Una de las incógnitas del próximo Tour de Francia será descubrir si Tadej Pogačar estará en plena condición para asumir el reto de plantar cara al que parece gran favorito, Jonas Vingegaard, que además saldrá henchido de moral por portar el dorsal número uno, por los buenos resultados de la temporada y porque su equipo ha demostrado estar en buenas condiciones. El esloveno, al que se presume en ese duelo con el ciclista danés, viene de una dura lesión de muñeca que le hará llegar con los plazos muy justos a la salida de Bilbao el 1 de julio.
Con el alta médica y pese a que no ha dejado de entrenar de un modo u otro como ha compartido en redes sociales (poco usual ver a un deportista de élite entrenar subiendo escaleras con peso a la espalda), ahora es el momento en el que supuestamente puede ya competir. No estará en el Tour de Eslovenia que tan buen resultado le ha dado en los últimos años como preparación y previa al Tour de Francia, pero sí en los Nacionales. Un día de competición, dos a lo sumo, para afrontar las tres semanas de máxima exigencia en julio.

Se enfrentará a varios de sus peores rivales y requerirá un estado de forma mayúsculo para hacer frente a ese hecho. No sólo en él, sino también en su equipo, donde la buena actuación de algunos de sus hombres en Dauphiné les llena de esperanza de cara a rodear a Tadej con garantías. Pero aquí el problema puede estar más en la inconsistencia de su muñeca, en cómo el miedo pueda atenazarle por los nerviosismos que se vivan en el pelotón ante las caídas, por que el apoyo en su muñeca se vea resentido, etc.
Ya hemos visto casos de operaciones previas al Tour con mal resultado, así que es cuanto menos preocupante además con un inicio tan nervioso en tierras vascas, donde subir como bajar va a ser importante y con tan buenas encerronas de por medio los brazos pueden cobrar casi más importancia que las propias piernas si cabe. Habrá muchos ciclistas que se sientan candidatos y en esa pelea puede haber problemas con los favoritos a pleno rendimiento, imaginemos los problemas que le puede ocasionar una caída o una lucha por una posición.
Con tan poca competición antes de la cita francesa, sus rivales comenzarán con mayor rodaje y esa primera parte puede ya de por sí eliminar a mucha gente de la clasificación. Por ello, habrá que observar cómo evoluciona en esos Nacionales eslovenos y cómo se desarrollan los test que realicen en altitud tanto él como Adam Yates, el que está previsto sea su lugarteniente durante las tres semanas más importantes para el ciclismo internacional.

En Italia encontrará, además de altitud, escenarios donde poder simular los puertos que van a ser clave en este Tour. Puy de Dôme, Loze, Tourmalet, etc. Hoy día con el tema vatios y los potenciómetros los técnicos son capaces de interpretar los datos de cara a saber si en julio podrá rendir o no a la altura de lo que se espera de uno de los ciclistas más admirados del momento.
Lo que sí puede provocar esta situación es que el ímpetu atacante del ciclista se vea aplacado precisamente por precaución. El miedo a forzar demasiado, a ver cómo evoluciona todo, es un escenario más que posible, sobre todo en esos primeros días de tanteo que además en esta ocasión no lo serán tanto. Si no hay problemas pero elige no arriesgar en demasía, el problema puede venir más por el tiempo perdido y la ventaja concedida a varios de sus rivales. No va a ser un Tour fácil, pero desde luego que primero debe responder a esa incógnita de si será suficiente esta preparación.
Escrito por Lucrecio Sánchez
Fotos: ASO / Ballet – López