesta

  1. Hay que reivindicar a Jesús Herrada, por muchas razones. Es un peleón. Y ahora mismo es el segundo ciclista español en activo con más victorias profesionales, por detrás de Luisle, otro a quien también hay que reivindicar siempre.

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