Hablar de Colombia como suministrador de ingente cantidad de ciclistas repletos de talento no es noticia. Lo fue en su momento, pero la rutina ha normalizado lo que no es ni mucho menos normal. Muy interesante es el hecho de que a calidad se le añada la palabra cantidad. Todo tipo de ciclista. Desde los escaladores de la más alta montaña a los más puros sprinters, pasando por versátiles ciclistas que valen para resolver una llegada en grupo como para pelear una etapa de montaña o ser el último hombre de sus líderes en las cimas más duras de Europa.
Nos quedamos con este último caso, el de Sergio Higuita. El corredor firmado por el Bora Hansgrohe para la temporada 2022 ha dejado su sello en el EF de Rigoberto Urán. Llegado como un ciclista aún por definir, ha rendido en todo tipo de terrenos, si bien la media montaña parece ser su ubicación favorita. Con una buena punta de velocidad final y con muchos años aún por delante para escribir una bonita trayectoria deportiva, Sergio parece destinado a grandes metas. Su rendimiento en los Monumentos en este 2021 es más que prometedor.
Ha tenido una temporada sin triunfos, pero donde sí ha mostrado un buen crecimiento y consolidación. Entre sus grandes méritos está el vestir el maillot de campeón de Colombia en el Tour de Francia de 2020. Aunque la lástima de ese hecho fue que la edición en la que esto tuvo lugar fue quizás la más extraña y donde los focos de atención estaban más en si la carrera se podría celebrar más que si en ésta Sergio lucía con orgullo un maillot que representaba los tres colores de la bandera colombiana. Un orgullo para Higuita, apellido muy conocido en Europa por el mítico portero de la selección de fútbol de dicho país.
Ahora en Bora, nuestro protagonista procurará repetir los triunfos logrados en pasadas temporadas. Sus buenos puestos en Paris-Niza y Tirreno-Adriático merecen ya por fin un remate. Una suerte de triunfo que sí consiguió en la Volta al Algarve en su temporada de debut y el hasta la fecha más importante, en toda una Vuelta a España donde se codeó con el grupo de los más fuertes. Un 2019 que empezó en la Fundación Euskadi, procedente del mítico Manzanas Postobón y que terminó con el colombiano coronando el puerto de Cotos y lanzándose en el descenso de Navacerrada para levantar los brazos en Becerril de la Sierra. Roglic y Valverde llegaron a 15″, lo que habla del nivel del triunfo.
Palmarés que estrenó, sin embargo, en su país natal un año antes. La Vuelta a Colombia llegaba a Manizales en lo que era la primera etapa realmente dura de la competición. Entonces también llegó adelantado a los dos primeros clasificados en la general y a la postre primero y segundo en el ranking final. Un paralelismo que seguro le sirvió para soltar nervios y llevar a buen puerto una ocasión no tan fácil de conseguir.
Escrito por Lucrecio Sánchez (@Lucre_Sanchez)
Foto: Pauline Ballet / ASO